Jalisco
Tlajomulco sí, pero...
Miguel Castro Reynoso ataja la pregunta y no se anda con circunloquios ni pretextos
Miguel Castro Reynoso ataja la pregunta y no se anda con circunloquios ni pretextos; no se refugia en el rollo del discurso político. “Sí, la inseguridad ha crecido en mi municipio, y yo no les puedo mentir a los ciudadanos. Lo que nos toca es actuar de inmediato y coordinadamente, sin celos partidistas”.
El alcalde de Tlaquepaque pone sobre la mesa una primera apuesta para abordar el tema de la inseguridad desde una perspectiva metropolitana, mediante la creación de un instituto de inteligencia que recabe la información de las zonas en las que se concentra la incidencia de los delitos, y que sirva como insumo para la actuación de las diversas corporaciones policiacas de los municipios del área conurbada.
—¿Tlajomulco sí o no? —le pregunto al alcalde de Guadalajara, Aristóteles Sandoval Díaz, con relación al mismo tema.
—Tlajomulco sí, pero tenemos que ir por pasos —responde con cautela.
Aristóteles dice que la idea del instituto de inteligencia metropolitana ya lo había planteado él desde que comenzaron los contactos entre funcionarios municipales (alcaldes y jefes policiacos), pero se dice dispuesto a no disputar la “paternidad” de la propuesta, con tal de que se haga bien el diagnóstico sobre la inseguridad metropolitana para luego diseñar y construir el instrumento, que no derivará en un mando policiaco único, como lo propone el primer edil de Tlajomulco, el perredista Enrique Alfaro.
Priistas todas las administraciones municipales de la zona conurbada, con excepción de Tlajomulco, se ha generado la impresión de que a Alfaro se le está relegando en la toma de decisiones con alcance metropolitano. Se habla de celos entre munícipes y de que la carrera por la gubernatura en 2012 ya le metió mucho ruido a la relación entre los alcaldes.
El de Tlaquepaque, Miguel Castro, antepone los datos duros para eludir cualquier polémica. “Tengo una frontera de 28.3 kilómetros con Tlajomulco, la mayor de mi municipio, por encima de la que hay con Guadalajara, que es de 23.2 kilómetros. Sería absurdo que no pensara en la coordinación, no sólo en materia de seguridad”, me dice en entrevista. Y un día después está anunciando con Alfaro una serie de obras en conjunto para atenuar los efectos de las lluvias en zonas vulnerables ubicadas en los límites de los municipios que ambos gobiernan.
Castro priista, Alfaro perredista, parecen dispuestos a demostrar que la coordinación metropolitana es factible. Aristóteles, quien acepta que no cesarán las críticas hacia él porque “sigo en campaña”, simplemente augura que habrá coordinación en materia de seguridad, urbanística, ambiental y en otros temas “mucho antes de lo que algunos esperan”.
Esta vez, vaticina, los alcaldes no dejarán proyectos sobre el escritorio. Y sí, confirma que con Tlajomulco sí. ¿Será posible?
El alcalde de Tlaquepaque pone sobre la mesa una primera apuesta para abordar el tema de la inseguridad desde una perspectiva metropolitana, mediante la creación de un instituto de inteligencia que recabe la información de las zonas en las que se concentra la incidencia de los delitos, y que sirva como insumo para la actuación de las diversas corporaciones policiacas de los municipios del área conurbada.
—¿Tlajomulco sí o no? —le pregunto al alcalde de Guadalajara, Aristóteles Sandoval Díaz, con relación al mismo tema.
—Tlajomulco sí, pero tenemos que ir por pasos —responde con cautela.
Aristóteles dice que la idea del instituto de inteligencia metropolitana ya lo había planteado él desde que comenzaron los contactos entre funcionarios municipales (alcaldes y jefes policiacos), pero se dice dispuesto a no disputar la “paternidad” de la propuesta, con tal de que se haga bien el diagnóstico sobre la inseguridad metropolitana para luego diseñar y construir el instrumento, que no derivará en un mando policiaco único, como lo propone el primer edil de Tlajomulco, el perredista Enrique Alfaro.
Priistas todas las administraciones municipales de la zona conurbada, con excepción de Tlajomulco, se ha generado la impresión de que a Alfaro se le está relegando en la toma de decisiones con alcance metropolitano. Se habla de celos entre munícipes y de que la carrera por la gubernatura en 2012 ya le metió mucho ruido a la relación entre los alcaldes.
El de Tlaquepaque, Miguel Castro, antepone los datos duros para eludir cualquier polémica. “Tengo una frontera de 28.3 kilómetros con Tlajomulco, la mayor de mi municipio, por encima de la que hay con Guadalajara, que es de 23.2 kilómetros. Sería absurdo que no pensara en la coordinación, no sólo en materia de seguridad”, me dice en entrevista. Y un día después está anunciando con Alfaro una serie de obras en conjunto para atenuar los efectos de las lluvias en zonas vulnerables ubicadas en los límites de los municipios que ambos gobiernan.
Castro priista, Alfaro perredista, parecen dispuestos a demostrar que la coordinación metropolitana es factible. Aristóteles, quien acepta que no cesarán las críticas hacia él porque “sigo en campaña”, simplemente augura que habrá coordinación en materia de seguridad, urbanística, ambiental y en otros temas “mucho antes de lo que algunos esperan”.
Esta vez, vaticina, los alcaldes no dejarán proyectos sobre el escritorio. Y sí, confirma que con Tlajomulco sí. ¿Será posible?
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