México
¿Americana yo? (II)
Ésta es una operación matemática muy sencilla: sumas el término “eres indocumentado” más la realidad de “no tienes crédito“, el resultado es igual a: no eres nadie en Estados Unidos
Ésta es una operación matemática muy sencilla: sumas el término “eres indocumentado” más la realidad de “no tienes crédito“, el resultado es igual a: no eres nadie en Estados Unidos.
Este fin de semana de quincena en donde el pago de utilidades de las empresas para muchos trabajadores mexicanos es un tema incierto, y de las historias de paisanos que cruzaron “al otro lado” que siguen explotando los medios de comunicación, sobre todo las televisoras latinas luego de la controversia de la Ley SB1070 en Arizona, recordé uno de los términos más escalofriantes en Estados Unidos: “depósito”. Si quieres contratar cualquier servicio, prácticamente para todo tienes que dejar uno, más si se trata de una persona que es indocumentada. De no serlo así, imposible figurar en el mapa de la tierra del tío Sam.
Quizás por eso sean la gran potencia mundial, por lo ordenado de sus sumas y restas que de nada sirvieron para enfrentar desde 2008 su lamentable recesión y el impacto en la economía mundial.
El caso es que en la contratación de algún servicio como telefonía local y celular, cable, internet, todo lo que en México se puede tener de una manera más sencilla, en el vecino país del Norte, si no se tiene un crédito que lo avale, y a veces aunque lo tengas, se tiene que pagar un depósito.
El servicio de luz es uno de los ejemplos más significativos, porque para poder contratarla tienes que dejar un depósito de ¡300 dólares! cantidad que reembolsan a tu cuenta 365 días después de la fecha que contrataste y si cancelas antes de ese plazo… pérdida total del dinero más una serie de multas. Por cierto, la luz allá se paga cada mes.
El servicio de telefonía celular es otro caso. Existen tarifas, planes, etcétera, pero ¡Oh sorpresa!, cada estado de los cincuenta que tiene Estados Unidos exige un impuesto distinto que habrá que pagar por el uso de espacio y redes, es decir, que a la tarifa inicial se le suma el impuesto tradicional y también el impuesto estatal. Ejemplo: si el plan mensual que incluye nada más llamadas ilimitadas sólo a teléfonos fijos le cuesta 42 dólares, con todos los impuestos que exige un estado como Texas, termina pagando 61 dólares.
La renta de un departamento con una recámara, alfombra y aire acondicionado cuesta 550 dólares al mes, con un depósito inicial de 150 y si se tienen mascotas habrá que pagar 40 al mes por cada una.
Hablando de mascotas, para comprar una no necesita depósito, pero si quiere adquirir un perrito que le festeje la llegada a casa y le haga olvidar lo lejos que está de su tierra, en las veterinarias se lo ofrecen con chip integrado hasta en mil dólares y si se enferma… mejor cómprale un seguro anual de 500.
Así que estas líneas ojalá sirvan para que las cuentas que se deben en México se aprecien ligeritas y para reafirmar una vez más lo complicado que puede ser intentar entrar al “american way of life”.
Este fin de semana de quincena en donde el pago de utilidades de las empresas para muchos trabajadores mexicanos es un tema incierto, y de las historias de paisanos que cruzaron “al otro lado” que siguen explotando los medios de comunicación, sobre todo las televisoras latinas luego de la controversia de la Ley SB1070 en Arizona, recordé uno de los términos más escalofriantes en Estados Unidos: “depósito”. Si quieres contratar cualquier servicio, prácticamente para todo tienes que dejar uno, más si se trata de una persona que es indocumentada. De no serlo así, imposible figurar en el mapa de la tierra del tío Sam.
Quizás por eso sean la gran potencia mundial, por lo ordenado de sus sumas y restas que de nada sirvieron para enfrentar desde 2008 su lamentable recesión y el impacto en la economía mundial.
El caso es que en la contratación de algún servicio como telefonía local y celular, cable, internet, todo lo que en México se puede tener de una manera más sencilla, en el vecino país del Norte, si no se tiene un crédito que lo avale, y a veces aunque lo tengas, se tiene que pagar un depósito.
El servicio de luz es uno de los ejemplos más significativos, porque para poder contratarla tienes que dejar un depósito de ¡300 dólares! cantidad que reembolsan a tu cuenta 365 días después de la fecha que contrataste y si cancelas antes de ese plazo… pérdida total del dinero más una serie de multas. Por cierto, la luz allá se paga cada mes.
El servicio de telefonía celular es otro caso. Existen tarifas, planes, etcétera, pero ¡Oh sorpresa!, cada estado de los cincuenta que tiene Estados Unidos exige un impuesto distinto que habrá que pagar por el uso de espacio y redes, es decir, que a la tarifa inicial se le suma el impuesto tradicional y también el impuesto estatal. Ejemplo: si el plan mensual que incluye nada más llamadas ilimitadas sólo a teléfonos fijos le cuesta 42 dólares, con todos los impuestos que exige un estado como Texas, termina pagando 61 dólares.
La renta de un departamento con una recámara, alfombra y aire acondicionado cuesta 550 dólares al mes, con un depósito inicial de 150 y si se tienen mascotas habrá que pagar 40 al mes por cada una.
Hablando de mascotas, para comprar una no necesita depósito, pero si quiere adquirir un perrito que le festeje la llegada a casa y le haga olvidar lo lejos que está de su tierra, en las veterinarias se lo ofrecen con chip integrado hasta en mil dólares y si se enferma… mejor cómprale un seguro anual de 500.
Así que estas líneas ojalá sirvan para que las cuentas que se deben en México se aprecien ligeritas y para reafirmar una vez más lo complicado que puede ser intentar entrar al “american way of life”.
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