Jalisco

Taxistas se resisten a transportar pasajeros ebrios

Choferes de taxi tienen poca disposición para llevar a personas en estado de ebriedad, por que suelen ser agresivos y no pagar la tarifa

GUADALAJARA, JALISCO.- La propuesta de facilitar una red de taxis para personas que salgan de los bares presenta algunos puntos conflictivos, entre los que destacan la resistencia de los choferes de estos vehículos.

“Es un mercado muy conflictivo. Hemos tenido incidentes desagradables dentro del auto, los chavos ya van tomados y se ponen agresivos, y luego no quieren pagarle al chofer”, explicó Alberto Demis Maxwell, supervisor operativo de la base Taxi Express.

Sin embargo, es posible pensar en algunas formas para resolverlo, dice, como tener dos o tres coches en el lugar para tener orden en las salidas en donde hay mucha gente y obligar al cliente a que pague la tarifa antes de subirse a la unidad.

Taxistas entrevistados mostraron poca disposición a llevar a personas en estado de ebriedad, y el líder sindical del sector, Ramón Aviña Gutiérrez, pidió tiempo para estudiar la medida y tener una postura al respecto.

Porque se quedan dormidos, no pagan, vomitan el vehículo, son agresivos y en ocasiones olvidan su dirección, es que algunos taxistas del Centro Histórico de Guadalajara no consideran viable el programa “Yo por eso no manejo”, que pretende implementar el Instituto Municipal de Atención a la Juventud en distintas zonas de la ciudad a partir del próximo martes, para reducir la cantidad de accidentes relacionados con la ingesta de alcohol y el uso del automóvil.

Un recorrido por los distintos sitios de taxi del primer cuadro de Guadalajara expuso la perspectiva que tienen los servidores de este transporte público sobre dicho programa, que plantea la disminución de la tarifa nocturna para jóvenes y el fácil acceso al servicio.

“Los borrachos son muy difíciles de manejar”, expone Simón Castillo Lugo, secretario del Sitio 7. “En el fondo, no te quieren pagar o luego te quieren pagar doble, se vomitan en el interior de la unidad, se quedan dormidos, se suben como gatos y se bajan como leones, te quieren hasta pelear y echar bronca”.

Explica que esto obliga en muchas ocasiones al chofer a aumentar el precio del servicio, o simplemente, evitar subir a quien distingan con algún nivel de embriaguez.

En el Sitio 5, conocido como “Fénix”, el secretario general es el señor Trinidad Mora Medina. La cabina metálica donde se guarece rodeado por un garrafón de agua, teléfonos y papeles pegados en las vitrinas, está en la confluencia de las calles Ramón Corona y López Cotilla. La conglomeración de los calurosos pitidos y ruido vial del mediodía exige más atención a su charla.

Dice que los “borrachazos” ocurren en otro lado, no tanto en el Centro, sino en avenidas como Patria, Guadalupe, López Mateos, “donde los chavos que sí tienen carro van a tomar”.

En el Centro Histórico, señala, no existe tanto el problema, porque “muchos de los chavos que vienen aquí son de clase media para abajo, o pobres, y pues ellos, la verdad, no tienen carro y usan taxi. Y quiero decirle que los pobres ni reniegan por el costo del taxi. Los que parecen acomodados regatean mucho y no usan tanto el servicio”.

Una solución para evitar los accidentes bajo la influencia del alcohol comienza en la casa, apunta Trino Mora, como le gusta que le digan. “Los padres tienen mucho qué ver y ellos son los que pueden evitar que los chavos salgan con el carro de la casa y regresen alcoholizados”. O que no regresen.

En la esquina de Colón y Prisciliano Sánchez, a un costado del templo Aranzazú, está el Sitio 3. Ahí todos los taxistas hablan a la vez. Bajo la sombra de una carpa abundaron que los taxistas del servicio nocturno muchas veces tienen que pagar la liquidación del coche (el pago de la renta), poner gasolina y todavía llevar a casa “para el chivo”. Es por esta razón que ven inviable la reducción de tarifas por la noche.

“Luego los borrachos son muy malos clientes, la verdad por eso a veces se encaja uno. Te piden chance de subir con una cerveza o un ‘pisto’ y lo primero que les dices es que no vayan a tirarlo, y es lo primero que hacen”, dice uno de los taxistas.

Ya entre bromas, unos proponen que los jóvenes tomen menos en sus excursiones noctámbulas, otros dicen que la juventud nunca disminuirá sus dosis de alcohol en noche de fin de semana. Uno más, recién llegado, se apropia del tema y propone: “Que tomen todo lo que quieran, para eso son chavos, pero que guarden para el taxi”.

Textos: Ricardo Ibarra
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