México

Actualidad de Juárez

Por Francisco Javier Besson O.

Sesenta y seis años pueden parecer muchos o parecer pocos. A Benito Juárez le bastaron para trascender y para permanecer vigente el día de hoy en nuestra sociedad.

Creer en Juárez, ser juarista el día de hoy significa, como lo señala Carlos Monsiváis, asumir un compromiso de lealtad a un pasado liberador y realizar un homenaje al heroísmo intelectual que creó el proyecto nacional.
Según expresa Tomás Bernal Alanís, el Benemérito Juárez representa el derrotero de un camino, de un destino, de una ambigüedad de las situaciones que se presentan en el devenir dialéctico de lo individual y lo colectivo, de lo nacional y lo internacional, de todas esas fuerzas sociales que se presentan a lo largo de la historia.

Su hazaña mayor fue que sintió posible la Reforma liberal y arriesgó su vida por lograrla. Siempre se mostró dispuesto a sacrificar bienestar y vida a fuerza de fe y de tesón inflexible, tal como lo manifiesta Justo Sierra. Además, fue el político y estadista que trazó acciones y decisiones de conjunto, nunca concibió el país de un solo hombre, y supo aglutinar a una extraordinaria generación de liberales: Sebastián Lerdo de Tejada, Francisco Zarco, Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez, Guillermo Prieto, Matías Romero, José María Iglesias, Manuel María de Zamacona, Manuel Payno, José María Lafragua y Ezequiel Montes, entre otros ilustres mexicanos.

Andrés Henestrosa apunta que por sus orígenes indígenas, Benito Juárez transformó la gran limitación social en un estímulo permanente, que hoy en día está vigente en una sociedad en la que subsiste una gran desigualdad. Para Juárez, “la instrucción es la primera base de la prosperidad de un pueblo, a la vez que el medio más seguro de hacer imposible los abusos del poder”.

Juárez fue un personaje austero que vivió en la justa medianía y que depositó siempre el sentido del triunfo en la moral, en la ética, en los principios, en las causas, en el valor de la norma jurídica. Afirmaba: “Nada con la fuerza: todo con el derecho y la razón. Se conseguiría la práctica de este principio con sólo respetar el derecho ajeno”.

A los políticos de hoy, la sociedad les pregunta recordando a Juárez el político:
¿Sienten posibles las reformas del país y están dispuestos a arriesgar su vida por lograrlas?
¿Están dispuestos a sacrificar bienestar personal por bienestar social?
¿Asumen el compromiso de luchar de manera permanente por abatir la desigualdad social?
¿Viven en la justa medianía y en la austeridad republicana?
¿Respetan las causas, los principios, las normas jurídicas y las de la ética y la moral?
¿Saben trabajar en equipo y tomar decisiones en conjunto?
¿Tienen la sensibilidad para valorar las capacidades de los demás?
Mientras esperamos las respuestas a estas interrogantes, nosotros seguiremos caminando entre ángeles y demonios.
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