Jalisco

Visitantes de la Barranca de Huentitán no le atinan al bote de basura

La Asociación Civil Amigos de la Barranca afirma que son ciudadanos, y no autoridades, quienes combaten la contaminación del área

GUADALAJARA, JALISCO (19/MAR/2013).- Son las ocho y media de la mañana y ya hay tambos repletos de basura cerca del ingreso de la Barranca de Huentitán. Apenas en los primeros metros que pertenecen a esa área natural hay un bulto negro con basura, enfrente de dos puestos de jugos naturales. Es basura del día y con un poco de suerte los encargados conseguirán traer al carretón de la basura para deshacerse de ella.

Pero antes de descender la barranca, no son pocos los usuarios que compran una lechuguilla, una botella de agua o provisiones para el camino, que les ayuden a “tomar fuerzas para regresar”. En algún momento del trayecto, su fuente de energía se convierte en basura para tirar, y aunque hay depósitos para ello, algunos le atinan y otros no... kilómetros abajo.

Entre la flora semitropical de la barranca hay áreas con vasta diversidad de desechos producto del consumo humano: botellas, bolsas, cajas, latas... propias de quien acude a internarse en la naturaleza para una aventura desleal, pues deja su rastro perjudicial en el ecosistema.

El problema no es recoger toda la basura dispersa en los arbustos, una vez dispersa allí, sino llevarla hasta arriba, de regreso a su origen en los comercios. Y aunque parece una tarea difícil hay quien se pone la camiseta, y ellos son los “campeones de la barranca”, según Salvador Herrera Jiménez, presidente de la Asociación Civil Amigos de la Barranca.

Todos los días desde las 06:00 horas al medio día, “El Chino” —como es mejor conocido Salvador entre los asiduos de esa andanza natural— vigila el ingreso y se encarga de cuidar motos y bicicletas de algunos visitantes antes de entrar, quienes a confianza ciega le entregan las llaves de su vehículo mientras hacen ejercicio allí.

Campeones regresan con bolsa repleta

Mientras conversa con peculiar familiaridad con los comerciantes y corredores de experiencia, “El Chino” se regodea de un adolescente proactivo quien, con los cachetes ruborizados y el sudor escurriendo en todo el cuerpo, deja en la entrada de la barranca una bolsa negra con basura que recogió durante su paseo.

“Mira, otro ‘chavillo’ que ayudó también con la basura. ¡Ésos son los campeones de la barranca!”, le dice “El Chino”, de 69 años, mientras lo mira con orgullo y gratitud, como si la barranca fuera su casa, aunque según dice, lo es.

Y es que la conoce como pocos, la recorrió mientras esa área de Huentitán era una montaña virgen, a donde acudía a entrenar.

“Aquí antes estaba solo, de vez en cuando se hallaba uno los rancheros que venían de allá abajo (de la barranca) con su producto: ciruelos, traían pescado, porque pescaban allá abajo, más o menos allá como en el ‘83”, recordó “El Chino”.

El hombre, ex corredor asiduo de ese camino, recuerda cómo alrededor del año 1990 se comenzó a poblar la barranca con comercios de comida y jugos, una de las fuentes de basura de esa zona natural, que hoy, aunque las autoridades la ignoren, hay personas que la protegen como su casa.

APROVECHAN EL PUENTE
Piden más vigilancia en el Mirador


A simple vista parece ser sólo un parque recreativo y cultural, pero la ubicación del mirador construido a la orilla de la Barranca de Huentitán el Bajo ofrece varias panorámicas.

Es el Parque Mirador Independencia, donde se observa el cauce del Río Santiago, y que también cuenta con áreas verdes, juegos infantiles, un teatro al aire libre, y espacios para pasar un auténtico día de campo familiar.

Rosa Canseco, su esposo Mario Segura y sus dos hijos asisten frecuentemente al parque. Este día de puente por la conmemoración del 207 aniversario del natalicio de Benito Juárez no fue la excepción.

Rosa conoce el lugar y su opinión evidencia que no todo está bajo control, si se trata de llevar un día familiar. “El parque es para pasar un buen día de descanso, pero deberían reforzar la seguridad, porque aquí no se ve, pero más abajo (en el mirador) entra mucho vándalo que aprovecha para grafitear las paredes y además que tira mucha basura hacia la barraca”.

No obstante, la idea de convivir con un espacio cultural a Mario le parece que “fue lo mejor que se pudo haber hecho en el parque”, porque la construcción del Museo Barranca de Arte Moderno y Contemporáneo que está marcha desde agosto de 2012,  “traerá mayor seguridad en esta zona y los niños, además convivir con la familia, podrán aprender de cultura”, dijo el esposo de Rosa.

Sólo rondines

Rafael Hernández también procura visitar el Mirador Independencia una vez por mes junto a su pareja y coincidió: “Se necesita reforzar la vigilancia porque de repente hay mucho vándalo por esta zona”.

Una de las comerciantes instaladas en el lugar, quien prefirió reservar su nombre opinó: “Deberían ponerle más atención al parque, pues el mirador y el teatro han sido víctimas de los grafiteros y de la gente que tira basura a la barranca”.

Ante la falta de servicios médicos y seguridad propia en el parque, los encargados de cuidar la puerta de entrada afirmaron que las patrullas de policía municipal “se dan sus rondines varias veces al día” y, si llegara a ocurrir un accidente, “llamamos a la Cruz Verde, que está a unas cuadras del parque”.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando