Jalisco
Una disputa, dos visiones
Polémica por la colocación de una reja circundante al Centro Acuático y al Complejo de Tenis de los Juegos Panamericanos
GUADALAJARA, JALISCO (18/MAR/2011).- La colocación de una reja circundante al Centro Acuático y al Complejo de Tenis de los Juegos Panamericanos en el Parque Metropolitano, resulta indispensable para la operación exitosa y segura de unas instalaciones que llegarán a albergar diariamente a cuatro mil 500 niños en su aprovechamiento público, así lo considera Carlos Andrade Garín, director general del Comité Organizador de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 (Copag).
La responsabilidad que conlleva el cuidado de los infantes, junto a la obligación de la autoridad estatal por preservar en buenas condiciones estas instalaciones que representan una inversión pública cercana a los mil millones de pesos (200 millones en equipamiento que puede ser sustraído), vuelve imperativo, apunta Andrade Garín, la implementación de esta delimitación física.
“Si no tenemos un control, ¿cómo nos hacemos responsables de los niños?, que no entre un mariguano, un secuestrador, un sádico o cualquier cosa”. Lo importante, aúna el funcionario estatal, es que la reja no limita el uso público del espacio, sólo lo ordena. De esta forma, cualquier paseante podrá pasar a conocer las canchas de tenis, o sentarse en las gradas a disfrutar un partido. En el caso del Centro Acuático, su visita sí requerirá de una identificación, como sucede en otras albercas públicas.
Aunque lo ideal es que la ciudad y su sociedad transiten hacia una cultura de mayor respeto por los espacios públicos, expone Andrade Garín, lo cierto es que estos valores aún no se encuentran bien arraigados en la localidad.
“No nos hagamos tontos, (cuando decimos) que tenemos la cultura para que las instalaciones se cuiden solas, sin bardas, no es cierto, las bardas de las colonias de cualquier barrio están grafiteadas (…) tengo la experiencia de estar trabajando tantos años con atención al público y sé que lo que no tiene reglas se destruye. Estuve en Fomento Deportivo de Guadalajara, me tocó año y medio quitarme la camisa por el Sol, ir a pintar con mis secretarios a las unidades deportivas y apenas le daba la vuelta a la barda cuando ya estaba la gente grafiteando y me decía —apúrele para grafitearle la otra—”.
Recién concluido el Complejo de Tenis, comenta, pasaron apenas tres días para que éstas fueran grafiteadas, no en sus muros, precisa Andrade Garín, sino en las canchas, con mensajes en su superficie que costaron 27 mil pesos en su borrado.
A los grupos que cuestionan la decisión sobre la delimitación con la reja, les expresó: “Creo que deberían de respetar que si alguien ha demostrado que es el que mejor maneja el deporte con los niños en el país es el Code Jalisco, que es ejemplo de México y de muchos países, incluyendo Estados Unidos y Canadá. Déjenmela abierta (las instalaciones) y yo les aseguro que un mes no dura. No dura un mes”.
Hizo además una comparación con lo que se ha hecho en Colombia en este sentido, donde, a pesar de sus avances, la delimitación de los espacios forma parte de su cuidado:
“Es mentira que, por ejemplo, vamos y estudiamos Colombia como el país ecológico, que sus parques no tienen rejas, pero todos tienen rejas, estuve hace 12 días y fui a ver exactamente eso, donde hay una instalación deportiva tienen hasta doble reja, y les preguntas y te dicen —es que no dura dos días sin reja—, y eso que tienen una cultura que nos la están poniendo de ejemplo”.
Hizo recordar que con casi 130 hectáreas de superficie en el parque (el centro y el complejo ocupan sólo seis), apenas cuenta con siete veladores para su seguridad nocturna. “Nosotros hemos tenido gente que nos han balaceado a nuestros empleados porque se juntan grupos de vándalos, pero de vándalos de otro nivel para que tiren de balazos a nuestros veladores ahí ya en las instalaciones nuevas”.
Hay que darnos el derecho a sabernos educados: José Palacios
La delimitación física con una reja del Centro Acuático y el Complejo de Tenis de los Juegos Panamericanos en el Parque Metropolitano, impide la integración de estas instalaciones con el entorno del espacio, y lo más importante, contraviene el proyecto ejecutivo que se elaboró para la recuperación total de ese “pulmón” de la ciudad.
Así lo considera José Palacios Jiménez, representante del Consejo de Cámaras Empresariales en el Consejo de Administración del Parque Metropolitano, y quien ha estado involucrado en la gestión para la transformación del espacio desde hace más de dos años a través de la asociación Guadalajara 2020.
