Jalisco
Y ora, ¿qué quieren que piense?
SEGÚN YO
Y si me hubieran seguido atosigando por el radio y la tele con su descolorida invitación a pensar, me iba a poner mucho peor, porque me parece ofensivo el reto de suponer que ando por la vida sin conectar las dos neuronas que me quedan, o que de plano las traigo peleadas y requiero de un masaje cerebral para reconciliarlas.
Si el insigne Umberto Eco se pregunta “¿En qué creen los que no creen”?, aprovecho y parafraseo tan elocuente título para cuestionar ¿en qué piensan los que no piensan? La respuesta aparece súbita, sin pensarlo mucho: pues en hacer anuncios para empujar a que otros piensen en torno a un asunto al que el pensamiento en serio podría sembrar más dudas y desterrar las peregrinas certezas que los no pensantes pudieran traer.
Suponiendo que la despiadada inducción a romperme la maceta surtió efecto y me convencieron que vale la pena comprometer mi sesera en el fútil ejercicio de imaginar qué partido o candidatos podrían fregarnos menos, el actual, agresivo, enfadoso, repetitivo, insufrible, nutrido y variopinto desfile mediático de los potenciales beneficiados con mi razonamiento ya me está fundiendo de nuevo el foco, no sólo por la despiadada repetición de bloques propagandísticos en cada corte comercial, sino por la oquedad de propuestas ensartadas en fragmentos como de telenovela chafa (con actores y todo), o en monólogos de la demagogia más gastada del planeta, o en podridos ataques contra los bandos en competencia, o hágame usted el porcino favor, utilizando las acciones de gobierno (pagadas con nuestros impuestos) como argumentos de promoción de un partido. ¿Y ora qué quieren que piense?, ¿cómo piensan que los zarandeados electores reaccionaremos?, ¿no piensan que la reiteración y el macheteo de un mensaje anulan la capacidad de pensar?
A como pintan las ofertas partidistas para los próximos sufragios, no hay que pensarle mucho. Si le pensamos bien, nos inundaremos de malos pensamientos acerca de esa demagogia electorera que para conseguir sus propósitos cuenta con que nadie piense. Prefiero saber que mi voto llegó impensado a las urnas, antes que inducido por tan impensables anuncios y eslóganes.
patyblue100@yahoo.com
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