México
De frente y de perfil
Las procuradoras
Desde ya se puede decir que Marisela Morales es la nueva titular de la Procuraduría General de la República (PGR), con lo que se convierte en la primera mujer en ocupar el cargo de rango federal.
Antes que ella otras mujeres han pasado por procuradurías estatales y del Distrito Federal, entre las que se encuentran Victoria Adato (Distrito Federal), Patricia Pedrero (Tabasco), Patricia González Rodríguez (Chihuahua) y Blanca Laura Villeda (Puebla).
Los cuatro ejemplos anteriores no dejaron satisfechos a los gobernantes en turno por el desempeño de sus funciones, ni mucho menos a la ciudadanía que encontró demasiadas fallas en su proceder y no en razón de género.
La poblana y la chihuahuense fueron las más cuestionadas, y González Rodríguez se encuentra todavía bajo la mira de las autoridades, por la confesión que le fue arrancada a su propio hermano sobre algunas supuestas acciones turbias.
Patricia fue señalada en videos difundidos por YouTube por presuntos nexos con algunas organizaciones del crimen organizado y las acusaciones provinieron de su propio hermano, el que primero fue secuestrado y luego asesinado, por lo que se le restó importancia y veracidad a las mismas.
Sin embargo, su gestión en la pasada administración sexenal de Chihuahua fue sumamente criticada, ya que en ese Estado el crimen se enseñoreó y se posesionó de conglomerados como Ciudad Juárez, donde todavía mantienen una fuerte presencia que la convirtió en la población con mayor número de crímenes del mundo.
La abogada Blanca Laura Villeda Martínez también fue sumamente polémica durante su labor como procuradora del Gobierno del Estado de Puebla, en la administración de Mario Marín Torres.
Villeda Martínez fue exhibida en distintas ocasiones como abusadora del poder público y las pruebas de ello fueron subidas a YouTube en videos y los audios difundidos por todos los sitios disponibles.
Dos actos marcaron la actuación de Blanca Laura, ambos con gran difusión y una gran exposición mediática: el primero fue referente a la detención de Lydia Cacho y el segundo por el jaloneo suscitado con el entonces director de la Policía Ministerial o Judicial estatal, Adolfo Karam, en la disputa por un detenido en supuesta posesión de droga.
Villeda Martínez fue pronto removida de su cargo, aunque no despedida del sector público, ya que fue reubicada en otra plaza.
Con Victoria Adato sucedió también un incidente de gran repercusión durante su gestión, ya que el sismo de septiembre de 1985 pilló varios hechos suscitados dentro de la dependencia a su cargo, entre los que se encontraron varios asesinatos de supuestos criminales cometidos, presuntamente, por agentes a su cargo, cuyos cuerpos fueron descubiertos dentro de cajuelas de vehículos estacionados en la dependencia.
La tabasqueña Patricia Pedrero no cumplió con las expectativas en torno a su función pública, aunque fue cobijada en su gestión por altos mandos.
Siendo procuradora general de Justicia de Tabasco, Patricia se involucró sentimentalmente con el entonces fiscal de justicia militar, Rafael Macedo de la Concha, a la postre titular de la PGR, donde cobijó bajo su manto protector a Marisela Morales.
Macedo de la Concha es el gran maestro e instructor en la función pública de la inminente procuradora.
De Marisela se cuentan muchas historias, a las que habrá que seguir para comprobar la veracidad de las mismas.
Una de ellas gira alrededor de su obsesión por parecerse a la actriz Lucía Méndez y su carácter irascible.
Otra más, refiere del gusto que tomó a la exposición mediática, luego de su temor primario a lo mismo, cuando prefería salir de espaldas a las cámaras de televisión, para no mostrar el rostro.
En la historia pública de Marisela se inscriben algunos episodios por abusos en el uso del poder público y estuvo vinculada con el caso del desafuero de Andrés Manuel López Obrador, promovido porque el entonces Jefe de Gobierno fue acusado de violar la suspensión de un amparo.
Hoy, Marisela es otra y fue premiada recientemente como una de las mujeres con mayor valor en el mundo y la medalla respectiva le fue entregada por Hillary Clinton, ante la presencia de Michelle Obama, lo que, dicen algunos, fue determinante para la propuesta que el Presidente Felipe Calderón presentó ante el Senado de la República para que fuese ratificada como titular de la PGR.
Y es que si algo no está en duda, es el valor de esta abogada que se desempeñó al frente de la SIEDO por un largo periodo y que habrá de convertirse en el tercer titular de la Procuraduría General de la República durante la presente administración, pero que además asume el cargo en una de las situaciones más dramáticas de la lucha contra el crimen emprendidas por el gobierno mexicano.
Con los escasos resultados alcanzados por algunas de sus colega en los estados, como acicate a Marisela Morales solamente queda otorgarle el beneficio de la duda, para mostrar que puede con el cargo que le quedó sumamente holgado a varios de los personajes que desfilaron por ahí en los tiempos recientes.
Unidad priista
Los priistas están dispuestos a no cometer los errores del pasado en que fricciones internas le costaron la pérdida de la Presidencia de la República y le evitaron la reconquista de la misma posición.
De ahí la preocupación del nuevo dirigente nacional del partido, Humberto Moreira Valdés por mantener una férrea unidad y frenar cualquier intento de insubordinación de los gobernadores, como sucedió no hace mucho tiempo.
