Jalisco

Toma forma la Asamblea Principal del Santuario de los Mártires

El proyecto completo podría estar listo en tres años, pero se espera que este mismo año haya actividad, una vez que coloquen la cubierta

GUADALAJARA, JALISCO (22/ABR/2013).- Con un avance de 70% en su construcción, la Asamblea Principal del Santuario de los Mártires es el testimonio de los avances que registra este proyecto luego de seis años. Cuando esté funcionando albergará a 12 mil personas en bancas y gradas, y es el inmueble que cualquier persona puede percibir desde lejos y a simple vista, refirió el coordinador general de construcción de la obra, Héctor Manuel Castellanos Frank.

El proyecto completo, que involucra un lugar de caridad con escuela, hospital y columbario, entre otras cosas, lleva un avance de 40%, de acuerdo con el Arzobispado de Guadalajara.

Al ver el Santuario desde el Periférico Sur o desde la Avenida Colón, pareciera que la construcción sigue igual que hace años: con tres estructuras entrelazadas (hechas de mil toneladas de acero), unos muros enormes que las sostienen y ya. Pero, para llegar a tener esa estructura armada, y los muros de concreto construidos, se requirió de un arduo trabajo de tierras y cimentación, por la dificultad del trabajo en los complicados terrenos del Cerro del Tesoro.

Actualmente trabajan cinco empresas en el proyecto y 80 trabajadores en turnos de 08:00 a 18:00 hora s. La Asamblea Principal recibe pintura blanca en la estructura, para que este mismo año reciba la cubierta de aluminio y zinc y quede totalmente terminada.

“Estamos terminando de reunir el dinero para avanzar a la siguiente etapa, que es la contratación de la cubierta; ya estamos a punto”.Castellanos señaló que el arzobispo Francisco Robles Ortega ha pedido que no se comprometa ningún peso que aún no se tenga disponible.

La Asamblea Principal es la primera etapa del proyecto que, a su vez, consta de cuatro más. Se espera que, dependiendo de la rapidez con que lleguen los donativos, quede terminado en tres años más. Sin embargo, con la cubierta ya podrán realizarse ceremonias y congregaciones.

PINTURA ESPECIAL


La actividad actual dentro del Santuario de los Mártires se basa en la pintura en blanco de las cúpulas, cuyo trabajo está a cargo de 21 personas, y durará cerca de tres meses, de acuerdo con el coordinador del proyecto de construcción, Héctor Manuel Castellanos Frank.

Se trata de una pintura especial que será la base para recibir la cubierta de aluminio y zinc de última tecnología, la cual no necesitará mantenimiento; es hermética y térmica, evitará filtraciones y permitirá una acústica perfecta.

Este tipo de coberturas está presente en lugares como el corporativo de la empresa de automóviles BMW, en Alemania, así como en el Aeropuerto de Barajas, en Madrid.

Cuando la estructura quede totalmente pintada, se procederá a poner el recubrimiento que dará el toque final a las cúpulas; se espera que, una vez contratado, la colocación se realice en cinco meses.

A la par de la pintura, se está terminando con la parte de las gradas, construidas por una empresa especializada en estructuras de concreto. Ahí podrán sentarse tres mil personas.

También está avanzado el trabajo del laminado del mármol de todo el piso de la Asamblea Principal, para que, cuando esté lista la cubierta metálica, se instale y se coloquen las bancas de madera para nueve mil personas.

El atrio será el mirador mejor ubicado de la Zona Metropolitana de Guadalajara y al que se podrá acceder de manera más sencilla; podrá soportar a 60 mil personas al aire libre y estará ubicado a 27 metros del suelo.

Justo debajo del atrio se contará con otros tres niveles, donde estarán los columbarios que albergarán los nichos que la gente puede adquirir para poner las cenizas de sus difuntos, así como dos niveles de estacionamiento para dos mil automóviles y un nivel de estacionamiento más con capacidad para 100 autobuses, todos techados.

“Ya está preparada el área de cimentación para ello, pero ya se le está dando prioridad a la Asamblea Principal”, indicó Castellanos Frank.

El suelo del Cerro


La tardanza en la construcción se explica por varias razones, incluyendo las económicas, pero sin con una especial posición para los retos de construcción: sólo la primera etapa de cimentación requirió de dos años de trabajo complejo, ya que se trata de un suelo heterogéneo donde existen malformaciones, producto de la espuma volcánica del Cerro del Tesoro.

“Se tuvieron que hacer muchas pruebas; toda la periferia de la asamblea principal está sostenida por micropilotes y zapatas corridas con ancho de nueve metros y 2.5 y altura; todo eso se entierra, no se ve, pero es un proceso muy intenso de trabajo, que fueron etapas que ya logramos superar”.

Las cuatro fases de la primera etapa consisten en la cimentación, la construcción y colocación de la estructura de tres cúpulas, la cubierta y acabados.

A eso se suman las demás etapas que conforman el proyecto completo, como los estacionamientos, un hospital en donde se atenderá a personas de escasos recursos, una escuela de enfermería, parroquias para eventos no multitudinarios, salones de conferencias, atrio para 60 mil personas y las sedes principales del Banco Diocesano de Alimentos y Cáritas, entre otras que están en el proyecto.

LAS CÚPULAS
Un techo de 40 mil piezas de acero


Son 40 mil elementos diagonales de acero que al unirse conformaron un gran cuerpo de tres cúpulas en una: el techo del Santuario de los Mártires. El punto más alto de las cúpulas, construidas con mil toneladas del material, es de 70 metros, contando desde el suelo.

