México
Caen supuestos secuestradores de Silvia Vargas
La Policía Federal detuvo en Veracruz al jefe y tres presuntos integrantes de la banda de secuestradores “Los Rojos”
Cándido Ortiz González, “Comandante Blanco”, jefe de la banda; su hermano Miguel Ortiz González, “Comandante Tigre”; Luis Antonio Ricalde Murcia “El Chabelo”, y José Antonio Estrada, “El Queso de Puerco”, fueron presentados ayer en el Centro de Mando de la Policía Federal en Iztapalapa, al oriente de la ciudad.
Luis Cárdenas Palomino, coordinador de Inteligencia para la Prevención de la institución federal, afirmó que Cándido Ortiz fue quien organizó el secuestro de la joven, acción que ejecutó el 10 de septiembre de 2007, y que su voz está plenamente identificada en grabaciones como el negociador del rescate.
La Procuraduría General de la República (PGR) ofrecía una recompensa de hasta dos millones de pesos por su captura; fueron detenidos la madrugada de ayer durante un operativo en el poblado Antón Lizardo, municipio de Alvarado, en Veracruz.
“La acción se produjo en cumplimiento de una orden de localización y presentación”.
El funcionario aseguró que la captura fue resultado de investigaciones iniciadas en 2005, con el secuestro de un comerciante de la comunidad judía.
La banda, agregó, está relacionada con 11 casos denunciados a nivel federal, aunque las indagatorias revelan su participación en por lo menos 25 secuestros en diferentes entidades.
Recordó que está pendiente la reaprehensión de Raúl Ortiz González, “El Flaco” o “El Azul”, quien escapó del Hospital de Xoco el 27 de septiembre de 2008, estando bajo custodia policial, horas después de haber sido detenido cuando cobraba una extorsión.
“La banda de ‘Los Rojos’ liderada por Cándido Ortiz González y sus hermanos Miguel, Raúl y Óscar Ortiz González (ya detenido), se caracterizaba por su crueldad, ya que como medio de presión mutilaba a las víctimas y en caso de no cumplirse sus exigencias las mataba”, explicó Cárdenas Palomino.
Cándido Ortiz González, quien también usa los alias de Eduardo Cisneros Marín, Leonardo Huerta López, tiene 42 años, es originario de Guerrero y se encargaba de negociar y cobrar los rescates. Su hermano Miguel, de 39 años, era su brazo derecho y participaba en la logística de los secuestros, detalló el funcionario.
“Desde el tercer día asesinaron a mi hija”
Entrevista con ex titular de la Conade
CIUDAD DE MÉXICO.- El jefe de la banda de “Los Rojos”, Cándido Ortiz González, confesó a Nelson Vargas, ex presidente de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), que su hija, Silvia Vargas Escalera, fue asesinada por sus plagiarios tres días después de que fue secuestrada, cuando iba de su casa a la escuela en septiembre de 2007.
En las instalaciones del Centro de Mando de la Policía Federal (PF) en Iztapalapa, el empresario encaró durante cinco minutos al hombre que, según la corporación, organizó el secuestro, y comprobó el temor que tuvo desde el inicio de las negociaciones.
“La autoridad estaba haciéndole ciertas preguntas volteado a la pared. Yo le dije (a Cándido) que me viera a los ojos y me dijera cuándo había asesinado a mi hija”, relata Vargas. Tras la pregunta, el jefe de la banda de plagiarios le respondió directo: “Desde el tercer día”.
“Yo me temía esto, porque quien negoció conmigo me hizo ver que le iba a cortar un dedo diario durante 20 días. Me mandaban a mí a diferentes lugares a buscar los dedos de mi pequeña, nunca encontré nada; creo que este hombre me dijo la realidad, seguramente se les pasó la anestesia, hay que buscar ahora quién la aplicó, todavía quedan muchas cosas por definir”.
Asegura que Cándido Ortiz no fue quien negoció con él a través del teléfono el rescate para liberar a Silvia, contrario a lo afirmado por Luis Cárdenas Palomino, coordinador de Inteligencia para la Prevención de la Policía Federal.
“Recuerdo muy bien todo lo que hablé con ese infeliz y no era él, se lo dije a Cárdenas Palomino”.
Sobre la captura de cuatro integrantes de la banda, Nelson Vargas dice estar agradecido con la Policía Federal, pero aseguró que las autoridades perdieron tiempo desacreditando las investigaciones que hizo la familia.
“Consideramos se perdió tiempo al desacreditar las líneas de investigación que teníamos como familia, las cuales entregamos a las autoridades mucho antes de que en diciembre de 2008 supiéramos que nuestra pequeña ya estaba con Dios, y que hoy finalmente y de manera tardía, son aceptadas por las autoridades”.
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