México
Al IFE le convenía que ganara López Obrador en 2006: Ugalde
Aunque fue una decisión del Tribunal electoral, el ex presidente del IFE cuenta que el candidato de la izquierda nunca hizo la solicitud del voto por voto en todos los paquetes
En entrevista con El Informador, el también académico del Instituto Tecnológico Autónomo de México cuenta de su paso por el órgano electoral durante la elección más cerrada de la historia de este país, afirma que el candidato de la izquierda nunca hizo una solicitud formal del recuento total de los votos en la elección de 2006 y que, desde su punto de vista, al IFE le convenía que ganara Andrés Manuel López Obrador.
Además, Ugalde reflexiona sobre los vicios sistémicos de nuestra democracia, a la que considera de baja calidad por las personas que tomas decisiones en la arena pública.
-Luis Carlos, ¿qué intentas reflejar con este libro?
Básicamente lo que trata de responder es porque la democracia no cuaja, porque está dando menos resultados de lo que esperaba, porqué prevalece la frustración, con un paraíso que nos prometieron hace muchos años, con más seguridad, más igualdad, parece ser que después de 12 años de la alternancia esto no ha ocurrido. Es decir, tenemos más democracia, tenemos más libertades, tenemos más pluralismo; pero la democracia parece estar por debajo de la promesa original. Lo que digo yo es que hay elecciones, hay alternancia, pero los vicios históricos del sistema político mexicano han cambiado poco, y mientras esos vicios no cambien, no importa quién gobierne en la presidencia o en la gubernatura o en el Congreso. El sistema político que no cambia funciona de manera errónea, limitada. Y ese es el problema de fondo de la política mexicana
Hablas de problemas sistémicos, ¿cuáles son?
Yo menciono cinco problemas sistémicos, estructurales, históricos. Y son el clientelismo, la impunidad, una rendición de cuentas escasa, una falta de cultura de la legalidad y un estado fiscalmente débil y pobre. Y te doy un ejemplo, primero la impunidad. Ese es el principal problema de nuestro sistema político mexicano y eso se resume en que los políticos no pagan las consecuencias de sus actos. Y así, México 2013 es muy semejante a México 1990, la democracia no ha reducido la impunidad sino que la ha mantenido.
El clientelismo es otro problema. México está organizado como un cambio de favores por todos lados, entre políticos, sindicatos, taxistas, ambulantes, campesinos, maestros… este problema le pesa a los ciudadanos de a pie, porque ellos, que no están en una clientela organizada, terminan pagando por los que sí se organizan.
El tercer problema es la poca legalidad. México, hay que decirlo tal cual, es una sociedad proclive y tolerante con la corrupción. Es falso este argumento de que los políticos son los corruptos y los ciudadanos las víctimas, porque históricamente no lo hemos hecho así.
Si estos tres vicios se mantienen a pesar de que hay alternancia… pues no importa que gobierne el partido A o el partido B o el partido C porque van a terminar por reproducir estos problemas
Después de 70 años de un partido y 12 de otro, viéndolo en retrospectiva. ¿Crees que llegamos tarde a la transición?
No, no, no. No ha habido transición, la transición real no es el de las personas en el poder sino que la verdadera transición es cuando se terminan estos vicios. Que cambie el partido en el poder es alternancia pero no es transición. La democracia se construye, y nosotros somos una democracia pero de baja calidad; la transición cualitativa se logrará cuando logramos combatir estos vicios históricos.
A usted le tocó estar dentro de un órgano electoral además durante un periodo muy álgido para la naciente democracia mexicana. Al ser un académico y después entrar a las entrañas de un sistema que ahora critica, ¿le decepcionó lo que vio?
Yo no me decepciono porque no soy ingenuo, porque sé que la política es la negociación de la vida real, de los intereses y en ese sentido lo entendí. Pero sí pude vivir en carne propia la los niveles de impunidad, el poco aprecio a la legalidad, las presiones, la negociación al margen. Simplemente es entender la realidad que vivimos. Porque buena parte de lo que se dice son teorías que no tienen asideros en la realidad. Todavía en 2012 seguíamos pensando que con el regreso del PRI iba a regresar todos estos vicios del pasado, yo lo que sostengo es que no se puede ir algo que nunca se ha ido. El problema es que el sistema político no ha cambiado en 30 años.
¿Cree que la modernidad, entendida como la necesidad de hacer las cosas más rápidas y con ayuda de adelantos tecnológicos, le está haciendo bien a la democracia mexicana?
La tecnología le ha están haciendo un bien a la democracia porque amplia la libertad de expresión, sin embargo, los medios de comunicación tienen un record mixto. Por una parte han jugado un papel muy importante en expandir la voz ciudadana, en denunciar la corrupción, en llamar a cuentas a los gobernantes… pero por otra parte algunos medios de comunicación tienen poco profesionalismo y han formado parte de este sistema clientelista y corrupto porque muchos medios - no todos- viven del dinero público y no de sus lectores; y porque se han acomodo en la idea de que hay que cortejar al poder para obtener contratos, en lugar de atraer a lectores de otras maneras. Entonces el record es mixto, creo que en México tenemos un problema de profesionalismo con los medios de comunicación y tenemos una adicción a los presupuestos públicos.
