Jalisco
Verde Valle también pide más seguridad
Los vecinos de esta área residencial al límite poniente con Zapopan se reunieron esta semana para discutir su situación con el Ayuntamiento de Guadalajara
GUADALAJARA, JALISCO (04/JUN/2012).- ¿Cuántos de aquí han sido asaltados?, preguntó un vecino. Casi todas las 120 personas que estaban reunidas en el parque entre las calles Perla y Coral se levantaron. La inseguridad que afecta a Guadalajara golpea a todos por igual, y en la colonia Verde Valle, dicen, ya no sienten lo duro, sino lo tupido.
Carmen Ancira ha sido robada y retenida en su residencia en cuatro ocasiones el último mes: le quitaron hasta la comida del refrigerador. La señora Olga sabe de una pareja de la tercera edad a la que han atracado a punta de pistola hasta ocho veces en su domicilio. Una mujer, platican otros, fue secuestrada por dos horas, y a una más le derribaron la puerta para saquear su hogar.
Coches desaparecidos o con partes faltantes, delincuentes motorizados que atacan durante el día y que hasta de los árboles saltan para delinquir: todos son episodios que se repiten en esta colonia tapatía. Y el problema no es sólo eso, sino la respuesta policial tardía e inoportuna.
Los vecinos de esta área residencial al límite poniente con Zapopan se reunieron esta semana para discutir su situación con el Ayuntamiento de Guadalajara y le mandaron un ejemplo a todas las demás colonias de la ciudad: bien organizadas, estas convocatorias tienen respuesta. Recibieron la visita nada menos que del presidente municipal, Francisco Ayón López, quien se sentó a escuchar queja tras queja durante casi dos horas.
Gustavo González, vecino del fraccionamiento, atribuyó la inestabilidad a una presencia policial tan deficiente que, pensándolo mal, da la impresión de que “les están facilitando el trabajo a los delincuentes”. También falta alumbrado público óptimo, por lo que propuso instalar cámaras de videovigilancia; dijo que los vecinos podrían pagarlas, siempre y cuando la Secretaría de Seguridad municipal las administre.
La señora Elizabeth, quien reside sobre la calle Perla, aprovechó para apuntarle al alcalde que su hijo fue violentado por “dos personas en patrulla” —no quiso llamarlas policías— que lo retuvieron sin motivo, lo hicieron sacar dinero de un cajero bancario y después, entre amenazas para que no los denunciara, lo dejaron en la puerta de su casa pero se quedaron con su credencial de elector. Los vecinos deben saber quiénes son los policías que patrullan la colonia, para tener datos sobre su desempeño, urgió la mujer.
PROMESAS
Primeras respuestas
El alcalde Francisco Ayón prometió acciones para recuperar la tranquilidad de la colonia y aseguró que, por lo pronto, asignó dos patrullas más. El paso siguiente será establecer un mapa delictivo.
Sobre los abusos policiales, Ayón confirmó la reciente aprobación de equipos de grabación y dispositivos de rastreo (GPS) en las patrullas, y avaló que los policías se presentarán ante los vecinos.
También exhortó a los colonos a conformar una asociación vecinal para mejorar el diálogo con las autoridades.
Carmen Ancira ha sido robada y retenida en su residencia en cuatro ocasiones el último mes: le quitaron hasta la comida del refrigerador. La señora Olga sabe de una pareja de la tercera edad a la que han atracado a punta de pistola hasta ocho veces en su domicilio. Una mujer, platican otros, fue secuestrada por dos horas, y a una más le derribaron la puerta para saquear su hogar.
Coches desaparecidos o con partes faltantes, delincuentes motorizados que atacan durante el día y que hasta de los árboles saltan para delinquir: todos son episodios que se repiten en esta colonia tapatía. Y el problema no es sólo eso, sino la respuesta policial tardía e inoportuna.
Los vecinos de esta área residencial al límite poniente con Zapopan se reunieron esta semana para discutir su situación con el Ayuntamiento de Guadalajara y le mandaron un ejemplo a todas las demás colonias de la ciudad: bien organizadas, estas convocatorias tienen respuesta. Recibieron la visita nada menos que del presidente municipal, Francisco Ayón López, quien se sentó a escuchar queja tras queja durante casi dos horas.
Gustavo González, vecino del fraccionamiento, atribuyó la inestabilidad a una presencia policial tan deficiente que, pensándolo mal, da la impresión de que “les están facilitando el trabajo a los delincuentes”. También falta alumbrado público óptimo, por lo que propuso instalar cámaras de videovigilancia; dijo que los vecinos podrían pagarlas, siempre y cuando la Secretaría de Seguridad municipal las administre.
La señora Elizabeth, quien reside sobre la calle Perla, aprovechó para apuntarle al alcalde que su hijo fue violentado por “dos personas en patrulla” —no quiso llamarlas policías— que lo retuvieron sin motivo, lo hicieron sacar dinero de un cajero bancario y después, entre amenazas para que no los denunciara, lo dejaron en la puerta de su casa pero se quedaron con su credencial de elector. Los vecinos deben saber quiénes son los policías que patrullan la colonia, para tener datos sobre su desempeño, urgió la mujer.
PROMESAS
Primeras respuestas
El alcalde Francisco Ayón prometió acciones para recuperar la tranquilidad de la colonia y aseguró que, por lo pronto, asignó dos patrullas más. El paso siguiente será establecer un mapa delictivo.
Sobre los abusos policiales, Ayón confirmó la reciente aprobación de equipos de grabación y dispositivos de rastreo (GPS) en las patrullas, y avaló que los policías se presentarán ante los vecinos.
También exhortó a los colonos a conformar una asociación vecinal para mejorar el diálogo con las autoridades.
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