Moreira Valdés se reunió con los gobernadores priistas para afinar detalles de la estrategia del partido con vistas a los comicios presidenciales del año próximo.
Antes que ella otras mujeres han pasado por procuradurías estatales y del Distrito Federal, entre las que se encuentran Victoria Adato (Distrito Federal), Patricia Pedrero (Tabasco), Patricia González Rodríguez (Chihuahua) y Blanca Laura Villeda (Puebla).
Los cuatro ejemplos anteriores no dejaron satisfechos a los gobernantes en turno por el desempeño de sus funciones, ni mucho menos a la ciudadanía que encontró demasiadas fallas en su proceder y no en razón de género.
La poblana y la chihuahuense fueron las más cuestionadas, y González Rodríguez se encuentra todavía bajo la mira de las autoridades, por la confesión que le fue arrancada a su propio hermano sobre algunas supuestas acciones turbias.
Patricia fue señalada en videos difundidos por YouTube por presuntos nexos con algunas organizaciones del crimen organizado y las acusaciones provinieron de su propio hermano, el que primero fue secuestrado y luego asesinado, por lo que se le restó importancia y veracidad a las mismas.
Sin embargo, su gestión en la pasada administración sexenal de Chihuahua fue sumamente criticada, ya que en ese Estado el crimen se enseñoreó y se posesionó de conglomerados como Ciudad Juárez, donde todavía mantienen una fuerte presencia que la convirtió en la población con mayor número de crímenes del mundo.
La abogada Blanca Laura Villeda Martínez también fue sumamente polémica durante su labor como procuradora del Gobierno del Estado de Puebla, en la administración de Mario Marín Torres.
Villeda Martínez fue exhibida en distintas ocasiones como abusadora del poder público y las pruebas de ello fueron subidas a YouTube en videos y los audios difundidos por todos los sitios disponibles.
Dos actos marcaron la actuación de Blanca Laura, ambos con gran difusión y una gran exposición mediática: el primero fue referente a la detención de Lydia Cacho y el segundo por el jaloneo suscitado con el entonces director de la Policía Ministerial o Judicial estatal, Adolfo Karam, en la disputa por un detenido en supuesta posesión de droga.
Villeda Martínez fue pronto removida de su cargo, aunque no despedida del sector público, ya que fue reubicada en otra plaza.
Con Victoria Adato sucedió también un incidente de gran repercusión durante su gestión, ya que el sismo de septiembre de 1985 pilló varios hechos suscitados dentro de la dependencia a su cargo, entre los que se encontraron varios asesinatos de supuestos criminales cometidos, presuntamente, por agentes a su cargo, cuyos cuerpos fueron descubiertos dentro de cajuelas de vehículos estacionados en la dependencia.
La tabasqueña Patricia Pedrero no cumplió con las expectativas en torno a su función pública, aunque fue cobijada en su gestión por altos mandos.
Siendo procuradora general de Justicia de Tabasco, Patricia se involucró sentimentalmente con el entonces fiscal de justicia militar, Rafael Macedo de la Concha, a la postre titular de la PGR, donde cobijó bajo su manto protector a Marisela Morales.
Macedo de la Concha es el gran maestro e instructor en la función pública de la inminente procuradora.
De Marisela se cuentan muchas historias, a las que habrá que seguir para comprobar la veracidad de las mismas.
Una de ellas gira alrededor de su obsesión por parecerse a la actriz Lucía Méndez y su carácter irascible.
Otra más, refiere del gusto que tomó a la exposición mediática, luego de su temor primario a lo mismo, cuando prefería salir de espaldas a las cámaras de televisión, para no mostrar el rostro.
En la historia pública de Marisela se inscriben algunos episodios por abusos en el uso del poder público y estuvo vinculada con el caso del desafuero de Andrés Manuel López Obrador, promovido porque el entonces Jefe de Gobierno fue acusado de violar la suspensión de un amparo.
Hoy, Marisela es otra y fue premiada recientemente como una de las mujeres con mayor valor en el mundo y la medalla respectiva le fue entregada por Hillary Clinton, ante la presencia de Michelle Obama, lo que, dicen algunos, fue determinante para la propuesta que el Presidente Felipe Calderón presentó ante el Senado de la República para que fuese ratificada como titular de la PGR.
Y es que si algo no está en duda, es el valor de esta abogada que se desempeñó al frente de la SIEDO por un largo periodo y que habrá de convertirse en el tercer titular de la Procuraduría General de la República durante la presente administración, pero que además asume el cargo en una de las situaciones más dramáticas de la lucha contra el crimen emprendidas por el gobierno mexicano.
Con los escasos resultados alcanzados por algunas de sus colega en los estados, como acicate a Marisela Morales solamente queda otorgarle el beneficio de la duda, para mostrar que puede con el cargo que le quedó sumamente holgado a varios de los personajes que desfilaron por ahí en los tiempos recientes.
Unidad priista
Los priistas están dispuestos a no cometer los errores del pasado en que fricciones internas le costaron la pérdida de la Presidencia de la República y le evitaron la reconquista de la misma posición.
De ahí la preocupación del nuevo dirigente nacional del partido, Humberto Moreira Valdés por mantener una férrea unidad y frenar cualquier intento de insubordinación de los gobernadores, como sucedió no hace mucho tiempo.
Moreira Valdés se reunió con los gobernadores priistas para afinar detalles de la estrategia del partido con vistas a los comicios presidenciales del año próximo.
Síguenos en