Se lo preguntaba porque cuando lo veo me viene a la cabeza la noche en que usted salió a decir que, tras la jornada electoral, no había ganador en la elección del 2006. Aunque suene paradójico, cree que influyó esta parte de “tengo que salir, esta misma noche, para decir que no hay un ganador”
Lo que ocurrió fue lo que existía. Había una elección cerrada y el IFE acordó que había un empate técnico y anunciaría que había que esperar el resultado final. Ahora, este tipo de anuncios son anticlimaticos, generan sospecha y los políticos se pelean en los medios de comunicación para decir yo gané. El IFE hizo lo que tenía que hacer y luego tuvimos un comportamiento muy irresponsable de los dos candidatos punteros que se proclamaron ganadores y ahí inició una crisis política nacional muy severa
Y a usted lo persiguieron por mucho tiempo
Y los políticos culparon al IFE de ser responsable de la descomposición social cuando en realidad esto ocurre en muchos países, cuando una elección está cerrada lo mejor es esperar. Pero si los dos candidatos punteros salen a declararse ganadores y a acusarse; y uno de ellos dice que hubo fraude electoral, pues evidentemente la autoridad sufre
Y el problema es que no hubo resarcimiento de daños. En ese momento ni los partidos quisieron construir el dialogo ni el IFE tampoco lo propició
Bueno el IFE es una autoridad, el IFE no negocia, aplica la ley. Al IFE se le pedía que aplicara la ley, que hiciera un recuento generalizado, y se le pedían cosas que el IFE no puede hacer y hay que entender que el IFE es autoridad y a veces la autoridad es antipática por lo que dice y por lo que hace con la ley. La ley (electoral) era imperfecta y lo sigue siendo, pero era la ley que existía y no teníamos margen de discrecionalidad; de tal forma que lo que hubo fue un conflicto postelectoral donde las pasiones de los políticos fueron trasladadas a la autoridad.
Y esto volvió a pasar en 2012: se volvió a decir que el IFE estaba vendido y que se estaba comprando una elección. Mientras no haya responsabilidad de los actores, con leyes imperfectas como las que tenemos, va a ser muy difícil avanzar
Y a seis, y a pesar de que fue una resolución del Tribunal, ¿usted cree que debería haberse llevado el voto por voto que pedía López Obrador?
Yo creo que hubiera sido saludable que hubiera total reconteo de los votos, porque hubiera dado más confianza en el sistema. Pero había dos problemas; primero es que López Obrador nunca lo solicitó, esto no se sabe pero López Obrador sólo pidió el 16 por ciento del recuento de los paquetes. Tú no le puedes dar un recuento a alguien que no lo solicita.
Y segundo es que la ley electoral no lo contemplaba y la única manera de haber hecho el recuento es haber violado la ley. Hubiera sido saludable hacer el recuento completo, pero no es un asunto de voluntad sino de legalidad.
El problema de la incertidumbre electoral propició que el ex presidente Calderón decidiera emprender políticas para legitimarse. ¿Usted es de los que cree que lo electoral termina siendo la base de las políticas a implementar por los gobernantes?
Por supuesto, las elecciones son el primer eslabón de un gobierno en formación. La construcción de legitimidad pasa por la credibilidad de las elecciones y el hecho de que los procesos electorales desde hace 10 años en México estén sujetos al regateo de los contendientes, tanto en 2006 como en 2012, es parte de las tácticas de los contendientes, de una aceptación selectiva de los resultados. La democracia mexicana no va a madurar mientras que los actores no asuman sus consecuencias. No se vale entrar a competir con esas reglas y después desconocer el resultado si no te favorece.
Y entonces qué les diría a todas esas personas que siguen pensando que usted formó parte de lo que ellos llaman el fraude electoral del 2006
Que es una cosa de sentido común. Después de 6 años no hay una sola prueba de que haya habido una alteración de los resultados. Yo no conozco un ciudadano de los 500 mil que estuvieron en las casillas que diga “mira, a mi me corrompieron, a mi me sobornaron”; no hay una sola persona.
Dos, sería la repetición de la táctica. Si en 2006 se desconoció el resultado y en 2012 se volvió a desconocer me parece que hay que analizar el comportamiento del personaje que desacredita.
Tercero, no es un asunto personal. Ugalde no era tan poderoso para poder cambiar los resultados. Hay una institución llamada IFE que ha funcionado con los mismos estándares tras 20 años, de tal forma que querer personalizar comportamientos electorales me parece que es un poco ingenuo.
Y cuarto, el único interés del IFE en ese momento, y ahora, es decir quién ganó. En todo caso, hago otra reflexión de sentido común y es que al IFE le hubiera convenido más que hubiera ganado López Obrador en 2006 por una razón muy simple: en México y el mundo la autoridad electoral se fortalece cuando gana la oposición. ¿Qué ganaba el IFE con que ganara Calderón? Nada
Agencia Informador/ Omar García
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