México
Beatriz y Amalia: ¿pacto o recapitulación?
Viejas amigas y conocidas, con una buena relación que data de años de navegar en las lides políticas, una en la izquierda y otra en el viejo sistema priista
Viejas amigas y conocidas, con una buena relación que data de años de navegar en las lides políticas, una en la izquierda y otra en el viejo sistema priista, Paredes y García tienen buena comunicación y en ese encuentro decidieron ejercerlo en una plática que puede resultar decisiva para la elección en curso en Zacatecas.
En la versión oficial filtrada por los aparatos de comunicación de la zacatecana y la tlaxcalteca, el encuentro tuvo un objetivo meramente diplomático, casi inocente: Amalia le pidió a Beatriz “que no se metan los gobernadores de Nuevo León y del Estado de México a los comicios en Zacatecas”, y que en su Estado “se juega limpio”. También le dijo la gobernadora “que las épocas del carro completo se terminaron y que lo que quieren los ciudadanos es la pluralidad y el respeto político”.
Hasta ahí la versión oficial que también fue completada por las declaraciones de Beatriz, que habló de “un encuentro respetuoso para garantizar que los comicios serán limpios y se respetarán los resultados”. Pero, tratándose de dos políticas con la experiencia y el nivel de ambas, es difícil creer que hayan sostenido y filtrado un encuentro para algo tan obvio y que pudieron manejar con un simple comunicado y una foto.
Y ahí viene lo interesante, en privado, en ese encuentro, se selló un pacto para garantizar una transición de poder ordenada y segura para Amalia García si, como las encuestas indican hasta ahora, el PRI recupera el poder con su candidato Miguel Alonso Reyes, que según las últimas encuestas, lo mismo de la Universidad Zacatecana que de diarios o de empresas como Parametría, adelanta con una ventaja de unos 15 puntos al candidato del PRD y Convergencia, Antonio Mejía Haro.
Por eso hay razones para pensar que, más que un pacto de civilidad, lo que ocurrió en ese encuentro entre la gobernadora y la lideresa priista, fue un “pacto de transición” en el que una y otra adquirieron compromisos: tal vez Beatriz ofreció parar la maquinaria y la inyección ilegal de recursos que han hecho los gobernadores Enrique Peña Nieto y Rodrigo Medina para apuntalar al candidato del PRI, a cambio de que Amalia reconozca y acepte sin problema una eventual derrota de su partido.
A cambio, la mandataria pudo recibir garantías de “no agresión” de un futuro gobierno priista y la seguridad de que no será tocada ni con el pétalo de una auditoría.
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