México
¿Cuál Cordero?
Este reportero se declara sorprendido por la interpretación de que los cambios en el gabinete de Calderón significan un apuntalamiento de la precandidatura a la Presidencia del secretario de Hacienda, Ernesto Cordero
1.- Roberto Gil, el nuevo secretario particular del Primer Mandatario, no fue apoyado por Cordero en su reciente intento de ser dirigente del PAN. El de Hacienda impulsó la aspiración de Gustavo Madero. Por el contrario, otro de los presidenciables panistas, el de Educación, Alonso Lujambio, publicó un elogioso artículo sobre Gil a media contienda. Si acaso, Gil va con Lujambio, no con Cordero.
2.- El flamante secretario de Energía, José Antonio Meade, más que grupo político tiene grupo económico. Se ha formado en las filas que han gobernado la economía mexicana desde hace 25 años: la línea que arrancó Carlos Salinas y que siguieron Pedro Aspe, Guillermo Ortiz, Francisco Gil y Agustín Carstens, con quien se podría decir que tiene una mayor cercanía. Y si de algo acusan a Carstens los panistas, es de no ser panista: desde que despachaba en Hacienda le decían que era del PRI.
3.- El nuevo secretario de Comunicaciones, Dionisio Pérez Jácome, se desarrolló en la administración pública también a partir de un grupo de los llamados “tecnócratas”, identificado con el PRI, lanzado por el Gobierno de Zedillo y coordinado por Luis Téllez, a quien Pérez Jácome acompañó cuando fue jefe de la Oficina de la Presidencia en 1994 y años después secretario de Energía, donde se quedó y conoció a Calderón cuando llegó de secretario ya en tiempos de Fox. Su relación fue más directa con el hoy Presidente y quizá es algo más cercano al secretario Cordero porque les ha tocado trabajar juntos, pero su perfil no es el de un animal político.
4.- De los dos nuevos subsecretarios que Ernesto Cordero nombró para suplir a José Antonio Meade y Dionisio Pérez Jácome, uno se puede considerar “de los suyos” y el otro forma parte del grupo de Carstens.
5.- Circulaba que el extitular de SCT, Juan Molinar, llevaba una relación muy desgastada con sus interlocutores y con Los Pinos, y era repudiado por la ciudadanía. Le importó poco el desastre en su dependencia y se dedicó a coordinar la campaña de Madero por la dirigencia del PAN.
Los movimientos no parecen beneficiar ni perjudicar decididamente a ninguno de los presidenciables calderonistas, sino más bien ajustarse a una dinámica de reacomodo tras la división que dejó la pugna por la dirigencia del PAN y una clara centralización del poder en Los Pinos.
Saciamorbos
En Guerrero, el PAN postuló a una candidata testimonial para no hacer sombra al aspirante de la coalición de izquierda, quien tiene la encomienda de ganar al PRI y emparejar el terreno rumbo a 2012. ¿Y si hace lo mismo el PAN en el Estado de México? Porque hay algunos nombres en su baraja que se antojan como para sacar tres por ciento.
Síguenos en