México
Apoyan Legisladores demanda de la UNAM
Diputados dan apoyo unánime a la UNAM para más recursos; ‘afis’ protestan y gobernador pide más fondos
CIUDAD DE MÉXICO.- Fue un encuentro insólito, en tiempos de crispación, entre la tormenta. Se reunieron los contrarios, estuvieron juntos representantes de todos los partidos, y aún más quienes están en distintas tribus perredistas.
Unos y otros, todos, concluirían la sesión de trabajo con un: “¡Gooyaa...!”, en honor de la UNAM y en apoyo al rector José Narro Robles.
Comieron juntos legisladores y autoridades universitarias. Bromearon, se carcajearon. Pero, en serio, coincidieron en la necesidad de aprobar un presupuesto para la máxima casa de estudios superior al propuesto por el Ejecutivo.
Antes del primer plato, Narro explicó que en el proyecto para el próximo año, a la UNAM se le quitan cerca de 850 millones de pesos. Y los recursos adicionales solicitados para el próximo año, agregó, serían 950 millones de pesos. “¡Ahora sí que el puma mayor ya nos dio el zarpazo!”, comentó de buen humor uno de los comensales.
La reunión continuó... el rector fue categórico al defender universidades públicas. Con el segundo plato, dio a sus invitados un dato estremecedor: En México sólo uno de cada cuatro jóvenes llega a educación media superior, en otros países, como Suecia, son nueve de cada 10.
Luego intervinieron diputados de todos los partidos. Unánime, la expresión en favor de la demanda del rector. Le regalaron un distintivo de la Legislatura, le dijeron que es un diputado honorario. Él lo aceptó de buena gana, pero agregó que ojalá también la UNAM cuente con el voto de todos al dictaminar el presupuesto.
A la izquierda de Narro, el panista Raúl Alejandro Padilla, de Jalisco, presidente de la Comisión de Presupuesto, quien en 2007 tuvo desafortunadas expresiones sobre la UNAM y también vicepresidente del equipo Atlas, comía y escuchaba.
Envejecía la tarde. En el cielo las nubes eran negras. Insistente caía la lluvia. Y ahí estaban, metidos en una gran tienda, una carpa, en esa insólita reunión.
A la misma hora, en otra ala del Palacio Legislativo, varios agentes de la AFI daban a conocer su inconformidad, la causa de su rebeldía. Una de ellas, Ericka, expresaba al cronista: “Yo no soy secuestradora, no soy delincuente, tengo carrera universitaria, y tomé cursos especiales... No se vale, que el secretario García Luna por tener más fuerza, quiera absorbernos y darnos tolete y escudo”.
Una intensa jornada. En otro salón comparecía ante comisiones el secretario de Salud. Al mismo tiempo, por su lado, el gobernador de Guanajuato pedía más dinero para su estado. Otros mandatarios estatales ya habían ido, acudirán más.
Tiempos de crispación, de tormentas, y sin embargo, fuerte se escuchó el: “¡Gooyaa!”.
Unos y otros, todos, concluirían la sesión de trabajo con un: “¡Gooyaa...!”, en honor de la UNAM y en apoyo al rector José Narro Robles.
Comieron juntos legisladores y autoridades universitarias. Bromearon, se carcajearon. Pero, en serio, coincidieron en la necesidad de aprobar un presupuesto para la máxima casa de estudios superior al propuesto por el Ejecutivo.
Antes del primer plato, Narro explicó que en el proyecto para el próximo año, a la UNAM se le quitan cerca de 850 millones de pesos. Y los recursos adicionales solicitados para el próximo año, agregó, serían 950 millones de pesos. “¡Ahora sí que el puma mayor ya nos dio el zarpazo!”, comentó de buen humor uno de los comensales.
La reunión continuó... el rector fue categórico al defender universidades públicas. Con el segundo plato, dio a sus invitados un dato estremecedor: En México sólo uno de cada cuatro jóvenes llega a educación media superior, en otros países, como Suecia, son nueve de cada 10.
Luego intervinieron diputados de todos los partidos. Unánime, la expresión en favor de la demanda del rector. Le regalaron un distintivo de la Legislatura, le dijeron que es un diputado honorario. Él lo aceptó de buena gana, pero agregó que ojalá también la UNAM cuente con el voto de todos al dictaminar el presupuesto.
A la izquierda de Narro, el panista Raúl Alejandro Padilla, de Jalisco, presidente de la Comisión de Presupuesto, quien en 2007 tuvo desafortunadas expresiones sobre la UNAM y también vicepresidente del equipo Atlas, comía y escuchaba.
Envejecía la tarde. En el cielo las nubes eran negras. Insistente caía la lluvia. Y ahí estaban, metidos en una gran tienda, una carpa, en esa insólita reunión.
A la misma hora, en otra ala del Palacio Legislativo, varios agentes de la AFI daban a conocer su inconformidad, la causa de su rebeldía. Una de ellas, Ericka, expresaba al cronista: “Yo no soy secuestradora, no soy delincuente, tengo carrera universitaria, y tomé cursos especiales... No se vale, que el secretario García Luna por tener más fuerza, quiera absorbernos y darnos tolete y escudo”.
Una intensa jornada. En otro salón comparecía ante comisiones el secretario de Salud. Al mismo tiempo, por su lado, el gobernador de Guanajuato pedía más dinero para su estado. Otros mandatarios estatales ya habían ido, acudirán más.
Tiempos de crispación, de tormentas, y sin embargo, fuerte se escuchó el: “¡Gooyaa!”.