México

De frente y de perfil

Sólo una caladita

Lo del Estado de Oaxaca fue solamente una caladita al gobernador Gabino Cué para conocer su forma de reaccionar.

La situación en esa Entidad no tiene nada que ver con quien gobierna ni de qué partido proviene. La realidad son los intereses en juego y la lucha por los espacios de poder.

Gabino Cué Monteagudo fue respaldado por una gran alianza de partidos, donde se excluyeron solamente el PRI y el Verde. Las organizaciones radicales lo respaldaron también.

Su triunfo fue una fiesta popular, ya que el gobierno de Ulises Ruiz fue objeto de todo tipo de golpeteo, propio y ajeno, por lo que había que frenar la posibilidad de una extensión del mismo por la vía de su “delfín” Eviel Pérez Magaña.

Pero además del rechazo a Ulises y su grupo, Gabino reunía sus propias cualidades, ya que seis años se había quedado a un puñado de votos de ganar y antes de ésos realizó un papel sumamente decoroso como alcalde de la capital estatal.

Siendo un político joven, pero experimentado, con dos triunfos conseguidos en las urnas y con buenas credenciales políticas, la victoria del hoy gobernador fue amplia.

De los candidatos postulados por la izquierda en alianza con la derecha, Cué fue el único avalado por el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

Con ese panorama no fueron pocos los que se sorprendieron con lo sucedido hace tres días, durante la visita presidencial, cuando se revivió en la capital de Oaxaca parte de lo sucedido cinco años antes.

La crisis con el magisterio y con las APPO se creyeron superadas, en razón de que el líder de las segundas (Flavio Sosa) fue uno de los principales impulsores de la alianza que convirtió a Gabino en gobernador.

Hoy se constata que los intereses son primero y que están antes del bienestar colectivo que tanto pregonan y que si en la avalancha provocada se llevan al propio gobernador, eso no importa.

Como si el conflicto con la Sección 22 del magisterio fuese menor, otro frente contra Gabino fue abierto en el Congreso de la Unión.

Dirían los clásicos, le llovió en su milpita al gobernador Cué Monteagudo, durante la sesión ordinaria de la Cámara de Diputados.

Y es el flamante gobernador fue tupido en todos los sentidos por los recientes acontecimientos ocurridos en esa entidad, por lo que el diputado priista Jorge González Illescas recordó las palabras del entonces senador al gobernador Ulises Ruiz y le pidió hacerlas suyas: “Separarse del cargo para contribuir al restablecimiento de la gobernabilidad, el orden jurídico y la paz”.

Los priistas deslindaron al antecesor de Gabino como la mano que mece la cuna para generar conflictos en el Estado, aunque hay quienes mantienen sus dudas.

Ulises Ruiz y José N. Murat enfrentaron problemas similares, uno más fuerte que el otro, los dos personajes terminaron enfrentados entre sí y hoy disputan las escasas parcelas de poder que tiene su partido en la entidad.

Los dos son de inteligencia suprema, pero distorsionada y son capaces de todo, con tal de mostrar su fuerza política.

Uno ayudó al derrumbe del otro, cuando el otro ya lo había desplazado de sus parcelas de poder locales.

De los ex gobernadores vivos, Ulises y Murat son los que mantienen relaciones y fuerza entre las organizaciones radicales.

Es por eso que a los dos se les vincula como posibles generadores del conflicto de inicio de semana.

Sin embargo, lo importante ahora en Oaxaca es que las partes en conflicto establezcan diálogos directos que eviten actos similares a los del pasado martes y que la tersura con que se vivió la alternancia en esa Entidad se vea rota.

Por lo pronto, los diputados del PRI que le tupieron duro al gobernador, ayer, en la sesión de la Cámara de Diputados, anunciaron que mantienen firme su reunión con el Ejecutivo estatal prevista para el lunes próximo.

Eso sí, cuestionaron varias de las decisiones asumidas por el gobernador durante sus primeras semanas de administración estatal.
 
Crisis de las alianzas
Fue el priista Helidoro Díaz quien puso el dedo en la llaga con respeto a las alianzas, las que garantizan triunfos, pero ponen en entredicho capacidad e idoneidad para gobernar.

El ex presidente de la Cámara de Diputados advirtió que no se quiere ver a Oaxaca sumido en la zozobra, en la represión en la ingobernabilidad, en las fallas y errores, por lo que pidió al Gobierno aliancista que encabeza Cué Monteagudo privilegiar el diálogo y la tolerancia.

La sesión de la Cámara de Diputados se convirtió en una de toma y daca entre los que responsabilizaban a Gabino de lo sucedido, los que buscan exonerarlo del evento y los que lanzaban acusaciones sobre la posible infiltración de elementos ajenos a la sección XXII del magisterio.
 
Emilio Chuayfett
Varias escoriaciones se aprecian todavía en el rostro del diputado federal priista Emilio Chuayffet Chemor, producto de un disparo de confeti que le dejó heridas.

El también ex gobernador del Estado de México recibió en forma sorpresiva los pedazos del papel multicolor y casi se desvanece, por lo que fue trasladado de inmediato a un hospital, donde se comprobaron las lesiones.

Según narró el propio diputado, el impacto fue tan grande y tan de cerca que creyó que era un disparo que había terminado con su vida.

Por fortuna no fue así y la pistola era simplemente de confeti, que por la cercanía del recibimiento sí dejó huellas.
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