México
César Nava y su mundo de caramelo
Eran la pareja perfecta de la generación panista cosecha 94. El futuro matrimonio perfecto, ejemplo de amor
Soy de los que consideran que la vida privada de los personajes públicos es eso, privada. Pero cuando éstos se exponen estratégicamente a los medios con el firme propósito de que hablemos de ellos, se convierte en un asunto de carácter público. No hace mucho que en los medios de comunicación se hablaba sobre lo que hacían y escribían los políticos, particularmente quienes tenían una columna periodística. La desesperación electoral los ha llevado al terreno de la farándula donde se habla, ya no de su trabajo como políticos, sino de lo que hacen en el mundo del espectáculo.
Recuerdo, y me río por supuesto, de cómo los panistas de la primera hora, como los llaman hoy, particularmente los de Guadalajara, se escandalizaban con el noviazgo del abogado Víctor González Luna, hermano del ideólogo y fundador del PAN, y la polémica actriz Elizabeth Taylor, noviazgo que llegó a compromiso, según se lee en algunas publicaciones estadounidenses como “Southeast Missourian” del 10 de agosto de 1983. Pero en la actualidad nada es escándalo, ni el pragmatismo ramplón con el que el PAN se asocia al Partido de la Revolución Democrática (PRD), ni el vergonzoso acuerdo sostenido con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), mucho menos el noviazgo de la pareja del momento.
Si la de Felipe Calderón fue la “generación mexicanto”, cuyas composiciones amenizaron el paso de sus integrantes por la Secretaría Juvenil del PAN, la de Nava podría ser, esperemos que no, una generación decidida a bailar al son de “la vaca tomasa”. Y es que en medio del escándalo generado por el “acuerdo de caballeros” entre PAN y PRI, César Nava tocaba las puertas de “La casita de Patylú” en la gran manzana. Una muestra de que para el presidente del PAN las estrellas piñatas son en su mundo de caramelo. Aunque en el fondo el anunciado matrimonio no debe extrañar a nadie, se dedican a lo mismo: ella divierte niños, y él a la clase política.
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