México

Cuarto informe en materia de cultura (Parte I)

La actual gestión del Conaculta no sólo muestra resultados limitados, sino que sigue sin mostrar su tan cacareada política cultural del siglo XXI

El cuarto año de gobierno en materia de cultura reporta la apertura de seis nuevas zonas arqueológicas, la inclusión de dos sitios en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad (El Camino Real de Tierra Adentro y Las Cuevas Prehistóricas de Yagul y Mitla en los Valles Centrales de Oaxaca), la renovación del Palacio Nacional de Bellas Artes, la conversión de Canal 22 en la primera televisora pública digitalizada y la ampliación de la cobertura de Canal 11 a importantes ciudades del país.

Asimismo, las nuevas bóvedas para proteger el patrimonio fílmico que resguarda la Cineteca Nacional; la adquisición de la biblioteca de don José Luis Martínez y la puesta en marcha del Centro de las Artes de San Luis Potosí.

En contraparte, reporta la cancelación del museo del cine; la polémica construcción de la librería Elena Garro en Coyoacán, pero sobre todo la titubeante participación del Conaculta en los pálidos festejos del Bicentenario.

En 2004, en su cuarto informe de actividades, Sari Bermúdez tenía ya consolidado el Programa Nacional Hacia un País de Lectores, que fortaleció la Red Nacional de Bibliotecas con la creación de 700 recintos; la ampliación, remodelación o reubicación de 758; integró nuevas tecnologías e inició la Mega biblioteca José Vasconcelos, que enlazaría la Red. Incrementó significativamente las salas de lectura (cuatro mil 925) y amplió la oferta editorial con 567coediciones y más de mil títulos publicados, con cinco millones de ejemplares.

Había realizado 171 ferias del libro y consolidaba la red de librerías Educal con 67 puntos de venta. Había inaugurado los centros de las artes de Guanajuato y Veracruz y estaban en puerta Baja California y Oaxaca, así como el Centro Cultural Metropolitano de Tampico, Nuevo Laredo y León.

Se habían creado los museos Manuel Felguérez, en Zacatecas; Federico Silva, en San Luis Potosí, y los de Arte Contemporáneo en Zapopan, Jalisco, y Matamoros, Tamaulipas.

Se restauraba la Catedral y el Sagrario Metropolitanos, el Palacio Nacional, la antigua Basílica de Guadalupe, el edificio de La Ciudadela, así como la Casa del Marqués del Apartado.

Era inscrita la Casa-Estudio Luis Barragán en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, así como la festividad del Día de Muertos como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizaba importantes descubrimientos en Teotihuacán, Veracruz, Campeche y Puebla.

Y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) recibía en donación más de cuatro mil piezas de la obra gráfica de Vlady.

La buena o mala gestión al frente  del Consejo no se debe sólo a la capacidad de sus titulares, sino a la continuidad y a la claridad de objetivos.

La actual gestión del Conaculta luego de dos presidentes, no sólo muestra resultados limitados, sino que sigue sin mostrar su tan cacareada política cultural del siglo XXI.
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