México
— ‘‘¡Fuera máscaras...!’’
López Obrador ya movió pieza, pues... Pero el juego apenas empieza
Los exégetas del celebérrimo molusco cefalópodo refieren que el pronóstico del susodicho fue un tanto cuanto enigmático:
—Lo que el pulpo quiere decir —dijeron sus glosadores oficiosos, emulando al intérprete de cabecera del ex presidente Fox— es que todavía no puede decir quién va a ganar... pero que sí sabe quién va a perder.
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Se ignora si fue a partir de la sospecha de que el PAN será el gran perdedor en las próximas elecciones federales, como consecuencia lógica del desencanto de quienes le refrendaron la honrosa encomienda de convertirse en abanderado de los anhelos del pueblo y no están convencidos de haber acertado en su voto, o si el fervor cívico se encendió a raíz de las elecciones intermedias del domingo antepasado en 14 estados del país; lo cierto es que ya se dio, abiertamente, el primer “destape”...
En tanto las encuestas, realizadas con extraordinaria premura, tentaleaban en torno a los nombres de Marcelo Ebrard y Enrique Peña Nieto como posibles candidatos a “la grande” por parte de PRD y PRI, respectivamente, Andrés Manuel López Obrador se decidió por el madruguete: mientras Ebrard y Peña Nieto (en parte respetuosos de las formas... y en parte advertidos de que, como dijo sabiamente algún politólogo, “el que se mueve no sale en la foto”) hacen como si estuvieran gobernando —uno en el Distrito Federal, otro en el Estado de México— y no como si estuvieran en plena precampaña, el escritor (es autor del libro “La mafia que se adueñó de México”) y en sus ratos libres “presidente legítimo” tabasqueño, ya se lanzó al ruedo. Lo hizo al anunciar —“¡fuera máscaras...!”— que buscará la candidatura de su partido “para volverle a ganar a la mafia del poder en la Presidencia y sacar adelante al país”.
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López Obrador ya movió pieza, pues... Pero el juego apenas empieza. Falta saber cómo responde Ebrard. Falta saber si su partido convierte al “Rayito de esperanza” en reedición de Cuauhtémoc Cárdenas, su eterno candidato...
Falta saber, también, si cuando el pulpo anticipó que ya sabía quién será el gran perdedor en las próximas elecciones federales, se refería al partido que probablemente tenga que ceder la estafeta en nombre de la alternancia y como consecuencia del previsible “voto de castigo”, o si aludía (como de costumbre, por lo demás)... al pueblo.
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