México
Congreso de Derecho Electoral
.
Los temas que se debatieron en el foro plenario fueron: libertad de expresión, autoridades electorales, participación incluyente, justicia constitucional electoral, sistemas electorales y de partidos políticos, derechos políticos, como puntos principales.
De igual forma, se integraron mesas de trabajo, las cuales abordaron temas como el sistema electoral y gobernabilidad democrática, justicia electoral, participación ciudadana y construcción de la democracia, control de los gobernantes, autoridades electorales: visión y desafíos; construcción de la ciudadanía; género y representación de la democracia interna, educación para la democracia y procesos electorales y nuevas tecnologías.
Las instituciones y organismos participantes fueron, a nivel internacional, la ONU, a través de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo, IDEA, IIDH – CAPEL, representantes de Nepal, de Rumania, España, Burundi, Argentina y consultores de varios países; asimismo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y el Instituto Federal Electoral.
De igual forma, todos los órganos administrativos electorales del país y de manera muy especial, la Asociación de Tribunales Electorales del país, por lo que concurrieron magistrados electorales de todos los estados de la República; también hubo participaciones de instituciones de derechos humanos, tanto a nivel internacional como de nuestra República.
Asimismo, participaron universitarios de la Universidad de Guadalajara, de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIJ – UNAM), Autónoma de Nuevo León, Autónoma de México, la Nicolaita o Michoacana, entre otras instituciones.
Tuvimos el privilegio de ser invitados y de participar en la Mesa Central número tres, cuyo tema fue el de Participación Incluyente; en dicho foro, nos referimos a la necesidad de perfeccionar el sistema de representación en México, ya que por ejemplo, las Comunidades Autóctonas del país, jamás han estado representadas en los Congresos Constituyentes que se han celebrado en México desde el Siglo XIX y a la fecha.
Comenzamos nuestra participación señalando que las categorías que hemos venido utilizando para referirnos a dicha comunidades autóctonas no son los adecuados, ya que desde hace 500 años, por error e ignorancia se les ha venido señalando como “indios”, término que en la actualidad, además es peyorativo, como lo es la referencia “no sea indio”, por tanto, es un término discriminatorio.
Así, dichas comunidades, conforme a su cosmovisión, valores, principios, intereses, usos, costumbres, tradiciones y demás elementos que los distinguen y diferencian, ya tienen sus nombres, categorías o denominaciones; por ejemplo, en náhuatl, el término chol, que equivale a winik, derivado del maya, significa “hombres creados del maíz”, lo cual implica una serie de cuestiones que todavía no comprendemos.
Somos el pueblo del maíz, porque lo llevamos en nuestro ADN y el tipo de sangre que tenemos, que es el “O”, requiere de dicho alimento; entonces, en el nombre se dice que lo de manera natural es el ente que se está definiendo, tal como lo había señalado hace 24 siglos el gran Platón, en su obra “Cratilo o del Lenguaje”, en donde expresó que el concepto o el nombre de lo que se está mencionado, debe coincidir con la naturaleza de lo que se está definiendo o mencionando, así es como estas comunidades ya se han autodenominado y que nosotros, en una actitud de discriminación, no les llamamos como debiéramos de hacerlo, lo cual es una falta de respeto.
Otros términos es el de los nayeri, que tiene similitudes con las lenguas hindúes, conocidos, de manera indebida como los coras de Nayarit, su denominación significa “Hijo de Dios, que está en el cielo y en el Sol”; los lacandones, que en maya son hach winik, también significa verdaderos hombres o hijos del Sol.
Los pápagos o tohono o´odham” en yuto – nahua, se autodenominan como gente del desierto; los seris o konkaak, significa la gente que vive en la arena, que es su región geográfica o su pertenencia y los raramuri, mal denominados tarahumaras, su denominación significa corredores a pie, de rara = pie y muri = correr, de ahí que necesitamos conocerlos para entenderlos y llamarles conforme a su cosmovisión.
Ese es el primer paso que debemos dar para iniciar el conocimiento profundo de sus valores, principios e intereses, preservados en sus costumbres, lo cual debemos hacer para entonces crear el sincretismo jurídico que no hemos realizado en México, desde hace quinientos años y que urge llevarlo a la práctica para lograr un mejor entendimiento entre todos los mexicanos.
A manera de conclusión, coincidimos los expositores de que en México existen muchos grupos marginados de las grandes decisiones del poder, otros lo son los mexicanos que viven en el extranjero a quienes de manera respetuosa les señalamos como los chican power, que envían muchos millones de pesos en remesas y no hemos considerado sus valiosas opiniones.
Así, propusimos que debemos crear mecanismos de consulta pública, a nivel nacional, para empezar a modificar nuestra norma rectora, la cual debe reflejar, de una manera clara los valores, principios e intereses del pueblo de México, conforme a la dinámica local, regional y planetaria actual.
Síguenos en