Jalisco

¿Y después de mañana qué?

Todavía no llegamos al México del ''ya se pudo'', pero podemos reeditar el ¡sí se puede!

Con el triunfo de la Selección de México sobre la de Francia el jueves pasado en el Mundial de Sudáfrica, muchos ya se dieron por bien servidos. Me refiero a que hay millones de mexicanos que se dicen satisfechos por haber sido testigos de esa victoria que ha quedado registrada como “histórica”. La otra acepción nos dice que también hubo muchísimos que quedaron “bien servidos” aunque no hayan logrado el cometido de terminar con todo lo que había en los refris, las hieleras, las barras y las contrabarras de provisiones etílicas.

El problema es que, en plena euforia por el contundente dos a cero que se comieron los franceses con los goles del “Chicharito” y Cuauhtémoc, pocos, muy pocos alcanzaron a escuchar las palabras del entrenador Javier Aguirre, que trataba de ser convincente ante cámaras y micrófonos cuando repetía: “No hemos ganado nada”. O lo que es lo mismo: nos falta vencer a Uruguay; o cuando menos sacar lo que eufemísticamente llaman “un buen resultado”, que es simplemente un empate.

La pausa del fin de semana (que para los futboleros enfebrecidos incluye viernes y lunes) sólo ha servido para alimentar la esperanza de que mañana la Selección Mexicana estará dando el paso hacia el famoso cuarto partido. De ahí, para estar a tono con el retorno triunfal de Toy Story y las profecías del Cuau, “¡Al infinito y más allá!”.

El veterano mediocampista ha dicho que “estamos para campeones”, y ¡ay de aquél que ose contradecirlo! Porque todo parece indicar que a esta nueva generación de futbolistas que son capaces de darle el tiro de gracia a una maltrecha superpotencia futbolera, como es la Francia partida de Domenech, le corresponde una nueva generación de fanáticos que sí se la creen y dan por bueno a México entre los favoritos para disputar la final.

Cualquiera en México prefiere que la nota del día no sea la nueva cifra de muertos en la guerra (que ya no se llama así) contra el narco, y mucho mejor si lo que despliegan los periódicos, lo que grita la radio, lo que muestra la televisión es una jugada de gol que le dé otro triunfo a la Selección tricolor y con él su pase a la siguiente ronda del Mundial 2010.

¡Ánimas que así sea!, gritaremos por aquí y por allá mientras llega el silbatazo para el arranque del partido frente a los charrúas. Que se repita la buena actuación, que jueguen bien otra vez, que no se descuiden en las jugadas a balón parado, que no fallen adelante, que metan goles… ¡que ganen de nuevo!

Todavía no llegamos al México del “ya se pudo”. Difícil de entender en pleno ambiente de euforia. No se trata de armar una legión de aguafiestas. Cierto es que como nunca hemos tenido la costumbre de triunfar, cualquier victoria la queremos perpetuar. Aunque quedemos endeudados por ese ratito de felicidad. Hay que gozarla, ojalá que nos dure. Y si no, ya vendrá Brasil a contentarnos con su jogo bonito. Y nosotros a reeditar el ¡sí se puede!

(vwario@hotmail.com)
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