Jalisco

Uno de cada 100 jaliscienses padece esquizofrenia

“Existe 12% de posibilidades de que un paciente herede a sus hijos esta enfermedad”

GUADALAJARA, JALISCO.- La esquizofrenia es una enfermedad psiquiátrica que ocurre cuando hay una desconexión/reconexión alterada de las neuronas. Este problema, que tiene origen en el neurodesarrollo, genera en el individuo una pérdida paulatina de las células cerebrales.

El jefe de enseñanza del Instituto Jalisciense de Salud Mental (Salme) de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), José Guillermo González Méndez, señaló: “Regularmente este proceso de destrucción lento y tardío de las neuronas se activa entre los 13 y 15 años de edad en el caso de los hombres y en el caso de las mujeres entre los 23 y los 25 años, pero puede llegar a presentarse en edad más avanzada”. Destacó también que en el Estado, 1% de la población mayor de 18 años tiene esquizofrenia y la mayoría de éstos no se atiende.

Las hormonas sexuales que dan lugar al desarrollo tanto somático como cerebral, activan el crecimiento neuronal; cuando un individuo se ve afectado en este crecimiento, las conexiones del nuevo conocimiento y las desconexiones del que ya sirve se alteran y generan una pérdida de sensibilidad en los sentidos provocando distorsión en la percepción de la realidad y desconocimiento del cuerpo.

El funcionario dijo que los síntomas más comunes de la esquizofrenia se presentan como un delirio (idea contraria a la realidad común), y los más frecuentes son: escuchar sonidos raros durante todo el día; distinguir olores extraños imperceptibles para las demás personas, y sentir que eres perseguido y vigilado por alguien que te quiere hacer daño. El paciente siente que su razonamiento es cuerdo pero está partiendo de premisas falsas.

Expresó también: “Existe 12% de posibilidades de que un paciente herede a sus hijos esta enfermedad, además de que es más común llegar a casarse y reproducirse en el sexo femenino ya que los brotes se presentan a partir de los 23 años de edad aproximadamente”.

Enfatizó que el primer brote de las mujeres puede ser diferente al que presentan los varones, mientras que en ellas se presenta como un ataque de celos, en el caso de ellos los delirios son principalmente de tipo paranoide, defensivo, místico y religioso.

En aspectos orgánicos, el cerebro termina teniendo menor volumen y peso provocado por la falta de conexiones y por la iniciación temprana del problema. Un esquizofrénico vive entre 15 y 20 años menos que una persona común.

El especialista acentuó que cuando se da seguimiento a las personas que están en riesgo de presentar esquizofrenia (hermanos menores o hijos de los que ya son esquizofrénicos), se puede evitar que se presente un episodio de psicosis. Esto se consigue con intervenciones tanto psicosociales como farmacológicas por parte de un psiquiatra y una trabajadora social. De 100 casos atendidos con este método, 40% ya no vuelve a presentar un brote psicótico. Señaló también que si se deja de consumir el medicamento, el proceso se vuelve a reiniciar y cada vez con más fuerza de tal manera que cada vez es más difícil de controlar.

La esquizofrenia representa la segunda causa de hospitalización, y 30% del presupuesto de Salme (aproximadamente 16 millones de pesos anuales), dijo el especialista. En dicha institución se brinda el tratamiento farmacológico adecuado para estos pacientes que si bien provoca efectos secundarios como “rigidez muscular y temblores, así como aumento de peso, somnolencia, sialorrea (salivación excesiva) y lentitud psicomotora”, es altamente efectivo, sobre todo cuando se cuenta con medicamentos de última generación, de acción prolongada que se toman quincenal o mensualmente con los que se logra disminuir la frecuencia e intensidad de las reacciones adversas y con ello un mayor apego al tratamiento.

González Méndez concluyó que para mejorar la calidad de vida del paciente, debe hacérsele entender que tiene una enfermedad llamada esquizofrenia y el apego al tratamiento le ayudará a controlarse.

EL INFORMADOR/ LMAM

Temas

Sigue navegando