México

8 de mayo, marcha nacional

También hay signos de esperanza, resistencia y resiliencia ciudadana ante la violencia desenfrenada, la inutilidad de numerosas autoridades y la grave impunidad

Más signos ominosos para México: aumentan los asesinados y sepultados en fosas clandestinas (183 sumaban, hasta el martes, sólo en San Fernando, Tamaulipas, y 75 en el fraccionamiento Las Fuentes, en la ciudad de Durango, para rebasar las 700 víctimas enterradas ilegalmente en el sexenio); continúan los secuestros masivos de migrantes (la Policía Federal rescató recientemente a 51 centroamericanos y mexicanos, en Reynosa, Tamaulipas); hay miedo de viajar por carretera a ciudades fronterizas del Norte del país (68 personas que se trasladaban en autobús a Reynosa fueron secuestradas por un grupo delictivo y rescatadas este mes por agentes de la Secretaría de Seguridad; sólo durante las primeras semanas de abril se había liberado a 119 personas en el país); más policías involucrados con el crimen organizado (únicamente en este mes, un ejemplo ocurrió en Cadereyta, Nuevo León, donde más de 40 gendarmes fueron acusados de presuntamente proteger a grupos criminales); se desconoce la cifra de los desaparecidos durante el sexenio calderonista, pero se estima que rebasa los cinco mil; los diputados federales discuten la Ley de Seguridad Nacional, que pretenden aprobar a como dé lugar los legisladores priistas, a pesar de ser criticada por violar garantías individuales, legitimar un Estado más autoritario y poner en el mismo nivel a los grupos delictivos y a las organizaciones críticas del régimen.

También hay signos de esperanza, resistencia y resiliencia ciudadana ante la violencia desenfrenada, la inutilidad de numerosas autoridades y la grave impunidad. Sólo mencionaré la Marcha Nacional por la Paz que se realizará el próximo domingo 8 de mayo en diversas ciudades del país.

A esta expresión ciudadana apartidista se han sumado numerosas agrupaciones civiles, desde México Unido contra la Delincuencia, que convocó a masivas marchas a principios de este sexenio, hasta la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa, de Ciudad Juárez, Chihuahua, integrada por familiares de las jóvenes secuestradas y asesinadas en esa Entidad. Los convocantes forman un abanico amplio, plural, indignado, que no desea quedarse en la indiferencia o en el temor que paraliza.

En Guadalajara, la marcha partirá ese día, a las 11 horas, de la Plaza Juárez del Parque Agua Azul a la Plaza de Armas. La presencia firme, las vestimentas blancas, los globos, las flores blancas, el silencio, serán los símbolos ciudadanos de quienes están hartos de la violencia en el país, que proponen alternativas y exigen a las autoridades modificar la estrategia.

El duelo del poeta Javier Sicilia por el asesinato de su hijo, como el de otros miles de familias, es un duelo movilizador del descontento y dolor nacional.
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