México
¿2011 Año del Conejo o del Pato Cojo?
Al ser este el Año del Conejo, uno de los signos del horóscopo chino más afortunados, deberíamos de esperar un año aventurado
Al ser este el Año del Conejo, uno de los signos del horóscopo chino más afortunados, deberíamos de esperar un año aventurado, con éxitos políticos y en los negocios, se asocia este signo del conejo o la liebre con la larga vida.
Bueno, por lo menos esto seguramente está añorando el Presidente Calderón, su gabinete y equipo de asesores, ya que el 2011 se vislumbra todo menos como un año de bonanza y éxitos, especialmente en el ámbito político y el de seguridad.
Cada año en este espacio busco sacar la bola de cristal y anticipar algunas de las tendencias más importantes para el nuevo año.
De nuevo, les tengo que pedir a los que tienen problemas cardiacos, tendencias depresivas o los que creen que los unicornios viven en el Popocatépetl, que abandonen la lectura de esta columna y se aboquen a la sección de Espectáculos.
Son pocos los analistas que vislumbran un buen año para México. Aunque si hay esperanzas que la recuperación económica continuará el año que entra y hay esperanzas de que, por fin, se sienta algún alivio en los bolsillos vacios de tantos mexicanos, el problema es que este escenario de mejora sistemática también depende de los vaivenes de las realidad de vivir en un mundo globalizado.
¿Qué impacto tendría en la economía global una guerra entre Corea del Norte y Corea del Sur? Parecería que a diario se está reportando como autoridades en EU y en Europa impidieron un atentado terrorista. Recordemos que es en el 2011 cuando se cumple 10 años de los atentados del 2001.
¿Cuándo se les acabará esta racha de suerte y, desafortunadamente, llegan los terroristas a cumplir su objetivo que es matar inocentes e impactar la economía global? Otro evento catastrófico sería que otra pandemia se desatará en el 2011. Para los que piensan que soy demasiada pesimista, veamos el tema de seguridad en el país.
La gran interrogante para los que siguen esta problemática es si será este el año en que la inseguridad tenga un impacto contundente en la inversión extranjera. Hay que recordar que hace pocos días el Gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, en su absoluta sapiencia anticipó que la inseguridad será en 2011 el factor exógeno más importante en la economía.
Aunque el gobierno asegura que el impacto en la economía nacional (incluyendo en la industria del turismo y las exportaciones nacionales) no ha tenido un efecto abrumador, habría que estudiar el impacto del crimen organizado en Cd. Juárez, Acapulco, Chihuahua, Monterrey, Torreón, todo el estado de Michoacán y de Tamaulipas... ¿Qué otros focos rojos surgirán en el país este año? Hay varios estados candidatos a convertirse en los nuevos frentes de guerra incluyendo Colima y Nayarit.
En el mundo del “Zoológico Político” el 2011 también va a ser el año del “Lame Duck”. En el argot político estadounidense existe una maravillosa expresión “Lame Duck” o “Pato cojo”, para describir la pérdida de poder que sufre el gobernante al acercarse el término de su mandato.
Esta incapacidad de empujar su agenda política o de concluir proyectos en el último año de su gobierno le sucede a todo presidente, gobernador o alcalde. Y aunque a Felipe Calderón todavía le faltan casi dos años para entregar la banda presidencial, en términos de gobernabilidad, si no toma grandes riesgos políticos, este podría ser un año de pocos éxitos y muchos dolores de cabeza.
Bueno, por lo menos esto seguramente está añorando el Presidente Calderón, su gabinete y equipo de asesores, ya que el 2011 se vislumbra todo menos como un año de bonanza y éxitos, especialmente en el ámbito político y el de seguridad.
Cada año en este espacio busco sacar la bola de cristal y anticipar algunas de las tendencias más importantes para el nuevo año.
De nuevo, les tengo que pedir a los que tienen problemas cardiacos, tendencias depresivas o los que creen que los unicornios viven en el Popocatépetl, que abandonen la lectura de esta columna y se aboquen a la sección de Espectáculos.
Son pocos los analistas que vislumbran un buen año para México. Aunque si hay esperanzas que la recuperación económica continuará el año que entra y hay esperanzas de que, por fin, se sienta algún alivio en los bolsillos vacios de tantos mexicanos, el problema es que este escenario de mejora sistemática también depende de los vaivenes de las realidad de vivir en un mundo globalizado.
¿Qué impacto tendría en la economía global una guerra entre Corea del Norte y Corea del Sur? Parecería que a diario se está reportando como autoridades en EU y en Europa impidieron un atentado terrorista. Recordemos que es en el 2011 cuando se cumple 10 años de los atentados del 2001.
¿Cuándo se les acabará esta racha de suerte y, desafortunadamente, llegan los terroristas a cumplir su objetivo que es matar inocentes e impactar la economía global? Otro evento catastrófico sería que otra pandemia se desatará en el 2011. Para los que piensan que soy demasiada pesimista, veamos el tema de seguridad en el país.
La gran interrogante para los que siguen esta problemática es si será este el año en que la inseguridad tenga un impacto contundente en la inversión extranjera. Hay que recordar que hace pocos días el Gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, en su absoluta sapiencia anticipó que la inseguridad será en 2011 el factor exógeno más importante en la economía.
Aunque el gobierno asegura que el impacto en la economía nacional (incluyendo en la industria del turismo y las exportaciones nacionales) no ha tenido un efecto abrumador, habría que estudiar el impacto del crimen organizado en Cd. Juárez, Acapulco, Chihuahua, Monterrey, Torreón, todo el estado de Michoacán y de Tamaulipas... ¿Qué otros focos rojos surgirán en el país este año? Hay varios estados candidatos a convertirse en los nuevos frentes de guerra incluyendo Colima y Nayarit.
En el mundo del “Zoológico Político” el 2011 también va a ser el año del “Lame Duck”. En el argot político estadounidense existe una maravillosa expresión “Lame Duck” o “Pato cojo”, para describir la pérdida de poder que sufre el gobernante al acercarse el término de su mandato.
Esta incapacidad de empujar su agenda política o de concluir proyectos en el último año de su gobierno le sucede a todo presidente, gobernador o alcalde. Y aunque a Felipe Calderón todavía le faltan casi dos años para entregar la banda presidencial, en términos de gobernabilidad, si no toma grandes riesgos políticos, este podría ser un año de pocos éxitos y muchos dolores de cabeza.
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