Jalisco
Un retrato de las gentes de Guadalajara
La idiosincrasia de la sociedad tapatía es la materia de estudio de ''Guadalajara, casa , gente y tiempo''
GUADALAJARA, JALISCO (10/JUN/2013).- La Guadalajara, la idiosincrasia de la sociedad tapatía plasmada en la casa tradicional, la gente y el particular tiempo de la ciudad, son la materia de estudio de la segunda edición de La casa tapatía, su gente y su tiempo, del cronista y académico Armando González Escoto.
El texto se divide en cuatro partes que anticipa el título de la obra: Guadalajara, casa, gente y tiempo. La primera es una introducción sobre lo que ha sido la ciudad a lo largo del tiempo como sociedad; "no tanto como una Guadalajara monumental o urbanística, sino de la gente de Guadalajara. Cómo se fraguó la gente que hizo esta ciudad, y cómo llegó al Siglo XXI, considerando a las que hoy están en etapa productiva. Son las últimas generaciones que trajeron la ciudad al momento actual", comenta el autor en entrevista con este medio.
La segunda parte de la obra refiere a la casa tapatía, siguiendo el símil de una casa tradicional de las que aún existen en el Centro de Guadalajara para, de acuerdo con los espacios, hablar de las actitudes humanas involucradas en los tapatíos: "qué significa una fachada, un patio interno, un zaguán, un cancel, una sala, qué es la habitación y qué es el baño, el cuarto de los tiliches como un símbolo de lo que se quiere ocultar y que nadie quiere que vea. Pero qué tiliches hay de la conducta humana, y que también están en un cuarto. La casa tapatía; una casa normal como metáfora de las personas; positivas, negativas, neutrales, o simplemente descriptivas. Así somos. Los espacios incluyen la banqueta, la calle, los cotos; todo eso está expresando la idiosincrasia de una sociedad".
La investigación de González Escoto, historiador y director de Pensamiento Estratégico de la Universidad del Valle de Atemajac (Univa), abarca desde la fundación de la ciudad hasta la actualidad, aunque este aspecto es mínimo, pues el estudio se centra en la Guadalajara de los últimos 50 años, con una visión de crónica sobre la gente de Guadalajara: sus conductas, gustos, defectos y características propias. Su modo de hablar el español, su manera de vestir e interactuar, de los trabajos que hace, los comercios y cómo son visualizados, los contrastes que generan las diversas etapas de la vida. Ello lleva al tercer momento del libro: la gente como ha sido y como es, así como la Guadalajara por generaciones: los niños, los jóvenes, la gente adulta y los ancianos de hoy. González Escoto investiga también el tiempo tapatío. El año y las estaciones en Guadalajara. El tiempo dominante en la ciudad: la lluvia.
En esta segunda edición del texto, en una visión corregida y aumentada, que agrega cerca de 80 páginas que contienen relatos o crónicas de aspectos no contemplados en la primera edición que, por cierto, fue agotada.
"Hay muchas guadalajaras, muchas formas de ser tapatíos, muchos contrastes generacionales", comenta González Escoto acerca de la configuración de la sociedad tapatía: "Es una Guadalajara múltiple, con elementos integrales que de alguna manera involucran a otros, independientemente de donde vivan. Estos elementos los puedes encontrar en el campo deportivo, en el religioso, en los gustos festivos, en la comida. Las cosas vinculantes expresan nuestra identidad y eso nos hace ser tapatíos, aunque vivamos en diferentes partes de la ciudad".
EL INFORMADOR / ROBERTO CONTRERAS
El texto se divide en cuatro partes que anticipa el título de la obra: Guadalajara, casa, gente y tiempo. La primera es una introducción sobre lo que ha sido la ciudad a lo largo del tiempo como sociedad; "no tanto como una Guadalajara monumental o urbanística, sino de la gente de Guadalajara. Cómo se fraguó la gente que hizo esta ciudad, y cómo llegó al Siglo XXI, considerando a las que hoy están en etapa productiva. Son las últimas generaciones que trajeron la ciudad al momento actual", comenta el autor en entrevista con este medio.
La segunda parte de la obra refiere a la casa tapatía, siguiendo el símil de una casa tradicional de las que aún existen en el Centro de Guadalajara para, de acuerdo con los espacios, hablar de las actitudes humanas involucradas en los tapatíos: "qué significa una fachada, un patio interno, un zaguán, un cancel, una sala, qué es la habitación y qué es el baño, el cuarto de los tiliches como un símbolo de lo que se quiere ocultar y que nadie quiere que vea. Pero qué tiliches hay de la conducta humana, y que también están en un cuarto. La casa tapatía; una casa normal como metáfora de las personas; positivas, negativas, neutrales, o simplemente descriptivas. Así somos. Los espacios incluyen la banqueta, la calle, los cotos; todo eso está expresando la idiosincrasia de una sociedad".
La investigación de González Escoto, historiador y director de Pensamiento Estratégico de la Universidad del Valle de Atemajac (Univa), abarca desde la fundación de la ciudad hasta la actualidad, aunque este aspecto es mínimo, pues el estudio se centra en la Guadalajara de los últimos 50 años, con una visión de crónica sobre la gente de Guadalajara: sus conductas, gustos, defectos y características propias. Su modo de hablar el español, su manera de vestir e interactuar, de los trabajos que hace, los comercios y cómo son visualizados, los contrastes que generan las diversas etapas de la vida. Ello lleva al tercer momento del libro: la gente como ha sido y como es, así como la Guadalajara por generaciones: los niños, los jóvenes, la gente adulta y los ancianos de hoy. González Escoto investiga también el tiempo tapatío. El año y las estaciones en Guadalajara. El tiempo dominante en la ciudad: la lluvia.
En esta segunda edición del texto, en una visión corregida y aumentada, que agrega cerca de 80 páginas que contienen relatos o crónicas de aspectos no contemplados en la primera edición que, por cierto, fue agotada.
"Hay muchas guadalajaras, muchas formas de ser tapatíos, muchos contrastes generacionales", comenta González Escoto acerca de la configuración de la sociedad tapatía: "Es una Guadalajara múltiple, con elementos integrales que de alguna manera involucran a otros, independientemente de donde vivan. Estos elementos los puedes encontrar en el campo deportivo, en el religioso, en los gustos festivos, en la comida. Las cosas vinculantes expresan nuestra identidad y eso nos hace ser tapatíos, aunque vivamos en diferentes partes de la ciudad".
EL INFORMADOR / ROBERTO CONTRERAS
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