Jalisco
Tlaquepaque, de fiesta y pólvora
Más de 10 mil ciudadanos celebraron el Grito de Independencia
Tlaquepaque se detuvo a fin de celebrar el tradicional Grito de Independencia, que la noche de ayer congregó a más de 10 mil ciudadanos en el Centro Histórico de la llamada Cuna Alfarera.
Las arterias principales que conducen hasta la presidencia municipal presumieron un espíritu totalmente familiar ante la notable presencia de niños que corrían montados en caballos de palo y ataviados con vestuarios que aludían a la figura tradicional del charro bigotón.
"Seis días después, no importa, el chiste es demostrar el patriotismo", expresó Carmela Ortega Zúñiga, madre de familia al señalar que aunque el grito en motivo a los 203 años del aniversario del inicio de la Independencia de México, se celebró a nivel nacional la pasada noche del 15 de septiembre, la idea de venir a la verbena popular del municipio "es más que una tradición y una forma de compartir el orgullo por ser mexicana".
Mientras Carmela paseaba junto a sus tres hijos y su esposo Dalberto, los responsables de alistar el clásico castillo de fuegos pirotécnicos, adelantaron una pequeña muestra del espectáculo visual que el coloso de pólvora y colorido papel daría después de que Alfredo Barba, presidente municipal, hiciera repicar la modesta campana que pendía del balcón principal de la dependencia.
El olor a pólvora se esparció como su propia naturaleza, lo que agudizó el aroma que envolvía al primer cuadro de la ciudad alferera, entre los fogones que ofertaban elotes cocidos y asados al carbón, así como los cacahuates echados a la parrilla, mientras largas filas se formaban en aquellos puestos que atraían con una oferta de tacos de carnaza, al pastor y la infaltable asada encebollada.
Y aunque el grito presidencial fue anunciado a las 21:00 horas, 48 minutos después los asistentes esperaban entretenidos con los espectáculos musicales de género norteño, banda y ranchero que animaban al público entre sorteos y chistes.
"Los tambores siempre me alborotan el corazón", decía Carmela mientras mordía un algodón de azúcar de colores patrios, a la par que se anunciaba a la banda de guerra que marcaba la bienvenida a las autoridades municipales que desplegarían el enlistado de héroes de Independencia.
A sus cinco años, Karla Hurtado, entonó el Himno Nacional luego de que el alcalde gritó "¡Viva San Pedro Tlaquepaque. Viva México. Viva México!". En breve, el cielo se coloreó por los destellos de multicolor del espectáculo de pirotecnia, que por más de 10 minutos se acompañó por un "mariachi loco" que sonaba al fondo. La Cuna Alfarera se cobijó de pólvora festiva.
Al filo de las 23:00 horas de sábado 21 de septiembre, el municipio de Tlaquepaque finalizaba con el acto popular del Grito de Independencia, seis días después de que el resto del país lo celebrara en la noche del día 15 del mes patrio.
El incendio del castillo no se hizo esperar. La primera vaina tronó de sorpresa y el susto de aquellos que rondaban las franjas de seguridad del coloso del pólvora tampoco titubeó y para pronto se echaron a correr, alumbrados por los estruendos rojizos y verdes que bañaron la azotea del Parián, de donde salía aquel batallón de cuetes y palomillas chifladoras.
¡Zzzzzfffffiiiiiuuuu! La gente gritaba con alegría. ¡Troooom! Los niños se cubrían la cabeza a la espera de que las colillas de los "tronidos" cayeran sin compasión al suelo, pues algunos pedazos de las palomillas bajan a gran velocidad aun cargados de lumbre.
¡Zzzzzfffffiiiiiuuuu! Tlaquepaque se llenó de humo blanco. La pequeña Karla no daba crédito a lo que veía. "Mira, mamá, las cosas esas van hasta arriba y ¡puuuum!, hacen el tronido y después bajan y ¡puuuum! otro tronido". La niña señalaba el cielo con los dedos chamagosos mientras detenía un buñuelo salpicado de miel.
Más de cinco minutos y el castillo de más de tres metros se acercaba a uno de los momentos más esperados: el incendiario de la corona. Al fondo, el entarimado musical anunciaba que "Chuyin y su banda", serían el broche se oro de aquel Grito de Independencia de San Pedro Tlaquepaque.
