Jalisco

Va de nuez II

Estimado doctor, no sé por qué cuestiona que me ocupe del tema del desplegado tres veces en una semana

Estimado doctor, no sé por qué cuestiona que me ocupe del tema del desplegado tres veces en una semana, si el asunto es clarísimo: me ocupé una vez del desplegado, luego publiqué su carta y finalmente le contesté. Le dediqué tres columnas porque consideré una cortesía publicar su carta y una obligación intelectual responderla. Ahora resulta que la cortesía “es de cuestionar”. En fin.

Lo tercermundista no es el BRT, estimado doctor, lo es en todo caso la forma de implementación; a menos que Nueva York, Boston, Miami y Amsterdam sean ciudades de tercer mundo y el resto de los mortales que carecemos de doctorado no nos hayamos enterado. Es tercermundista, por ejemplo, el sistema de prepago que el Gobierno del Estado eligió para la Línea 1 del Macrobús. Es tercermundista pensar que lo bueno o lo malo depende del costo.

El tema a discusión en las dos ocasiones que escribí, una comentando el desplegado y otra su carta, es que se parte de una premisa falsa para analizar el problema y que se usa el nombre y el peso de la Universidad de Guadalajara (UdeG) para argumentar una mentira. En su estudio, que por supuesto leí con atención, y por momentos con asombro, dice que el corredor planteado para la Línea 2 tiene que mover “45 mil pasajeros por hora-sentido” (página 13), cuando los estudios dicen claramente que la demanda máxima es de cuatro mil 500. Nomás le sobró un cero, mi estimado doctor. Supongo que no hay dolo en ese error, pero ha de aceptar que es gravísimo.

Si la premisa básica es incorrecta, las conclusiones no pueden ser correctas (a menos que la lógica ya no tenga cabida en la academia). Si usted me demuestra con estudios que este dato es cierto, cuente con la más barata botella de Pomerol o la más cara mexicana, a escoger (yo le recomiendo la segunda, aunque le parezca tercermundista).

Lo más curioso, y lo más obvio, es que dejó de discutir lo importante, que son los argumentos técnicos, para descalificar un proyecto por ser de un partido. Usted y los doctores que firmaron el desplegado, hablan y usan el nombre de la Universidad para un juego político con datos incorrectos (la Universidad sí tiene expertos en movilidad, pero curiosamente ninguno de ellos fue consultado ni firmó el desplegado).

Por último, un deseo: si la UdeG va a seguir con la estrategia de influir en las políticas públicas a desplegadazos, ojalá que lo haga con datos ciertos y consultando a los que sí saben, que la mayoría está dentro de la Universidad, aunque no siempre opinen lo políticamente conveniente.
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