Jalisco

Volcán de Colima, un riesgo con el que hay que vivir y convivir

Reconocen que el ''gigante'' representa un riesgo y un importante atractivo turístico

COLIMA, COLIMA (18/MAY/2014).- Investigadores y autoridades de Protección Civil advirtieron que el Volcán de Colima representa un riesgo permanente para la comunidad, pero coincidieron en que se trata de una situación con la que hay que aprender a vivir y a convivir, pues su actividad seguirá siendo continua.

De hecho, admitieron que más que un verdadero riesgo, se trata de un atractivo que forma parte del paisaje colimense pero, sobre todo, de "una impresionante fuente de recursos de todo tipo", sin que ello signifique menospreciar a la naturaleza.

Gabriel Ángel Reyes Dávila, director del Centro Universitario de Estudios e Investigaciones de Vulcanología, conocido como Observatorio Vulcanológico, y el director general de la Unidad Estatal de Protección Civil, Melchor Ursúa Quiroz, en entrevista, coincidieron también en que la actividad volcánica va a la baja.

El también Maestro en Ciencias, investigador titular "A" de la Universidad de Colima, Gabriel Reyes, afirmó que el Volcán de Colima está en actividad continua, como un fenómeno natural que está evolucionando, que está teniendo su curso normal, que en ocasiones es visible y notoria, y en otras no.

"Tenemos la instrumentación, las técnicas y la ciencia para medir la actividad, y desde este Observatorio, donde llevamos a cabo la vigilancia sísmica de esa actividad, usamos un parámetro, un valor para medirla, que por sus siglas en inglés (RSAM), es un aparato de medición de energía sísmica en tiempo real", comentó.

"A principios de 2013, empezamos a tener una actividad sísmica, que dio como resultado una serie de explosiones en los primeros meses, la destrucción parcial de un domo en la parte alta, y luego la expulsión de nuevo material, que fue ya visible a partir de marzo, con derrames que han sido más espectaculares en la noche", refirió.

Precisó que así continuó durante todo el año, pero durante agosto y septiembre presentó un incremento notorio, pues los valores del parámetro RSAM llegaron hasta las 160 unidades por día, alcanzando así su máxima actividad.

"Actualmente no es un riesgo, es una actividad normal del volcán que está en su proceso, y con base en el comportamiento que le hemos visto, ahorita va a la baja y llegará un momento en que repuntará otra vez y tendremos una actividad mayor", comentó.

Dijo que el volcán tiene actualmente un domo sobre otro domo, "y eso no significa para mi mayor o menor peligro, sino que es un proceso que se está dando y que tengo que seguir observando".

Aclaró también que las exhalaciones salen por todo el domo, "porque no es un tapón como lo cree la gente, sino una acumulación de piedras que tiene sus conductos, y entre piedra y piedra tiene espacios por los que salen los gases y el material, a veces a manera de explosiones".

Sin embargo, Reyes reconoce que los estudios se han dificultado en los últimos meses, debido a que el equipo de monitoreo, con cerca de 25 años en operación el más antiguo, ha sido dañado por diversas circunstancias.

"La intemperie es la principal causa, pero también los hemos tenido por los materiales que expulsa el volcán, ya que las explosiones han dañado algunas estaciones sísmicas, y también el humano nos causa daño, ya que hemos tenido robos de cámaras, baterías, y por hacer la maldad, van y machetean cables de antenas y cosas de esas", expuso.

Refirió que actualmente cuentan con 15 estaciones sísmicas, 8 cámaras, 4 estaciones para medición de la deformación, con información continua, además de 4 estaciones sísmicas, 4 de GPS, 4 de medición de gases, 4 de alta resolución, entre otros aparatos.

Dijo también que en materia de coordinación, ésta es continua, inmediata, directa y total con Protección Civil.

"Esta se encarga de salir hacia el mundo, pues está todo bien definido, académicos sobre el volcán, operativos o Protección Civil se encarga de la parte que le corresponde, y como académicos nosotros les hacemos recomendaciones, y ahorita lo más peligroso es que no se acerquen al volcán a un radio de cinco kilómetros", expresó.

En ese contexto, recordó que se acerca la temporada de lluvias, "y quiero hacer el llamado fuerte de que tomen precauciones cuando vayan al volcán, y si llueve o ven que va a llover, no se metan a las barrancas".

Lo anterior, dijo, debido a que existe mucho material expulsado por el volcán, y que tan pronto empiece a llover, comenzará a bajar produciendo lahares muy peligrosos, que pueden ser muy intempestivos y causar daños.

Reyes reiteró que si bien podría existir un riesgo con el Volcán de Colima, es importante que la población tome conciencia y prepararse a vivir y convivir con él, "y así como debemos prepararnos para la ocurrencia de un temblor, para la llegada de un huracán, debemos prepararnos para una erupción volcánica".

Mientras, para el director general de la Unidad Estatal de Protección Civil, Melchor Ursúa Quiroz, el Volcán de Colima en este momento es más un atractivo que un riesgo, que puede ser disfrutado, y que no ha causado problemas de gravedad.

"Ahora es más atractivo que perjudicial, tan es así, que sabemos que Protección Civil de Jalisco atiende paseos programados al Nevado de Colima, para contemplar desde ahí al de Fuego, pero todo debidamente controlado", comentó.

