México

Colima, un paraíso que queda en los recuerdos

Hay consternación social: en 2010 ya hubo 97 homicidios; en 2009 menos de 10; en 2008 dos y en 2007 ninguno

COLIMA (23/NOV/2010).- En Colima se vive un estado de alta tensión. El asesinato del ex gobernador Silverio Cavazos Ceballos ha representado el detonante de un clima violento que antes era impensable.

Cuentan que en 2007 no hubo un solo homicidio, y en 2008 apenas dos. En 2009, menos de 10. Pero en este 2010 la cifra de ejecutados asciende a 97 (incluido Cavazos).

Las historias de asesinatos sangrientos van y vienen en las pláticas de los colimenses. Unos relatan de un hombre que hace poco encontró una bolsa negra que contenían “patas y brazos”, y “lo peor es que se lo ocurrió avisarle a la Policía y lo arrestaron. Estuvo en el bote tres días y andaba bien agüitado. Por eso ya nadie quiere decir nada, hay mucho miedo”.

El otro atentado que se comenta es el que se dio una hora después de la ejecución del ex gobernador, del doctor Mario Eduardo Robles Gil Bernal, a quien acribillaron tres policías al confundirlo con un delincuente, ya que se corrió espantado al verlos armados, pero sin uniformes.

La muerte del político oriundo de Tecomán ha provocado tristeza en sus habitantes, pero también mucha consternación porque es la confirmación de que ya nadie está seguro en el Estado que antes llegó a ser considerado “un paraíso” por ser tan pacífico e idóneo para desarrollar cualquier tipo de negocio.

El ambiente de la gente de Colima y en Tecomán es contrastante. Hay quienes dicen que es una lástima el final trágico de Cavazos, pero muchos otros sonríen, y justifican el atentado que sufrió la mañana del domingo pasado a las afueras de su casa, porque especulan que andaba en negocios turbios, ligado al narcotráfico.

“Era un raterazo, se hizo rico, todo iba a sus bolsillos, no hizo nada por Colima y lo dejó endrogado”.

Sobre los móviles de la ejecución sólo especulan: “Pues yo creo que fueron los mismos políticos, sus enemigos, ya ellos sabrán”.

Toda esa atmósfera de animadversión estalló en el funeral de Cavazos Ceballos, cuando se velaba su cuerpo en el Palacio de Gobierno de Colima. Su viuda, Idalia Pimentel, tomó el micrófono, y con la voz entrecortada, conteniendo el llanto, dijo que ya estaba cansada que durante un año se hubiera atacado a la figura de su esposo, quien le había solicitado anteriormente prudencia. Pero ayer, no soportó más y mencionó nombres y apellidos de sus enemigos políticos como el ex gobernador Fernando Moreno Peña, al diputado panista Leoncio Morán, y a los periodistas Héctor Sánchez y Armando Martínez del “Diario de Colima”.

“Ha habido una campaña mediática en contra de mi familia, nos han acusado de ser rateros, de enrequicimiento ilícito, de ser corruptos. Pero pronto llegará el tiempo para que se sepa la verdad”.

Agregó que en la escuela de uno de sus tres hijos, sus compañeros lo han molestado.
“Se ha envenenado a los niños, porque uno de los compañeros de mi hijo de siete años le dijo que su papá era un ratero. Pero yo les digo a mis hijos que tengan confianza en su papá y en mí, porque trabajamos con honestidad por el bien de Colima. A mí me gusta la política, pero de la buena, pero no de aquella que se dedica a calumniar, y a difamar”.
Curiosamente la viuda, no pidió que se esclareciera el crimen, a diferencia de la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes, quien sí lo exigió.

Silverio Cavazos Ceballos será recordado por su administración polémica, sus enfrentamientos con el “Grupo Universidad”, cercano de Enrique Peña Nieto, pero a la vez por ser un buen consumidor de tacos de carnita y porque cuando jugaba futbol, su equipo nunca perdía.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando