Jalisco
—Vodevil
Sandoval podría ''salirse por la menguante'', pues no declaró expresa y categóricamente tener la convicción o la certeza de que los ministros de la Corte hubieran sido sobornados
—II—
Una consecuencia lógica de la denuncia, formalizada ayer, estriba en la dorada oportunidad que tendrá Sandoval de aportar las pruebas, que supuestamente tiene, de que “organismos internacionales” también “maicean” a los ministros para que éstos emitan resoluciones en detrimento del concepto de “matrimonio” y de “familia” sustentados por la Iglesia de la que aquél es ministro...
Hay, sin embargo, una aparente minucia semántica que pudiera resultar esencial en el vodevil (por definición, “comedia frívola, de argumento basado en la intriga y el equívoco”) protagonizado por dos prominentes primeros actores del Gran Teatro —¿o “Gran Carpa”...?— de la política mexicana: Sandoval no declaró expresa y categóricamente tener la convicción o la certeza de que los ministros de la Corte hubieran sido sobornados. “No dudo —dijo textualmente— que estén muy maiceados por (Marcelo) Ebrard. Están muy maiceados por organismos internacionales...”. Y como el mexicanismo idiomático “maicear” significa “dar maíz a los animales”, tanto un juzgador timorato (o ladino), como Su Eminencia —debidamente asesorado por sus abogados— podrían “salirse por la menguante”, como dijo el ranchero, aduciendo que impropiamente una persona, por muy ministro de la Corte que sea, puede sentirse aludida por un verbo cuya acción recae, por definición, sobre animales.
—III—
Pero hay más posibles burladeros al alcance del prelado. Uno, los esquemas que, en la práctica, hacen que el principio de igualdad ante la ley sea muy relativo, y de hecho vuelven intocables a determinados ciudadanos; otro, el factor tiempo: para cuando llegue a su etapa culminante —¡si llega...!— el proceso que apenas se inicia, es más que probable que Sandoval ya no sea arzobispo de Guadalajara (presentó su renuncia hace dos años, y el Papa podría aceptársela mañana mismo), y que Ebrard ande metido en andanzas políticas que reduzcan su interés por dar cima al chisme de comadres que es, en el fondo, este vodevilesco episodio de la vida nacional.
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