Clausura Profepa hotel en Quintana Roo
Al momento de la inspección, el lugar fue recubierto por un muro de zacate y hojas de palma, con el fin de ocultar las instalaciones
CIUDAD DE MÉXICO (05/OCT/2016).- La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró de manera total temporal obras y actividades del Hotel “Coqui Coqui”, ubicado en la zona costera de la carretera Tulum-Boca Paila, en Tulum, Quintana Roo, por no contar con los permisos en materia de impacto ambiental y cambio de uso de suelo en terrenos forestales otorgados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Personal de la Oficina Regional de Profepa en Akumal constató que, al momento de la inspección, el lugar fue recubierto por un muro provisional de zacate y hojas de palma, a fin de ocultar dichas instalaciones; sin embargo, esta Procuraduría constató que en el interior del predio existían construcciones destinadas para el servicio de hotel.
Los inspectores de la dependencia federal observaron un edificio principal de mampostería, cemento y piedra de dos niveles con habitaciones, escaleras, pasillos y andadores, asentados en lo que antes era un ecosistema natural de palmar, con una superficie de mil 668 metros cuadrados, cuya especie principal es la Palma Chit (Thrinax radiata), así como elementos de selva baja como el Chechén (Metopium brownei), que conforman una vegetación de tipo matorral costero.
La especie Thrinax radiata está clasificada como Amenazada (A) en la Norma Oficial Mexicana 059-SEMARNAT-2010.
Este matorral forma una franja de protección natural que se extiende paralelamente a toda la línea costera del Mar Caribe en el estado de Quintana Roo, sirviendo de refugio a innumerables especies de mamíferos, aves y reptiles como la iguana rayada (Ctenosaura similis), la cual está enlistada en la NOM-059-SEMARNAT-2010, con un estatus de Protección especial (P).
El matorral contribuye a la estabilidad climática de la región, la captación de agua y la formación de una barrera natural para la protección de humedales conformados principalmente por manglares (Avicenia germinans y Conocarpus erectus), especies también protegidas.
La pérdida de vegetación y la colocación de obras que sellan el suelo evitan la filtración de agua, además de afectar el suelo de playa cuya zona federal sirve de refugio y anidación a tortugas marinas como la Caguama (Caretta caretta), que recurre a desovar en la zona durante la presente temporada y que encuentra limitaciones por este tipo de construcciones.
La clausura impuesta busca detener este tipo de obras que, mediante el cambio de uso de suelo ilícito, causan severos desequilibrios ecológicos a los ecosistemas de la región y a las especies de fauna silvestre terrestres y marinas.
Las irregularidades cometidas por el cambio de uso de suelo no autorizado podrían ser sancionadas con una multa de hasta con 20 mil días de la Unidad de Medida y Actualización, de Acuerdo a la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable y, de acuerdo a las denuncias penales que se interpongan en contra de los responsables, con penas de hasta nueve años de prisión y de 300 a tres mil días de multa de acuerdo al Código Penal Federal.
La Procuraduría Ambiental continuará con las visitas de inspección a todas las obras asentadas en la zona costera, ya sea que estén operando o hayan detenido su actividad turística, a fin de imponer medidas de restauración hasta lograr la recuperación del ecosistema natural de matorral-palmar.