Para Palacios Jiménez, la creación de las condiciones de seguridad en los inmuebles panamericanos no depende de la instalación de una reja en su alrededor: “No se necesita: la seguridad se maneja de otra manera, pero no es a base de rejas; si llega una mamá con su niño, va y lo entrega dentro de las instalaciones, el niño no va a andar en el parque, y si es un jovencito puede llegar solo y meterse”.
Si el problema es la existencia de una inversión en equipamiento cercana a los 200 millones de pesos, plantea el representante empresarial, existen ejemplos en la ciudad de otros lugares con recursos muy valiosos en su interior que han podido mantenerse protegidos sin una delimitación perimetral, como el Auditorio Telmex.
Otro de los inconvenientes que encuentra en la instalación de la reja es que ésta no permitirá la realización de una pista de trote como se había convenido inicialmente con el Code Jalisco, la que tendría que haberse habilitado alrededor de las instalaciones panamericanas: “Es una pista de trote de tres metros que está acordada y no está hecha, y obviamente ya con lo que hicieron de la reja si hacen la pista ya no va a quedar banqueta”.
A decir de Palacios Jiménez, el nivel de seguridad en el Parque Metropolitano es bueno como para preocuparse por la inversión que se hizo en el mismo:
“El Parque Metropolitano no tiene ni una sola reja y mantiene un índice de seguridad bastante importante, hay siniestralidad, como sucede en todas partes, pero no tiene una reja y hay gente que llega a las cinco de la mañana, a oscuras, a caminar, existe, incluso, un grupo que asiste a este espacio para apreciar el amanecer en la ciudad, por lo que “no es de alarmar lo que sucede en el Metropolitano”.
Lo que destaca el integrante de la asociación Guadalajara 2020 es que es momento éste de que las autoridades confíen más en la sociedad que representan, es decir, que la ciudadanía ya es suficientemente responsable para cuidar espacios públicos como estos:
“Si culturalmente nunca nos damos el derecho a sabernos educados, pues vamos a seguir con este tipo de cosas, el ejemplo más claro lo vivimos todos los domingos en la Vía RecreActiva: ¿Por qué no hay basura el día de la Vía, cuando en un desfile, aunque somos los mismos, tiramos mucha basura?”, de lo que concluye: “Hay que darnos la oportunidad de creérnosla de lo que valemos y de lo que hacemos, haciendo las cosas al revés vamos a seguir siempre igual”.
Finalmente, Palacios Jiménez recordó que los recursos remanentes de la operación de las instalaciones panamericanas deben otorgarse al parque, lo que no se ha hecho hasta el momento, aunque las canchas de tenis ya tienen un uso público (cuesta 150 pesos por hora su aprovechamiento).
La autoridad estatal también debió construir para el parque tres canchas de futbol siete (sólo se han hecho dos), cuatro canchas multiusos (todas pendientes), graderías y baños con regadera.
La responsabilidad que conlleva el cuidado de los infantes, junto a la obligación de la autoridad estatal por preservar en buenas condiciones estas instalaciones que representan una inversión pública cercana a los mil millones de pesos (200 millones en equipamiento que puede ser sustraído), vuelve imperativo, apunta Andrade Garín, la implementación de esta delimitación física.
“Si no tenemos un control, ¿cómo nos hacemos responsables de los niños?, que no entre un mariguano, un secuestrador, un sádico o cualquier cosa”. Lo importante, aúna el funcionario estatal, es que la reja no limita el uso público del espacio, sólo lo ordena. De esta forma, cualquier paseante podrá pasar a conocer las canchas de tenis, o sentarse en las gradas a disfrutar un partido. En el caso del Centro Acuático, su visita sí requerirá de una identificación, como sucede en otras albercas públicas.
Aunque lo ideal es que la ciudad y su sociedad transiten hacia una cultura de mayor respeto por los espacios públicos, expone Andrade Garín, lo cierto es que estos valores aún no se encuentran bien arraigados en la localidad.
“No nos hagamos tontos, (cuando decimos) que tenemos la cultura para que las instalaciones se cuiden solas, sin bardas, no es cierto, las bardas de las colonias de cualquier barrio están grafiteadas (…) tengo la experiencia de estar trabajando tantos años con atención al público y sé que lo que no tiene reglas se destruye. Estuve en Fomento Deportivo de Guadalajara, me tocó año y medio quitarme la camisa por el Sol, ir a pintar con mis secretarios a las unidades deportivas y apenas le daba la vuelta a la barda cuando ya estaba la gente grafiteando y me decía —apúrele para grafitearle la otra—”.
Recién concluido el Complejo de Tenis, comenta, pasaron apenas tres días para que éstas fueran grafiteadas, no en sus muros, precisa Andrade Garín, sino en las canchas, con mensajes en su superficie que costaron 27 mil pesos en su borrado.
