México
— ''Dedazo''
Francisco Ramírez Acuña dijo, en efecto, que Emilio González Márquez es uno de los siete precandidatos que tiene el Partido Acción Nacional (PAN)
Lo que no queda muy claro —porque nadie le hizo la que se antojaba pregunta complementaria obligada, porque él mismo no ha ampliado sus declaraciones y porque los hermeneutas de la política han guardado caritativo silencio al respecto... o fingen (los muy hipócritas) no haberse enterado del asunto— es lo que quiso decir...
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La nota, demasiado escueta, se limitó a consignar que Ramírez Acuña, hoy por hoy aspirante formal a la presidencia del partido en que ha escalado importantes cargos públicos (presidente municipal de Guadalajara, gobernador de Jalisco, secretario de Gobernación, diputado federal...), enumeró a los siete “tapados” —por desempolvar la denominación que se daba, en los buenos tiempos de la “dictadura perfecta” del PRI, a los “suspirantes” que aguardaban la hora suprema en que “el gran dedo”, asumiendo la responsabilidad histórica que el gesto implicaba, se dignara designar a su sucesor— que aguardan ese momento crucial. Integran la lista, en el orden en que Ramírez Acuña los citó, Josefina Vázquez Mota, diputada federal; Santiago Creel, senador y ya precandidato hace un sexenio; los secretarios de Hacienda (Ernesto Cordero), Trabajo (Javier Lozano) y Educación (Alfonso Lujambio), y los gobernadores Juan Manuel Oliva (Guanajuato) y Emilio González Márquez (Jalisco).
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Como los políticos son expertos en el arte de pensar una cosa y decir la contraria; como nadie tuvo la precaución de solicitar que a Ramírez Acuña se le conectara al polígrafo antes de soltar esa lista, y como la nota no puntualizó si el distinguido panista hizo algún guiño malicioso al pronunciar uno (o dos, o tres...) de los nombres, quedaron muchas dudas...
Quedó la duda de si serían todos. Quedó la duda de si esa lista corresponde a su apreciación personal, o si es el resultado de encuestas y sondeos entre los militantes del instituto político que arrebató al PRI, y ha conservado en su poder durante casi dos sexenios, la etiqueta de “partido oficial”. En fin...
Ya el tiempo se encargará de despejarlas. En menos de un año, a más tardar, se sabrá si el avezado político jalisciense disparó esa lista con la deliberada intención de despistar al enemigo, ocultando el nombre de “el bueno” entre uno o varios que sólo darían el paso de “suspirante” a candidato si el buen Dios se descuidara; si lo hizo con el ánimo de levantar alguna autoestima que cualquiera se imaginaría muy venida a menos..., o si quiso ser, simplemente, una broma anticipada del Día de los Inocentes.
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