México

Alcalde se casa de forma simbólica con un cocodrilo

El enlace se realiza en una población habitada por indígenas chontales, para que les traiga suerte en su relación con la naturaleza

CIUDAD DE MÉXICO (01/JUL/2015).- Los habitantes indígenas de un pequeño pueblo pesquero en el sur repitieron, como hacen cada año desde hace siglos, la boda simbólica entre su alcalde y un pequeño cocodrilo con el objetivo de que les traiga suerte en su relación con la naturaleza.

El novio Joel Vásquez Rojas, que también es alcalde de San Pedro Huamelula,Oaxaca, dijo que los indígenas chontales que habitan la región "vienen a dejarla en prenda para que se dé la armonización del medio ambiente con el eje de autoridad".

La intención del ritual nupcial entre lagarto y alcalde es "dar gracias a Dios y se le hacen peticiones por las lluvias, germinación de las semillas, las cosechas, la paz y la salud de campos y animales", explicó Jaime Zárate, cronista oficial del pueblo.

En el lugar se asocia a los cocodrilos con agua y pescado, elementos centrales del sistema productivo y de reproducción social del pueblo. Dicha asociación se debe a que el medio natural de los lagartos es un sistema de lagunas unidas al mar características de la costa del estado de Oaxaca, en el Pacífico mexicano, donde se ubica la localidad.

Antes de casarlos, a la novia reptil se le ata una cuerda alrededor de la mandíbula para que no muerda a nadie. También se la bautiza, como indican las leyes de la Iglesia. Pese a que su denominación histórica es "niña princesa", el nombre cristiano de la novia es "María Isabel".

La ceremonia es oficiada por un líder indígena y, por motivos obvios, no hay beso entre marido y mujer a la hora de oficializar el enlace.

Una vez terminada la boda se les cantan rondines a los novios durante un desfile por las calles del pueblo. Después el reptil participa en un baile alegórico en el que los participantes se agrupan bajo las mismas redes de pesca que se utilizan durante el año y representan escenas de la vida productiva diaria.

El animal es liberado de nuevo en la naturaleza, momento en el que se le retiran las cuerdas que le amarran la mandíbula, ya que de no hacerse no podría alimentarse.
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