México
— Rueda de molino
Nunca —que se sepa, al menos— ha sido Francisco Jaime Madrid Sánchez candidato a convertirse en clásico
*
Una frase de Madrid Sánchez, sin antecedentes de intelectual, difícilmente merecería espacios significativos y titulares llamativos en los medios de comunicación. Aunque sus conceptos compitan en contundencia, oportunidad y claridad con los de Javier Sicilia, en la práctica no rivalizan con los del poeta-portavoz en las manifestaciones que en las últimas semanas se han realizado en varias ciudades del país...
Uno de los planteamientos que Sicilia hizo el domingo antepasado, en la capital del país, aludía a la pertinencia de evitar la criminalización de las personas a las que se detiene a raíz de una pesquisa policíaca o de un proceso judicial. Madrid Sánchez, al difundir, el sábado, un desplegado orientado a “desmentir las notas injuriosas y difamatorias” en que se le ha aludido a raíz del viaje que ha sido motivo de escándalo entre los aldeanos, documenta y ofrece exhibir “las sentencias definitivas y pruebas” de su inocencia en los procesos a los que se le ha sometido.
Lo medular, sin embargo, es una frase que muy bien podría incorporarse al código de ética de cualquier medio o de cualquier profesional de la comunicación interesado en ganar justa fama de respetable: “El poder ilimitado de la pluma periodística o la voz pública puede ser tan peligroso como el Policía sin control o el funcionario corrupto. Todos tienen poder, y, por ende, cuentan con una ventaja sumamente amplia sobre los demás. El ciudadano común no cuenta con un periódico propio para defenderse de alguna calumnia que le profieran los medios de comunicación”.
*
Es la voz, ponderada, de un ciudadano que se rebela ante el daño “profundo e irreparable” que las notas periodísticas que lo aluden le han ocasionado. Es la opinión, sensata, de la víctima indefensa de los “periodicazos” irresponsables...
(Para que después se siga comulgando alegremente con la rueda de molino de que “entre los posibles abusos de la irrestricta libertad de expresión y las cortapisas y limitaciones que pudieran imponérsele, son preferibles las primeras”).
Síguenos en