Al igual que el vulcanólogo Reyes, aseguró que la actividad volcánica ha ido disminuyendo en los últimos meses, y que si bien registra gran cantidad de eventos, "alrededor de 100 diarios", las erupciones son más débiles que las registradas en los últimos meses de 2013.

Mencionó que Protección Civil se mantiene en estado de alerta, una de las tres etapas previstas para una erupción violenta.

"Tenemos la verde, que seguramente ya nunca existirá porque el volcán nunca dejará de estar en actividad, la amarilla o naranja que es en la que estamos, de alerta, y la roja que es evacuación directa", explicó.

Destacó que existe coordinación y reuniones constantes con el Comité Científico Asesor, para analizar la situación, "y hasta ahora se ha concluido que no hay necesidad de subir la alerta, porque no está pasando nada fuera de lo normal, sólo la exclusión de 5 kilómetros alrededor del volcán".

Ursúa Quiroz aseguró que constantemente se informa a la población sobre la situación volcánica, y adelantó que para mejorar ese contacto, existe un trámite ante la Secretaría de Gobernación (Segob), para que por medio del Fondo para la Prevención de Desastres Naturales (Fopreden), se instale un sistema de alarmas en lugares estratégicos.

"Serán torretas con sirenas que alcanzan a oírse a kilómetros de distancia, y vamos a capacitar a la población para que sepa qué hacer en caso de una activación de alarma, para que a la hora de una evacuación se actúe y reaccione de inmediato y en forma positiva", mencionó.

Agregó que serían al menos nueve alarmas, que abarcarían toda la zona de riesgo del volcán, y parte de la zona del Pacífico, para prevenir también sobre tsunamis.

Señaló que a través del mismo habría una comunicación satelital en tiempo real, en la que los científicos dirían cómo está la situación, y con base en ello, Protección Civil podría dar instrucciones y tomar decisiones para actuar de inmediato.

El titular de PC-Colima habló también sobre el equipo de monitoreo, al mencionar que el año anterior hubo un acuerdo entre los gobiernos de Jalisco y Colima, con aportaciones superiores a los 500 mil pesos, a fin de restablecer la red, y otra cantidad para mantenimiento.

"Una vez que tengamos elaborado el Atlas de Riesgos, solicitaremos al Fopreden el apoyo para renovar toda la red sísmica, que sale en varios millones de pesos, por lo que este año se metería la solicitud, ya que la Universidad de Colima, que es la que lo está elaborando, se comprometió a que lo entregará en noviembre", precisó.

Respecto a las poblaciones colimenses en riesgo, dijo que son La Yerbabuena, donde hay 56 personas, y La Becerrera, con alrededor de 260, entre las que se tienen debidamente detectadas a las que no pueden salir por su propio pie.

Respecto a albergues, dijo que se tienen los suficientes para atender a toda la población evacuada.

"Hay capacidad para atender a cerca de 20 mil gentes, por lo que sería difícil ocupar todos los albergues, a menos que se registrara una explosión mayor que la de 1913, pues tendríamos que evacuar Montitlán, Quesería, La Lima, El Naranjal, Nuevo Naranjal, lo que hace una cantidad de 4 mil o 5 mil, pero sería una explosión mucho muy grande", refirió.

Mencionó también que se emiten recomendaciones sobre lo que se debe hacer en caso de una erupción violenta, destacando en primer lugar que el acercamiento al volcán sería sumamente peligroso.

Asimismo, y de acuerdo a los estudios, las experiencias y el monitoreo que se tiene desde 1981, la población tendría que traer cubiertos ojos, nariz y boca, limpiar los lugares donde se pueda acumular la ceniza y que puedan ser colapsados por el peso de la misma, y tener mucho cuidado en carreteras.

En cuanto a vuelos de aeronaves, precisó que la restricción sería de acuerdo a la violencia y magnitud de la erupción, para lo cual existe un contacto permanente con Aeronáutica Civil.

"Creo que estamos preparados para una contingencia, estamos conscientes de lo que puede suceder, y por eso estamos debidamente coordinados con diversas autoridades, para actuar en caso de que se presente una erupción violenta", acotó.

Aclaró que si bien existe una restricción para no acercarse al volcán en un radio de 5 kilómetros, por ahora no hay presencia militar en las poblaciones susceptibles de evacuación.

Sobre los daños originados por la actividad volcánica, Ursúa Quiroz admitió que es difícil cuantificarlos, pero afirmó que así como trae perjuicios, también trae beneficios.

"En lo agropecuario sí afecta, sobre todo la zona forestal que ya se quemó, pero a la larga, la ceniza es un producto súper-fértil, y sobre el turismo, ha aumentado para ver las erupciones, pues en La Mesa de La Yerbabuena, casi todas las noches hay gente viendo, hay acceso y no restricciones, ya que no es fácil ver un volcán en actividad", señaló.

Ursúa Quiroz insistió en que la actividad volcánica está presente, y aunque ha ido a la baja, "el grupo de vulcanólogos no descarta una erupción como la de 1913, que se tiene registrada, y según estudios y hasta relatos, ese año la gran explosión comenzó con una actividad como la que se tiene ahorita".
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