Jalisco

Turismo en casa

En el lado contrario están los turistas “casita plus”, es decir, aquellos que se mueven sin mover su estilo de vida

Según el antropólogo sueco Ulf Hannerz hay dos maneras opuestas de ser turista. Los cosmopolitas, es decir, aquellos que por su trabajo y forma de vida se la pasan de un punto a otro sin echar raíces en ningún lugar, como los reporteros de guerra, los antropólogos, los de la cooperación internacional, algunos ejecutivos de empresas transnacionales, etcétera, todos aquellos cuyo trabajo o vocación es moverse. Su casa es un domicilio fiscal, pero no un hogar. En el lado contrario están los turistas “casita plus”, es decir, aquellos que se mueven sin mover su estilo de vida. Llegan a un hotel de una cadena de su país, comen su propia comida a dónde van, duermen en el mismo tipo de colchones que en casa y viven una ratito de experiencia de lo ajeno sin jamás dejar su casita: casita más playa, casita más pirámide, casita más selva, casita más ciudad medieval, etcétera.

En estas vacaciones, la inmensa mayoría de los tapatíos no salió de casa. Sus vacaciones no serán “casita plus” sino casita a secas. Como dijo un sabio abogado tapatío: “Si no tengo pa’ quedarme, menos voy a tener pa’irme”.  Entre la situación económica y la psicosis de seguridad, lo cierto es que en esta ocasión más tapatíos decidieron no salir, así que es la oportunidad ideal para  hacer un tercer tipo de turismo: turismo en casa.

La condición sine qua non para hacer turismo en casa es tomarlo en serio, es decir, asumirse como turista en la propia ciudad: recorrer las calles con mirada de turista, con los mismos ojos de extranjero y voluntad de asombro con los que uno recorrería Guanajuato, Morelia, Roma o Buenos Aires. El boleto es la actitud.

Lo primero es escoger un rumbo distinto al que cotidianamente recorre. La mayoría de los tapatíos, por ejemplo, pasa por el Centro al menos una vez a la semana, pero no está en el Centro, menos aún lo goza.  Lo mismo podemos decir de Chapultepec, Chapalita, Zapopan, San Pedro Tlaquepaque o Tonalá. Lo segundo, e igualmente importante, es no usar el mismo sistema de transporte que usa cotidianamente. Si sus trayectos cotidianos son en auto, procure llegar al destino turístico en taxi o transporte masivo. Si es en transporte masivo cambie de ruta. Tercero, planee su viaje como si fuera al otro lado del mundo: consulte guías, métase a internet, pregunte en las oficinas de Turismo. Una recomendación adicional: la bicicleta es el sistema de transporte ideal para conocer: tiene una velocidad perfecta para ver y gozar la ciudad y, al mismo tiempo, permite hacer los recorridos con mucho menor desgaste físico.
Existen bicicletas para prestar en el Parque Revolución; hay que aprovechar que muchos coches están de vacaciones para tomar la calle en bici, con el mismo cuidado, pero con más libertad.

Si decenas de miles de turistas vienen a Guadalajara a disfrutar la ciudad, ¿por qué nosotros no?
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