Jalisco
Viaje inútil, pierden tiempo y dinero
Está demostrado que el Macrobús funciona, hay muchos ejemplos del BRT en el mundo
Por pueril sugerencia de algún regidor, que convenció al Cabildo y al presidente municipal, Jorge Aristóteles, éste invitó al gobernador a conocer a “Alicia en el país de las maravillas”, un tren magnético que no existe en ninguna ciudad del mundo, que sea interurbano, ya que este está en estudio y experimento total.
Se podría comparar lo que pretenden realizar, con el “AVE” de España o el “BALA” de Tokio-Kyoto, pero jamás esta solución sería posible para transporte interurbano metropolitano como el que necesita Guadalajara. Si hubieran analizado, reflexionando el tipo de solución que iban a ver, no hubieran perdido tiempo ni gastado dinero del erario en este viaje ilógico e inútil.
Por otra parte, está demostrado que el Macrobús funciona, hay muchos ejemplos del BRT en el mundo, como ya lo hemos mencionado, Curitiba que fueron los iniciadores, Bogotá, León, Ciudad de México, ahora está implementándose en Nueva York. Naturalmente hay que ajustar algunos errores en diseño de unidades y sobre todo de estaciones, pero el BRT en la situación actual es lo que debe realizarse, desgraciadamente se politizó y todavía no digieren sus bondades.
Asimismo se puede implementar, con una arquitectura financiera mágica, la línea III del Metro, que no anula el Macrobús sino que se complementarían y realizando una ingeniería financiera internacional con créditos revolventes, esto podría ser posible; pero de momento lo que hay que iniciar ya es la fase II del Macrobús, yo sugeriría le cambiaran de nombre, porque la palabra ‘macro’ molesta y asusta y definitivamente tienen que hacerse ajustes necesarios, sobre todo al pasar por el Centro Histórico, la localización de estaciones, medida de las mismas y el respeto al entorno patrimonial de edificios importantes de Guadalajara, debe ser delicadamente considerado.
No hay que descartar la posibilidad de que el cruce del ahora llamado Macrobús por el Centro Histórico pudiera ser subterráneo, peatonalizando el Centro Histórico. Imagínense los espacios urbanos que se recuperarían, comparándolo con la situación actual, donde de seis carriles que tiene Av. Alcalde y 16 de Septiembre, siempre están ocupados cuatro por autobuses y algunas veces ocupan todos los carriles y los automóviles que utilizan esas avenidas la mayoría son de paso y su destino no es el centro. Se podría hacer un diseño para que transitaran armónicamente en el Centro Histórico, automóviles en un carril muy restringido, peatones y ciclistas, pero a muchos no les entra en su cerebro el gran beneficio que tendría Guadalajara en su calidad de vida.
Lo peor es que si no inician de inmediato, perderán la oportunidad de utilizar mil millones de pesos destinados para esta obra y tienen un plazo definido que termina muy pronto.
Si Aristóteles, Vielma y el Estado realizan la fase II del Macrobús o Metrobús como le llamen, con los ajustes obligatorios necesarios, sería la obra de su ejercicio, adquirirían gran prestigio, avanzando en el proyecto multimodal de transporte colectivo y movilidad urbana.
Esperemos que los políticos despoliticen este proyecto y piensen primero en la metrópoli, en sus habitantes, antes de su partido y ellos mismos.
Recuerden que no se deben perder los fondos destinados a esta obra.
Se podría comparar lo que pretenden realizar, con el “AVE” de España o el “BALA” de Tokio-Kyoto, pero jamás esta solución sería posible para transporte interurbano metropolitano como el que necesita Guadalajara. Si hubieran analizado, reflexionando el tipo de solución que iban a ver, no hubieran perdido tiempo ni gastado dinero del erario en este viaje ilógico e inútil.
Por otra parte, está demostrado que el Macrobús funciona, hay muchos ejemplos del BRT en el mundo, como ya lo hemos mencionado, Curitiba que fueron los iniciadores, Bogotá, León, Ciudad de México, ahora está implementándose en Nueva York. Naturalmente hay que ajustar algunos errores en diseño de unidades y sobre todo de estaciones, pero el BRT en la situación actual es lo que debe realizarse, desgraciadamente se politizó y todavía no digieren sus bondades.
Asimismo se puede implementar, con una arquitectura financiera mágica, la línea III del Metro, que no anula el Macrobús sino que se complementarían y realizando una ingeniería financiera internacional con créditos revolventes, esto podría ser posible; pero de momento lo que hay que iniciar ya es la fase II del Macrobús, yo sugeriría le cambiaran de nombre, porque la palabra ‘macro’ molesta y asusta y definitivamente tienen que hacerse ajustes necesarios, sobre todo al pasar por el Centro Histórico, la localización de estaciones, medida de las mismas y el respeto al entorno patrimonial de edificios importantes de Guadalajara, debe ser delicadamente considerado.
No hay que descartar la posibilidad de que el cruce del ahora llamado Macrobús por el Centro Histórico pudiera ser subterráneo, peatonalizando el Centro Histórico. Imagínense los espacios urbanos que se recuperarían, comparándolo con la situación actual, donde de seis carriles que tiene Av. Alcalde y 16 de Septiembre, siempre están ocupados cuatro por autobuses y algunas veces ocupan todos los carriles y los automóviles que utilizan esas avenidas la mayoría son de paso y su destino no es el centro. Se podría hacer un diseño para que transitaran armónicamente en el Centro Histórico, automóviles en un carril muy restringido, peatones y ciclistas, pero a muchos no les entra en su cerebro el gran beneficio que tendría Guadalajara en su calidad de vida.
Lo peor es que si no inician de inmediato, perderán la oportunidad de utilizar mil millones de pesos destinados para esta obra y tienen un plazo definido que termina muy pronto.
Si Aristóteles, Vielma y el Estado realizan la fase II del Macrobús o Metrobús como le llamen, con los ajustes obligatorios necesarios, sería la obra de su ejercicio, adquirirían gran prestigio, avanzando en el proyecto multimodal de transporte colectivo y movilidad urbana.
Esperemos que los políticos despoliticen este proyecto y piensen primero en la metrópoli, en sus habitantes, antes de su partido y ellos mismos.
Recuerden que no se deben perder los fondos destinados a esta obra.
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