A los grupos que cuestionan la decisión sobre la delimitación con la reja, les expresó: “Creo que deberían de respetar que si alguien ha demostrado que es el que mejor maneja el deporte con los niños en el país es el Code Jalisco, que es ejemplo de México y de muchos países, incluyendo Estados Unidos y Canadá. Déjenmela abierta (las instalaciones) y yo les aseguro que un mes no dura. No dura un mes”.
Hizo además una comparación con lo que se ha hecho en Colombia en este sentido, donde, a pesar de sus avances, la delimitación de los espacios forma parte de su cuidado:
“Es mentira que, por ejemplo, vamos y estudiamos Colombia como el país ecológico, que sus parques no tienen rejas, pero todos tienen rejas, estuve hace 12 días y fui a ver exactamente eso, donde hay una instalación deportiva tienen hasta doble reja, y les preguntas y te dicen —es que no dura dos días sin reja—, y eso que tienen una cultura que nos la están poniendo de ejemplo”.
Hizo recordar que con casi 130 hectáreas de superficie en el parque (el centro y el complejo ocupan sólo seis), apenas cuenta con siete veladores para su seguridad nocturna. “Nosotros hemos tenido gente que nos han balaceado a nuestros empleados porque se juntan grupos de vándalos, pero de vándalos de otro nivel para que tiren de balazos a nuestros veladores ahí ya en las instalaciones nuevas”.
Hay que darnos el derecho a sabernos educados: José Palacios
La delimitación física con una reja del Centro Acuático y el Complejo de Tenis de los Juegos Panamericanos en el Parque Metropolitano, impide la integración de estas instalaciones con el entorno del espacio, y lo más importante, contraviene el proyecto ejecutivo que se elaboró para la recuperación total de ese “pulmón” de la ciudad.
Así lo considera José Palacios Jiménez, representante del Consejo de Cámaras Empresariales en el Consejo de Administración del Parque Metropolitano, y quien ha estado involucrado en la gestión para la transformación del espacio desde hace más de dos años a través de la asociación Guadalajara 2020.
Para Palacios Jiménez, la creación de las condiciones de seguridad en los inmuebles panamericanos no depende de la instalación de una reja en su alrededor: “No se necesita: la seguridad se maneja de otra manera, pero no es a base de rejas; si llega una mamá con su niño, va y lo entrega dentro de las instalaciones, el niño no va a andar en el parque, y si es un jovencito puede llegar solo y meterse”.
Si el problema es la existencia de una inversión en equipamiento cercana a los 200 millones de pesos, plantea el representante empresarial, existen ejemplos en la ciudad de otros lugares con recursos muy valiosos en su interior que han podido mantenerse protegidos sin una delimitación perimetral, como el Auditorio Telmex.
Otro de los inconvenientes que encuentra en la instalación de la reja es que ésta no permitirá la realización de una pista de trote como se había convenido inicialmente con el Code Jalisco, la que tendría que haberse habilitado alrededor de las instalaciones panamericanas: “Es una pista de trote de tres metros que está acordada y no está hecha, y obviamente ya con lo que hicieron de la reja si hacen la pista ya no va a quedar banqueta”.
A decir de Palacios Jiménez, el nivel de seguridad en el Parque Metropolitano es bueno como para preocuparse por la inversión que se hizo en el mismo:
“El Parque Metropolitano no tiene ni una sola reja y mantiene un índice de seguridad bastante importante, hay siniestralidad, como sucede en todas partes, pero no tiene una reja y hay gente que llega a las cinco de la mañana, a oscuras, a caminar, existe, incluso, un grupo que asiste a este espacio para apreciar el amanecer en la ciudad, por lo que “no es de alarmar lo que sucede en el Metropolitano”.
Lo que destaca el integrante de la asociación Guadalajara 2020 es que es momento éste de que las autoridades confíen más en la sociedad que representan, es decir, que la ciudadanía ya es suficientemente responsable para cuidar espacios públicos como estos:
“Si culturalmente nunca nos damos el derecho a sabernos educados, pues vamos a seguir con este tipo de cosas, el ejemplo más claro lo vivimos todos los domingos en la Vía RecreActiva: ¿Por qué no hay basura el día de la Vía, cuando en un desfile, aunque somos los mismos, tiramos mucha basura?”, de lo que concluye: “Hay que darnos la oportunidad de creérnosla de lo que valemos y de lo que hacemos, haciendo las cosas al revés vamos a seguir siempre igual”.
Finalmente, Palacios Jiménez recordó que los recursos remanentes de la operación de las instalaciones panamericanas deben otorgarse al parque, lo que no se ha hecho hasta el momento, aunque las canchas de tenis ya tienen un uso público (cuesta 150 pesos por hora su aprovechamiento).
La autoridad estatal también debió construir para el parque tres canchas de futbol siete (sólo se han hecho dos), cuatro canchas multiusos (todas pendientes), graderías y baños con regadera.