EL INFORMADOR / NORMA GUTIÉRREZ
TLAQUEPAQUE, JALISCO (21/SEP/2013).- Ni ante la amenaza de lluvia, el jolgorio de
Las arterias principales que conducen hasta la presidencia municipal presumieron un espíritu totalmente familiar ante la notable presencia de niños que corrían montados en caballos de palo y ataviados con vestuarios que aludían a la figura tradicional del charro bigotón.
"Seis días después, no importa, el chiste es demostrar el patriotismo", expresó Carmela Ortega Zúñiga, madre de familia al señalar que aunque el grito en motivo a los 203 años del aniversario del inicio de la Independencia de México, se celebró a nivel nacional la pasada noche del 15 de septiembre, la idea de venir a la verbena popular del municipio "es más que una tradición y una forma de compartir el orgullo por ser mexicana".
Mientras Carmela paseaba junto a sus tres hijos y su esposo Dalberto, los responsables de alistar el clásico castillo de fuegos pirotécnicos, adelantaron una pequeña muestra del espectáculo visual que el coloso de pólvora y colorido papel daría después de que Alfredo Barba, presidente municipal, hiciera repicar la modesta campana que pendía del balcón principal de la dependencia.
El olor a pólvora se esparció como su propia naturaleza, lo que agudizó el aroma que envolvía al primer cuadro de la ciudad alferera, entre los fogones que ofertaban elotes cocidos y asados al carbón, así como los cacahuates echados a la parrilla, mientras largas filas se formaban en aquellos puestos que atraían con una oferta de tacos de carnaza, al pastor y la infaltable asada encebollada.
Y aunque el grito presidencial fue anunciado a las 21:00 horas, 48 minutos después los asistentes esperaban entretenidos con los espectáculos musicales de género norteño, banda y ranchero que animaban al público entre sorteos y chistes.
"Los tambores siempre me alborotan el corazón", decía Carmela mientras mordía un algodón de azúcar de colores patrios, a la par que se anunciaba a la banda de guerra que marcaba la bienvenida a las autoridades municipales que desplegarían el enlistado de héroes de Independencia.
A sus cinco años, Karla Hurtado, entonó el Himno Nacional luego de que el alcalde gritó "¡Viva San Pedro Tlaquepaque. Viva México. Viva México!". En breve, el cielo se coloreó por los destellos de multicolor del espectáculo de pirotecnia, que por más de 10 minutos se acompañó por un "mariachi loco" que sonaba al fondo. La Cuna Alfarera se cobijó de pólvora festiva.
Al filo de las 23:00 horas de sábado 21 de septiembre, el municipio de Tlaquepaque finalizaba con el acto popular del Grito de Independencia, seis días después de que el resto del país lo celebrara en la noche del día 15 del mes patrio.
El incendio del castillo no se hizo esperar. La primera vaina tronó de sorpresa y el susto de aquellos que rondaban las franjas de seguridad del coloso del pólvora tampoco titubeó y para pronto se echaron a correr, alumbrados por los estruendos rojizos y verdes que bañaron la azotea del Parián, de donde salía aquel batallón de cuetes y palomillas chifladoras.
¡Zzzzzfffffiiiiiuuuu! La gente gritaba con alegría. ¡Troooom! Los niños se cubrían la cabeza a la espera de que las colillas de los "tronidos" cayeran sin compasión al suelo, pues algunos pedazos de las palomillas bajan a gran velocidad aun cargados de lumbre.
¡Zzzzzfffffiiiiiuuuu! Tlaquepaque se llenó de humo blanco. La pequeña Karla no daba crédito a lo que veía. "Mira, mamá, las cosas esas van hasta arriba y ¡puuuum!, hacen el tronido y después bajan y ¡puuuum! otro tronido". La niña señalaba el cielo con los dedos chamagosos mientras detenía un buñuelo salpicado de miel.
Más de cinco minutos y el castillo de más de tres metros se acercaba a uno de los momentos más esperados: el incendiario de la corona. Al fondo, el entarimado musical anunciaba que "Chuyin y su banda", serían el broche se oro de aquel Grito de Independencia de San Pedro Tlaquepaque.
EL INFORMADOR / NORMA GUTIÉRREZ
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