México
Allá en la fuente
¿Cómo que falso don Ramón?, no la haga, si mijo lo acaba de sacar del cajero, si lo acabo de mandar
— Son 39 pesos, doña Teresa.
— Híjole, no tengo cambio, pero ahí le van 200 pesos, sirve que cambio mi billete.
— Híjole con la pena doña Tere, pero este billete es falso.
— ¿Cómo que falso don Ramón?, no la haga, si mijo lo acaba de sacar del cajero, si lo acabo de mandar.
— Pues sí seño, pero mire, la impresión está bien chafa, y mire, este que debería ser el cintillo de seguridad se desintegra raspándolo, con la pena pero no se lo puedo aceptar.
— No pues ahorita le pago no sea malo, déjeme sacarlos por otro lado, a dárselo al de la verdura o algo.
— No doña Teresa, no sea así, mejor vaya al banco donde fue Chavita pa’ que se lo cambien.
— Pero no me van a hacer caso, no me van a creer.
— No pues usté vaya, porque 200 pesos ya pesan, a ver qué le dicen.
— Y sí verdá, gracias don Ramón, deje voy a ver qué me dicen.
— …
— Oiga disculpe, mire, acabo de mandar a mi hijo a sacar dinero al cajero y sucede que el tendero me dijo que es falso, miré, aquí lo traigo.
— No pues sí es falso señora, ¿pero como se yo que su hijo lo sacó de este cajero y no que se lo dieron en otro lado?
— No pos sí acaba de venir, hace como 10 minutos, un muchachito flaquito de 18 años, traía una gorra roja.
— No pues la verdad sí lo vi por aquí hace rato, pero no puede ser que el cajero de billetes falsos seño.
— Sí es posible señorita, hace como dos semanas yo leí que estaban saliendo cada vez más billetes falsos, es más, decían que los de 200 eran los que más estaban falsificados.
— Yo también leí, pero la verdad no pensé que nos fuera a pasar a nosotros, pero no se apure, deje le digo al gerente y le damos uno nuevo… Miré tenga sus 200 y disculpe.
— Muchas gracias… Tenga don Ramón, ya me regresaron mi billete.
— Ya vio, le dije que fuera.
— Pues sí, gracias por decirme, déjeme llegar con el mandado.
— Que le vaya bien.
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