Jalisco
Yelapa, paraíso entre la selva y el mar
El edén está entre las montañas de la sierra madre occidental, las cascadas y el mar del océano pacífico
Es el refugio para quienes buscan descansar, desechar el estrés y conectarse con la naturaleza. El edén donde se respira tranquilidad, aire puro y por la noche, se vive un ambiente bohemio.
"La comunidad de Yelapa (lugar donde se juntan o se encharcan las aguas) es un ecosistema muy diverso, se le llama bosque tropical subcaducifolio, pero realmente es una mezcla de selva y selva baja, con vegetación árida como cactáceas", explicó Rafael Noriega, guía de turistas de la región.
Su población es de apenas mil 500 habitantes y en temporada vacacional llegan turistas provenientes de Estados Unidos y Canadá, quienes se alojan por varios días en cabañas de palapa.
Para arribar a esta localidad, se debe hacer un traslado de Puerto Vallarta a Boca de Tomatlán, Jalisco, de donde abordó una panga (lancha pequeña), cuyo costo por persona es de 70 pesos hasta Yelapa.
"La única forma de llegar es por terracería o vía marítima, pues no hay carreteras. Si se hacen escalas a otras playas son 50 minutos de recorrido, o media hora sin paradas, pero si el mar está picado, pueden tardar hasta hora y media", indicó Rafael, quien hace seis años llegó de visita y hoy es uno más de sus habitantes.
Y es que el slogan de Yelapa reza: "Sal si puedes", pues una vez que alguien entra, ya nadie quiere salir.
El pueblo sólo tiene una calle peatonal pavimentada y recibió energía eléctrica hace apenas 10 años. Hippies, escritores y artistas como pintores y escultores, lo consideran su hogar.
Al bajar de la panga el turista se encuentra con un espectáculo deslumbrante enclavado en medio de las montañas, con palapas rodeadas de palmeras y una mezcla tropical exuberante.
La aldea tiene dos ríos, el Tuito y el Yelapa, ambos de agua cristalina que viene de la montaña, de la selva virgen y en ella viven peces, camarones y nutrias.
Es necesario caminar por una estrecha vereda entre la selva y cruzarlos a fin de llegar a una de sus varias cascadas en las que el visitante puede nadar y refrescarse.
"El tiempo es de aproximadamente cuatro horas, de ida y vuelta. Por el camino nos topamos con mucha flora y fauna. Se observan guacamayas, parvadas de loros y algunas aves del río y estero como gaviotas. También hay armadillos, iguanas, coatíes y tejones.
"De fauna podemos encontrar matapalos e higueras de hasta 300 años de edad", destacó.
El estado de conservación de la selva es muy alto, asegura, pues sus habitantes se preocupan por cuidarlo y preservarlo.
El río Tuito, donde yace una de las cascadas, corre hasta El Tuito, cabecera municipal que de seguirse por la vereda, son unas 14 horas caminando, pues son 50 kilómetros de extensión.
"En Yelapa no hay coches, hay que caminar, todo es un ambiente muy relajado. La gente se dedica a la pesca, trabajan la madera para la construcción, un poco de ganado y básicamente, del turismo se recibe una gran parte de los ingresos económicos de la comunidad", indicó Noriega, quien es propietario de un pequeño eco-hotel y jungle retreat.
Entre los productos que aquí se pescan están el atún, el dorado, pez vela, marlin, huachinango, pulpo y langosta caracol. Respecto a los frutos, el también biólogo reveló a Notimex que se cosechan papayas, piñas, maracuyá, guanábanas y plátanos, entre otras.
En los restaurantes de la playa se consume una gran variedad de mariscos, pero en especial, las tostadas de ceviche son lo más solicitado al igual que los langostinos del río.
"Todos en la comunidad nos conocemos, lo niños salen solos a caminar y juegan en el río sin temor a la inseguridad. Hay una escuela que imparte clases desde el kinder hasta la preparatoria.
"Asimismo, hay una clínica de salud bien equipada para todo lo esencial y para casos más complicados hay que ir a Puerto Vallarta. Realmente aquí es nuestro pequeño pedacito de paraíso", resaltó.
En lo que refiere al alojamiento, Noriega precisó que hay muchas opciones, desde cabañas ecológicas hasta pequeñas casitas en renta. "La mayoría del hospedaje es rústico porque se trata de estar en contacto con la naturaleza y no venir a una construcción de cemento", dijo.
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