México

¡Aplauso a la ciudadanía!

No se trata sólo de estadísticas, de cifras o de comparativos, sino de asumir con plena conciencia la responsabilidad de lo que puede llegar a significar el poder disfrutar de unas vacaciones

Aunque de ninguna manera se deben de echar las campanas al vuelo, el sólo hecho de saber que durante la temporada vacacional de las semanas Santa y de Pascua se presentaron menos muertes por accidentes automovilísticos, nos habla de una sinergia entre los ciudadanos, medios de comunicación y autoridades, para lograr medidas de prevención que evitaron menos hogares enlutecidos que el año anterior.

Es por ello que podemos considerar que el reporte proporcionado por las autoridades, en el que señala que el presente año se pudieron evitar 22 muertes (en comparación con el año 2009), es un paso importante en el que se debe de trabajar y no quitar el dedo del renglón en las medidas preventivas a través de campañas en los medios de comunicación, las cuales deberían de estar presentes siempre en todos los que asumimos la responsabilidad de conducir un automóvil.

Y es que cada accidente de este tipo —con independencia de su magnitud— trae consigo serias consecuencias para un número indeterminado de personas, tales como pérdidas económicas, frustración por no poder disfrutar de las vacaciones, daños que pueden dejar secuelas para toda la vida (amputaciones, parálisis, etc.), pero si es el caso que en el mismo se presenta la pérdida de una o varias vidas humanas, entonces estamos hablando de situaciones irremediables y terriblemente dolorosas, que a su vez provocan otras tantas consecuencias que no se equiparan con nada.

Y es que ante la avalancha de familias que suele salir de vacaciones, la posibilidad de accidentes se multiplica, ya que la ansiedad de llegar al destino planeado genera ciertas actitudes —hasta hostiles— en los conductores y acompañantes, que luego pueden detonar las fatales consecuencias. Por ello es muy importante que nos demos cuenta que los automóviles y las carreteras están hechas para ser utilizados en determinadas condiciones, y que si por alguna razón no se cumple con las disposiciones preventivas (mínimas) nos exponemos, al igual que a nuestros acompañantes y demás familias que circulan por el mismo trayecto, y podemos irnos hacia un punto en donde ya no existe retorno.

Y la verdad es que no se trata sólo de estadísticas, de cifras o de comparativos, sino de asumir con plena conciencia la responsabilidad de lo que puede llegar a significar —para bien— el poder disfrutar de unas vacaciones en donde la recreación, el ocio y el descanso se conjuguen para permitirnos la necesaria revitalización que requiere todo ser humano, y si a ello le sumamos la convivencia familiar y con los amigos, entonces se convierte en una oportunidad que todo mexicano debería de experimentar.

Aún más, dicen que los viajes ilustran, y es una gran verdad, siempre y cuando sean bien planeados.
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