México
A un ''click'' de distancia
Sólo en cabezas dementes como la de tantos dictaduras, autócratas y populistas absurdos y corruptos disfrazados de ''caperucitas demócratas'' cabe esta esperanza
Tampoco para sus amigos y aliados occidentales. La oleada revolucionaria promete un tiempo nuevo, que exigirá una forma de gobernar y de comportarse distinta, fuera de los alcances de la mayoría de los dictadores y reyezuelos que roban y oprimen a sus ciudadanos.
Ya no valen las izquierdas y las derechas del siglo XX. Las ansias de libertad y prosperidad de esta nueva generación global y tecnológica dejan a un lado, y bajo un mismo estigma, a Fidel Castro, Hugo Chávez y al coronel Gaddafi, a los reyezuelos de la Península Arábiga; y, naturalmente a los más eficaces y autoritarios como son los mandarines chinos.
Túnez y Egipto no tiene nada que ver entre sí; pero eso que se mueve ha derribado ya a dos dictadores y está dando muestras de toda la energía para no para hasta incrementar la lista. Además que la convierten en el primer fenómeno revolucionario del siglo XXI: producto de la velocidad con que se transmiten los mensajes a través de los móviles y de las redes sociales; sus efectos globales, producto de la tecnología, pero también de similares condiciones sociales y políticas; y obviamente de la impronta juvenil que no encuentra oportunidades.
En el fondo todos celebramos los pantalones de todos esos jóvenes de la Plaza Tahir, los que de verdad han doblado a una dictadura crucial en la geopolítica de Oriente Medio y han desatado un evento que no sabemos hasta dónde pueda llegar. Acaso pensamos, en algún momento, que esto de la opresión, falta de empleo y libertad, habría de mantenerse por los siglos de los siglos. No señores, el mundo cambió, los chavos del mundo entero intercambian sus formas de vida y oportunidades entre todos los países de mundo entero en un “click” instantáneo.
Sólo en cabezas dementes como la de tantos dictaduras, autócratas y populistas absurdos y corruptos disfrazados de “caperucitas demócratas” cabe esta esperanza. De que la opresión puede todo… falso. El hambre y la necesidad pueden más que todos los soldados y armamentos que matan entre sí a sus propios hermanos.
“Líderes” coludidos entre líderes del mismo gremio en todo el mundo ¡Aguas!
Corrupción, dosis de soberbia, falsificación del pasado y desmesurada sed de poder. ¿Te suena familiar esto? Pues ¡claro! Está a un “click” de distancia. En tú celular, en tú computadora, en la prensa, en la radio y la televisión. Nadie está ausente ya.
Entonces, es cuando los desprotegidos, los pobres, los que no tiene derechos ni a educación ni a empleo, unidos hacen un movimiento de liberación. No es el Estado, ni la Iglesia, ni la gente de buena voluntad las que los van a liberar. Algún día, para nuestro propio riesgo, los pobres encontrarán su propio modo de recordárnoslo.
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