México
Darío quiere escuchar
No escucha ni ve, y la única forma en comunicarme con él fue extendiendo su mano izquierda y escribiendo sobre su palma
Ya lo puede hacer a pesar de que nació con el mismo problema de Darío. Ella corrió con otra suerte y pudo rescatar después de 11 años, uno de los dos sentidos que le hacían falta.
Disfruta más la vida porque a pesar de que no puede ver, su recién estrenada audición le permite ayudar a su hermano a comunicarse con los demás. Fue en el portal de videos de youtube que encontré esta historia muy particular: “Jose Darío parte 1”, lo demás, es y sigue siendo una gran lección.
Cataratas congénitas, es el motivo porque el que los dos son ciegos de nacimiento, de manera progresiva fueron perdieron la audición y un implante coclear es la diferencia para seguir adelante.
Neydi, como le dice su mamá de cariño, consiguió ayuda por medio de donativos y con uno de los activistas más reconocidos en Chicago, Horacio Esparza, quien le consiguió los recursos para financiar la operación que actualmente tiene a esta familia buscando 16 mil dólares para que ahora sea Darío quien pueda escuchar.
Al observar y conocer estas historias, uno no deja de preguntarse, ¿cuántos? ¿cuántos, con todos los sentidos, seguimos inmersos en la vorágine de los lamentos de la vida diaria?
En 2003, Darío aprendió a utilizar la computadora con ayuda de una línea de despliegue Braille que le permite leer todo lo que aparece en pantalla; así fue más fácil concluir en 2004 sus estudios universitarios como maestro en educación especial en el área de problemas de aprendizaje.
Pidió trabajo en la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ) y la respuesta fue como el silencio con el que vive. Sabe que con esa operación tendría un oído y lo haría más independiente.
Darío y Neydi forman parte de la Federación Latinoamericana de Sordociegos, hacen un boletín bimestral y lo envían a sus contactos a través del correo electrónico, las novedades también las dan a conocer.
Una de ellas, fue el anuncio de tres operaciones logradas gracias al Programa Caracol de la SEJ que sólo ayuda a niños y niñas de educación inicial y básica con discapacidad auditiva.
Piden continuar con el apoyo a estos esfuerzos a pesar que Darío por sus 29 años de edad, es prácticamente imposible que sea beneficiado por un programa de esta naturaleza, ¿sabrán los responsables de estas acciones que tienen dos incansables voceros?
Neydi concluye su boletín con la siguiente frase: una discapacidad no te hace mejor o peor persona, es tu actitud ante la vida la que lo define, porque como bien dice Horacio Esparza: "La discapacidad comienza donde la voluntad termina”.
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