México
Calderón promulga decreto de tope a salarios
Señala el Presidente que todas las remuneraciones de los funcionarios serán públicas y abiertas al escrutinio público
CIUDAD DE MÉXICO.- El Presidente de México, Felipe Calderón, firmó hoy un decreto que fija un tope salarial para todos los servidores públicos del país, además de prohibir que un funcionario gane más que su superior, como medida de austeridad ante la crisis económica.
El decreto, que modifica y añade seis artículos de la Constitución, afecta a los funcionarios de los tres niveles de la Administración pública (municipal, estatal y federal) y obliga además a que todos los sueldos sean hechos públicos.
En presencia de los ministros de Hacienda, Agustín Carstens, Gobernación (Interior), Fernando Gómez Mont, y de la Función Pública, Salvador Vega, Calderón firmó el nuevo decreto en la residencia presidencial de Los Pinos.
"No se trata pues únicamente de evitar dispendios sino también de generar ahorros en el gasto corriente del Gobierno federal para destinar esos recursos a gastos sociales", sostuvo el mandatario.
Calderón señaló que desde que comenzó su gestión en diciembre de 2006, "antes de pedir sacrificios a las familias mexicanas para resolver los problemas", ha sido necesario que las autoridades mostraran el "uso transparente y eficiente" de los recursos públicos.
A partir de hoy se establece "un tope al sueldo máximo anual de los servidores públicos" tomando como referencia el del presidente de la República, dijo, aunque no cuantificó ese límite.
De este modo, se prohíbe que los servidores públicos perciban un salario mayor al de referencia, que deberá ser fijado en los presupuestos federales, estatales y locales que se elaboren a partir de ahora.
"Queremos que los funcionarios cuenten con una retribución equitativa y coherente con su función y se eviten abusos en la Administración de la remuneración de los servidores", aseguró Calderón.
"Entre otros principios, se establece el elemental de que ningún funcionario puede obtener más remuneración que la de su superior jerárquico y que la determinación de los tabuladores debe ser acorde a la responsabilidad en el cargo desempeñado", agregó.
El presidente de México dejó muy claro que el sueldo debe servir "para vivir con decoro y no ser visto como un botín".
La medida afecta no sólo al Poder Ejecutivo sino también al Legislativo y al Judicial, así como a los órganos constitucionales y locales autónomos de todo el país.
Una novedad más es que a partir de ahora "todas las remuneraciones serán públicas y abiertas al escrutinio ciudadano y deberán especificar todos los elementos que las componen".
Con la medida se pretende sobre todo "evitar situaciones de franco abuso" y frenar la "discrecionalidad" al fijar los salarios.
Calderón justificó el decreto porque su país enfrenta "una situación compleja derivada de la crisis económica internacional que ha tenido efectos negativos en la economía y el empleo".
A fines de julio la Secretaría de Hacienda recortó el presupuesto en unos 6.400 millones de dólares, monto que equivalió al 3,6% del total.
En el segundo trimestre del año el Producto Interior Bruto (PIB) mexicano se desplomó un 10,4%, frente a la caída del 8,2% de los tres primeros meses del actual ejercicio.
Para el total de 2009, el Banco de México (central) prevé una contracción de la economía de entre el 6,5 y el 7,5%.
El decreto, que modifica y añade seis artículos de la Constitución, afecta a los funcionarios de los tres niveles de la Administración pública (municipal, estatal y federal) y obliga además a que todos los sueldos sean hechos públicos.
En presencia de los ministros de Hacienda, Agustín Carstens, Gobernación (Interior), Fernando Gómez Mont, y de la Función Pública, Salvador Vega, Calderón firmó el nuevo decreto en la residencia presidencial de Los Pinos.
"No se trata pues únicamente de evitar dispendios sino también de generar ahorros en el gasto corriente del Gobierno federal para destinar esos recursos a gastos sociales", sostuvo el mandatario.
Calderón señaló que desde que comenzó su gestión en diciembre de 2006, "antes de pedir sacrificios a las familias mexicanas para resolver los problemas", ha sido necesario que las autoridades mostraran el "uso transparente y eficiente" de los recursos públicos.
A partir de hoy se establece "un tope al sueldo máximo anual de los servidores públicos" tomando como referencia el del presidente de la República, dijo, aunque no cuantificó ese límite.
De este modo, se prohíbe que los servidores públicos perciban un salario mayor al de referencia, que deberá ser fijado en los presupuestos federales, estatales y locales que se elaboren a partir de ahora.
"Queremos que los funcionarios cuenten con una retribución equitativa y coherente con su función y se eviten abusos en la Administración de la remuneración de los servidores", aseguró Calderón.
"Entre otros principios, se establece el elemental de que ningún funcionario puede obtener más remuneración que la de su superior jerárquico y que la determinación de los tabuladores debe ser acorde a la responsabilidad en el cargo desempeñado", agregó.
El presidente de México dejó muy claro que el sueldo debe servir "para vivir con decoro y no ser visto como un botín".
La medida afecta no sólo al Poder Ejecutivo sino también al Legislativo y al Judicial, así como a los órganos constitucionales y locales autónomos de todo el país.
Una novedad más es que a partir de ahora "todas las remuneraciones serán públicas y abiertas al escrutinio ciudadano y deberán especificar todos los elementos que las componen".
Con la medida se pretende sobre todo "evitar situaciones de franco abuso" y frenar la "discrecionalidad" al fijar los salarios.
Calderón justificó el decreto porque su país enfrenta "una situación compleja derivada de la crisis económica internacional que ha tenido efectos negativos en la economía y el empleo".
A fines de julio la Secretaría de Hacienda recortó el presupuesto en unos 6.400 millones de dólares, monto que equivalió al 3,6% del total.
En el segundo trimestre del año el Producto Interior Bruto (PIB) mexicano se desplomó un 10,4%, frente a la caída del 8,2% de los tres primeros meses del actual ejercicio.
Para el total de 2009, el Banco de México (central) prevé una contracción de la economía de entre el 6,5 y el 7,5%.
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