México
Con cemento hasta el cuello
Que no se engañe Aristóteles, en cuanto comiencen los trabajos, estará literalmente con el cemento hasta el cuello
Además, desde el Gobierno municipal se presume que los trabajos de repavimentación de 21 vialidades se terminarán antes de que comiencen los Juegos Panamericanos (en 199 días), con renovación de tuberías incluida.
La licitación para designar a Cemex detalla que en esta etapa de colocación de pavimento hidráulico en 21 calles y avenidas, se invertirán 909 de los mil 100 millones originales. Esto quiere decir que con los 191 millones restantes se hará el mismo trabajo en otras 12 vías, porque el responsable de Servicios Municipales, Mauricio Gudiño, afirma que después de las competencias deportivas continentales seguirán los trabajos hasta completar las 33 calles originalmente planteadas.
Cada obra será distinta: unos tramos son mayores que otros y en muchas de las avenidas elegidas no se ha dado mantenimiento a los pavimentos hace varias décadas, igual que sucede con los drenajes y tuberías que están debajo. Pero en el afán de obtener promedios, a cada una de las 33 renovaciones de pavimento con los mil 100 millones del crédito le tocarían en promedio 33.3 millones de pesos. Bajo esta lógica, acabados los trabajos de Cemex, la siguiente etapa que consta de 12 vialidades, tendrá apenas 15.9 millones por cada calle.
A las matemáticas elementales responde el mismo Gudiño: los trabajos serán menores.
Dicen los abogados: aceptamos sin conceder.
Sin ninguna duda, si se completa según lo proyectado, esta múltiple repavimentación sería “la gran obra” de la gestión de Aristóteles Sandoval. Gracias a ella podría conseguir que una cantidad suficiente de votantes olvidara los escándalos de corrupción en su gobierno y las fallas evidentes en otros rubros. Eventualmente, lo podría conducir a la gubernatura, su meta desde el primer día que asumió como alcalde.
Pero aún queda mucho por verse porque lo más difícil para Aristóteles y para su gente no fue pelear con el Gobierno estatal para tramitar la deuda. La gran prueba apenas está por llegar: cierre de avenidas, desviaciones, tránsito lento en los meses más calurosos del año, después las lluvias y además, las sorpresas que irremediablemente hallarán debajo de los pavimentos, donde tuberías y drenajes requerirán cirugías mayores. Eso consume tiempo y dinero, si es que van a hacerlo bien.
El mismo trago amargo debieron soportar todos los alcaldes que repavimentaron y renovaron banquetas, desde César Coll Carabias (1995-1997) hasta el anterior Alfonso Petersen.
Que no se engañe Aristóteles, en cuanto comiencen los trabajos, estará literalmente con el cemento hasta el cuello.
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