Jalisco
Temacapulín, Acasico y Palmarejo
La lucha contra la Presa El Zapotillo ha venido siendo, como todas, azarosa
El año pasado, en la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales celebrada en el Salto, Jalisco, ellos expresaron su problema de forma sencilla, clara, más o menos en los siguientes términos:
“Estamos amenazados y en resistencia contra la Presa El Zapotillo, que servirá para abastecer de agua a la ciudad de León (Guanajuato). Dicho proyecto, de realizarse, traería como consecuencia la inundación de nuestros pueblos, aguas termales y manantiales; la pérdida de tierras de cultivo y el sustento que tenemos de la ganadería y la pesca. Este proyecto que dañará la Cuenca del Río Verde, está siendo ejecutado por la Conagua en contubernio con la Comisión Estatal del Agua Jalisco (CEA), y entre los dos nos hostigan y amenazan para que vendamos y negociemos nuestras tierras y aceptemos la reubicación. Los pobladores de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, hombres, mujeres, niños y ancianos, vivíamos tranquilos en nuestros pueblos con varios siglos de historia, hasta que supimos del proyecto de la Presa El Zapotillo, la cual afectaría de manera irreparable nuestros derechos individuales y colectivos. Nosotros vivimos de lo que podemos pescar del río, de la siembra de maíz, chile de árbol y frijol y de lo que cosechamos del cerro, como camotes y nopales, y ese modo de vida es lo que estamos defendiendo”.
La lucha contra la Presa El Zapotillo ha venido siendo, como todas, azarosa. El lugar central de la lucha y la resistencia lo ha tenido el pueblo de Temacapulin, un pueblo de apenas 500 habitantes que vive de sus recursos naturales, como las aguas termales, que les permiten tener ingresos a través del turismo de fin de semana. Uno de sus mayores patrimonios arquitectónicos es el templo de la Virgen de los Remedios, construido hace más de 250 años. No debemos olvidar que el elemento religioso siempre ha sido señal de identidad social y política en la región alteña.
En su lucha han utilizado muchos de los repertorios y formas a las que tradicionalmente recurren los movimientos cuando están vinculados con ONG´s y políticos profesionales.
Hasta ahora, todo lo hecho por la Conagua y el Gobierno de Jalisco, incluidas las amenazas de muerte a los hermanos Manuel de Jesús y Juan Agustín Carvajal Jiménez, del Comité Salvemos Temacapulin, Acasico y Palmarejo, así como a la periodista Jade Ramírez y al activista Marco Von Borstel, no ha sido suficiente para quebrar esta resistencia social que desde luego tiene recursos para superar los retos que les quedan por enfrentar para evitar ser desalojados.
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