Entre cúpula y cúpula existirán ventanales con efecto de ventilación cruzada, acompañados del efecto tipo chimenea de la Asamblea Principal, gracias al cual el aire caliente que se concentrará subirá y saldrá entre las cúpulas.

El diseño corrió a cargo del arquitecto José Manuel Vázquez Aldana, mientras que el cálculo fue trabajo de Luis Bozzo, un especialista uruguayo que radica en Barcelona. La construcción quedó en manos de fabricantes de Tuxpan, Jalisco, quienes también hicieron la estructura del Estadio Omnilife.

Vázquez Aldana califica a su diseño como especial y único: “Es un diseño moderno, tiene su carácter; se ve que es un santuario, se ve que es un edificio que está diseñado para que perdure, y para una concentración de la comunidad espiritual”.

La complejidad no terminó en el diseño. Cuando la estructura quedó terminada, el reto era subir esas grandes y pesadas figuras de acero, para lo que se utilizaron grúas de mil toneladas y con brazos de más de 70 metros de altura. Algunas secciones de acero se lograron subir de una sola pieza, pero en otras hubo la necesidad de hacer estructuras pequeñas para luego tejerlas con las demás, en las alturas.

El tiempo que se invirtió en hacer la estructura y en subirla para colocarla fue de aproximadamente dos años.

APOYO
El éxito de los donativos


Los trabajos que son una realidad en el Santuario de los Mártires fueron posibles gracias a los donativos, explican los responsables de la obra: para construirlo sin parar se habrían requerido mil 500 millones de pesos.

Hasta el momento se han invertido cerca de 180 millones de flujo efectivo. No obstante, el valor real de la obra, contando las donaciones en especie, es de 450 millones de pesos, sin contar el predio de 16.5 hectáreas, que fue donado por una familia.

Unas 250 parroquias donan 5% de sus limosnas mensuales desde el inicio del proyecto. Además se ha vendido parte de los 120 mil nichos del santuario.

El Arzobispado planea una campaña de información para fortalecer la recaudación, a más tardar en tres meses.

DATOS
En detalle


Para la elaboración de la Asamblea Principal se requerirán alrededor de 100 mil metros cúbicos de concreto. Hasta el momento se han utilizado 20 mil metros cúbicos en cimentación, muros y gradería.

La capilla provisional que está en el ingreso del Santuario, en donde todos los días hay misas, es desmontable. Cuando quede listo el recinto, se enviará a una colonia marginada.

La Asamblea Principal mide 100 metros de diámetro, lo que equivale a una cancha de futbol; contará con un vitral de colores que por la tarde iluminará el interior, así como con un mural de alto relieve.

A lo largo de la construcción han participado 60 constructoras.

El Santuario tendrá un conjunto de 48 campanas automáticas.

CRÓNICA
Hombres Araña en el Cerro del Tesoro


Es como el Hombre Araña, versión tapatía. Con agilidad, paciencia y cuidado, escala y anda por una firme y grande telaraña hecha de acero, a 70 metros de altura. Su equipo es un arnés, una cuerda de vida, un cubrebocas, tenis, pantalón de mezclilla, gorro y una experiencia de 10 años que también sube con él a la trama de forma curva.

Desde hace tres semanas, todos los días, de las 09:00 a las 15:30 horas, Ricardo Estrada vive en las alturas, enredado en la estructura de acero que servirá de base para la cúpula del Santuario de los Mártires, en el Cerro del Tesoro. Su tarea: pintar de blanco, junto a otros 20 trabajadores, la estructura de 40 mil elementos o líneas de acero, que en total pesan mil toneladas, y este mismo año estará lista para recibir el recubrimiento final.

“La verdad, sí, estoy más cerca del cielo; ¿quieren que le pida algo a Dios para ustedes?”, comenta Ricardo, quien luce bañado de pintura, con los ojos rojos y rodeados de polvo blanco.

Para subir y bajar de la gran estructura, Ricardo tarda media hora, cada vez. Pero vale la pena, dice: nadie tiene una vista de la ciudad como él.

Cuando por fin llega a la cima, va escalando, poco a poco, al mismo tiempo que coloca su arnés y cuerda de vida para que, en cualquier resbalón, su cuerpo quede aferrado a una de las partes de acero.

“Estar arriba está cañón porque está alto pero, por lo mismo, traemos equipo de seguridad para cualquier percance; no pasa nada, y te quedas colgado”.

En una década en el oficio de la pintura, Ricardo ha trabajado en inmuebles pequeños y grandes; casas y edificios. Lo más parecido a pintar una cúpula como la del Santuario, en sus respectivas dimensiones, fue cuando trabajó en la estructura de una tienda de autoservicio.

Más que la altura, lo incómodo al estar a 70 metros del suelo es la fuerza con que pega el aire: ni el sol se siente tan fuerte, platica, mientras se quita un poco de polvo blanco de la cara.

Para Ricardo, de tez morena y estatura baja, andar en las alturas ya es natural. Nunca imaginó participar en una obra religiosa, y menos, de la magnitud del Santuario del Cerro del Tesoro. Es una actividad que no sólo le dejará la satisfacción de haber sido parte de una obra que se pretende que sea única en Latinoamérica: sus tres hijos están orgullosos. “Tengo unas fotos que les tomé con los teléfonos y se las llevé el otro día; de hecho, voy a traerme una cámara porque de arriba se ve toda la ciudad, se ve todo”.

Ricardo trabajará en las alturas durante todas las mañanas, y parte de la tarde, de 90 días hábiles.
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