México
Candidatos ciudadanos II
Escribir tiene un premio muy satisfactorio. Siempre se aprende, ya sea para documentarse o para el mejor de todos: aprender de los demás
El amable lector don Adolfo Medina, tuvo a bien ampliar sin desperdicios mi perspectiva sobre este tema.
Trascribo aquí algunos pensamientos de esa carta: “Sin ser un estudioso de las Ciencias Sociales, me permito darle mi opinión acerca de las preguntas: ¿por qué hay líderes malos? ¿Por qué los individuos se dejan seducir por gobernantes ineficientes, incompetentes, inmorales o corruptos? Si seguimos algunas de las partes de una ‘metodología para solución de problemas’, lo primero que debemos hacer es tomar las medidas de ‘contención’ para que el problema no siga creciendo y luego se toman las medidas correctivas y preventivas.
En el caso político, los candidatos ciudadanos son una medida de ‘contención’ pero las medidas correctivas y preventivas vendrán de una ‘sociedad más educada’ (donde la educación no solo se componga de la parte técnica y cultural sino también ‘la de valores’). La parte correctiva y preventiva lleva más tiempo pero si empezamos hoy seguramente tendremos oportunidad de ver los resultados”.
Las candidaturas independientes rompen el monopolio de las nominaciones por los partidos y abren espacios a figuras ciudadanas, tanto como a políticos inconformes con las decisiones. En esto de políticos inconformes bien lo dice el senador Pedro Joaquín Coldwell: “preferiría tener enfrente a esos políticos inconformes como candidatos independientes y no disfrazados de las siglas o colores de otros partidos”. Porque aquí nos queda muy claro que hay una migración de políticos de un partido a otro, pero al fin y al cabo resulta en el mismo fondo.
No es necesario ser político para gobernar bien, tal es el caso y aquí para botón basta una muestra. En 2004, Sergio Fajardo ganó la alcaldía de Medellín en Colombia. Él es un científico que llegó a la política libre de partidos. A Fajardo es fácil creerle. Uno le cree cuando dice “el dinero público es sagrado” o “le devolvimos la dignidad a un pueblo que antes sólo recibía migajas y encima las agradecía”. Los axiomas de su teoría son: “pasar del miedo a la esperanza” y “lo más bello para los humildes”, y así destinó 40% del presupuesto anual a educación, recursos con el que construyó escuelas, centros de emprendimiento barriales y ludotecas en los barrios más pobres. Logró reducir el índice de homicidios, que superaba 381 casos por cada cien mil habitantes, a sólo 28. Su estrategia apostó por intervenciones urbanísticas que responden a un principio: “Lo más bello para los más humildes”. (Magis 420 ITESO) ¿Verdad que se puede?
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