México

Bing-Bang: colectiva con sentido del humor

La Tradición rota es también de Verónica Flores, que logra su propósito colocando platos rotos de finas vajillas sobre la pared

El factor común en la exposición colectiva de ocho artistas tapatíos curada por Viviana Kuri en la Ciudad de México, es el sentido del humor que campea por los cuatro costados del espacio de la Fundación Cultural Border en la colonia Roma (Zacatecas 43), gracias al ingenio de sus artistas como el de Cervantes en boca del hidalgo de la Mancha.

Desde el título “Bing-Bang”, que más tiene que ver con los “Helados Bing”, famosos en Guadalajara, asociado con la gran explosión —Big-Bang— y el origen del Universo, título que hay que explicar a los chilangos para que entiendan el juego de palabras y que, a pesar que las explicaciones de la exposición que tratan de apegarse seriamente a otras historias de la Evolución, el sentido del humor gana por mucho.

No puede uno menos que sonreír con el Albert’s UHR o la Hora de Alberto —Einstein—, de Javier M. Rodríguez, con su reloj de pared con una carátula que registra el paso del tiempo, pero en centímetros, y así vemos extrañados cómo el segundero va a 60 cm./min., y se nos cruce, ingeniosamente, la medida del tiempo con el espacio.

O Lo inevitable, de Verónica Flores: una repisa a la altura perfecta donde hay “cristales cortados”, vasos y copas finas que se han quebrado y que intentan inútilmente ser restauradas como puede uno encontrar lo inevitable en el universo.

Fernando Palomar y su Hairstyles resume el ingenio y el buen humor de estos jóvenes tapatíos —donde la creatividad está en proporción directa al buen humor—, como lo demuestra con una foto en donde vemos en primer plano las espaldas de una mujer —bella—, con una cabellera media desordenada, con su broche, que observa el cuadro del entierro de Cristo al lado de la virgen o de María Magdalena y uno de sus discípulos, con la greña parecida a la mujer de espaldas, pero con diferente estilo que provoca una sonrisa cómplice al intuir sus intenciones con las dos cabelleras y sus estilos.

La Tradición rota es también de Verónica Flores, que logra su propósito colocando platos rotos de finas vajillas sobre la pared —la antítesis de lo que hay en las casas donde presumen su cerámica y porcelana china—, y al verlos sabemos que son historia y la tradición acabada.

Emanuel Tovar muestra la evolución de las otras especies con dos cajas de huevos —montadas sutilmente, una sobre la otra—, con el sello de Los diecinueve hermanos, ¿19 hermanos?, nos preguntamos tanto en términos evolutivos como para saber qué fue primero, si la gallina o el huevo.

Y así, esbozamos otra sonrisa, felices de haber visto una colectiva con tanto ingenio y tan buen sentido del humor.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando