México
Armida, la estrella sangrienta de Damasco
Tres historias, tres tragedias desde tres puntos de vista construidas a partir de la vida de estas reinas que, en plenitud de su majestad y gobierno, sufren el embate del amor, la pasión y el abandono antes de su caída mortal
Tres historias, tres tragedias desde tres puntos de vista construidas a partir de la vida de estas reinas que, en plenitud de su majestad y gobierno, sufren el embate del amor, la pasión y el abandono antes de su caída mortal.
En 1099 Armida era la reina de Damasco, la capital de la República Árabe Siria, amenazada por los cruzados. Philippe Quinault (1650) fue el primero que escribió un libreto para que el músico Lully (1651) compusiera la primera ópera basada en la historia de esta reina de Damasco.
Luego, Gioachino Rossini (1792-1868) le pidió a Giovanni Schmidt un nuevo libreto para su Armida, esa ópera que estrenaría en Nápoles en 1817 con la famosa prima donna Isabella Calibrán que, para esas fechas, era la amante del rey de Nápoles, y de 1822 a 1837, la primera esposa de Rossini.
El próximo sábado 1º de mayo a las 12:00 horas podremos disfrutar de la producción del MET con la Armida de Rossini ahora con la soprano Renée Fleming como la reina de Damasco y Lawrence Browlee como Rinaldo —el cruzado—, dirigidos por Ricardo Frizza, ópera que será transmitida en vivo y en directo a las pantallas de HD del Teatro Diana en Guadalajara.
Todo sucede durante la primera cruzada y la deslumbrante Armida tenía poderes mágicos —como todas las mujeres que nos deslumbran—, y se enamora de Rinaldo que, por ser un cristiano fundamentalista, la rechaza. No hay nada en este mundo que enfurezca más a una mujer que ser rechazada y, por eso, ese amor se convierte en odio, con todo y sus consecuencias.
Mientras estuvo casado Rossini con la Calibrán, tuvo a Olimpia Péllissier como su amante, y por eso el músico y gourmet —filete Rossini— sabía de las Furias como las que enloquecieron a la Rinaldo hasta ser liberado de sus apariciones fantasmales y reintegrarse a la lucha en Jerusalén para que todo se desmoronara, incluyendo el palacio mágico de Armida que queda sepultada bajo sus escombros.
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