Jalisco
Sufren migrantes el 'delito' de la portación de cara
Derechos Humanos informó que uno de cada dos migrantes se dijeron agraviados a su paso por Jalisco
La justicia “imperfecta” se ejerce con mano propia, que se traduce en golpes y lesiones. La injusticia “perfecta” es la de ser migrante y parecer culpable de todo. El delito es el mismo: portación de cara, viajar al Norte y tener un acento distinto.
La historia es real y pasó en la Colonia El Manantial de Guadalajara, durante el verano de 2013. Pero pasa seguido en muchas partes de la ciudad y del país. Son cuatro mil 100 kilómetros desde Guanajuato hasta Nogales, donde sólo existen cinco albergues para ofrecerles servicios a los que buscan un sueño allende las fronteras.
Este año podría haber existido otro en Guadalajara, pero la falta de socialización de las autoridades ocasionó que los vecinos de la Colonia Arcos pidieran suspender el proyecto, que ya tenía dos millones 845 mil 756 pesos asegurados para su construcción, de los cuales sólo fueron utilizados cerca de 400 mil pesos para limpiar el terreno, según la información proporcionada por la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública.
De acuerdo con Alonso Hernández López, director de la organización Promigrantes FM4 Paso Libre, todos los días hay casos nuevos de vejaciones y maltratos. Unos más bochornosos que otros. Ellos atienden un promedio de 500 personas por mes en el Centro de atención que se localiza a un costado de las vías del tren, en la Avenida Washington. Les ofrecen lo básico: comida, servicios de salud, una llamada telefónica y un espacio para descansar.
El joven que explica la situación de la población “flotante” afirma que los migrantes cargan más estigmas que dinero. El dinero no lo quieren para drogarse, o no sólo para eso, sino que lo utilizan principalmente como escudo. “A veces es mejor para ellos traer 20 pesos, que es lo que van a entregar cuando los asaltan. Si te asaltan y no tienes dinero, lo más seguro es que van a salir golpeados”.
Se replica lo que se detesta
¿Ha pensado en lo difícil que sería para un centroamericano sacar una visa mexicana? Después del ataque terrorista del 11 de septiembre en Norteamérica, las políticas migratorias se enfatizaron en cerrar las fronteras para aquellos que no tenían recursos para abrirlas. El poder del dinero se hizo presente, y así como los mexicanos padecieron políticas más estrictas para entrar a Estados Unidos, los sudamericanos tuvieron que lidiar con la frontera de México.
Alonso Hernández López afirma que, a los contextos por donde pasan los migrantes, se añaden los problemas históricos que tienen algunas regiones.
“Sobre Centroamérica pesa un estigma que tiene que ver con la violencia, con pobreza, con pandillas, con maras… eso complejiza más las cosas. Eso refuerza el estereotipo de que todo centroamericano se piensa que puede ser un potencial delincuente”.
Si eso se traduce al contexto de la Zona Metropolitana de Guadalajara, “donde somos una sociedad conservadora, hermética, racista y con expresiones muy claras de xenofobia, se conjuga todo: lo internacional, la identidad nacional y el contexto local”.
DATO
La mayoría son jóvenes
Siete de cada 10 migrantes son jóvenes que se encuentran entre los 18 y los 35 años de edad, de acuerdo con el “Diagnóstico y pronunciamiento sobre el ejercicio y garantía de los derechos humanos de las personas migrantes”, publicado por la Comisión Estatal de Derechos Humanos en 2013.
El paso por Guadalajara, zona menos peligrosa
Sentados en una oficina del Centro de la ciudad, Alonso Hernández y Diego Ramos, quienes hacen las funciones de difusión de la organización Promigrantes FM4 Paso Libre, muestran un mapa sobre las rutas que el narcotráfico y la violencia han abierto de manera “forzada” en los últimos años en toda la República mexicana. Se trata de algunos trazos donde los migrantes han optado para viajar y tratar de mitigar las penas que se pasan en el tránsito por el país.
Una de ellas es la ruta que comienza en Tuxtla Gutiérrez, llega al Bajío y de allí sube por el lado de Guadalajara, para seguir por Tepic, Sinaloa, Sonora y así desprenderse para los que quieren viajar hasta Tijuana o tratar de cruzar por el desierto hacia Estados Unidos.
Son cuatro mil 500 kilómetros donde más de 60 organizaciones tratan de paliar los problemas y ayudar a que miles de personas crucen por sus sueños. Sin embargo, los albergues son muy pocos.
Uno de ellos se localizaría en la Avenida Washington en Guadalajara, a un costado de las vías del tren de carga que cruza la ciudad. Cuando se les pregunta de si conocían el proyecto del DIF de Guadalajara, afirman que sí, pero muy por encima. Hubo poca información.
“Lo que pasa es que este tipo de proyectos, como muchos otros, no se nos consultan. Se generan o se planean desde arriba. Se busca plantar un proyecto en una colonia que genera mucha inquietud, y eso se debe a la falta de socialización e información con la población u organizaciones civiles”, indica Diego Ramos.
El modelo de implementación que maneja el FM4 lleva replicándose desde 2007.
“Pero no sólo no se consulta a los que tenemos muchos años en este tipo de cosas, sino que tampoco se consulta a los vecinos. Y es muy lógico que ellos salten y exijan explicaciones (por eso se terminó suspendiendo el refugio para migrantes desprotegidos)”.
Los jóvenes aceptan que hay cosas que no se pueden ocultar, como que en las inmediaciones de los albergues de este tipo, haya personas que acampen y que decidan vivir una situación de calle. Lo que perjudica aún más el estigma que se tiene alrededor de estos centros de atención.
“La gente supone que muchas de estas personas son migrantes, pero muchas de estas personas son de municipios de Jalisco, pero que no llegaron a la ciudad en condición migratoria sino que estuvo vagando en sus propios lugares”.
¿Cómo nació el proyecto?
Este año, el escándalo que provocó visibilizar el problema de los niños migrantes no acompañados, ocasionó que regidores del Partido Acción Nacional (PAN) en el Ayuntamiento de Guadalajara urgieran a la administración municipal para que abriera un albergue exclusivo para ellos. Sin embargo, los especialistas en el tema prefieren que los recursos sean mejor administrados.
“Los menores no acompañados no son la constante en nuestra ruta. Por Guadalajara hay muchos menores, pero que vienen con sus familias, con sus papás. Sí le van a ofrecer servicios al menor… ¿pero a los papás no? ¿Ni a los hermanos? No hay una estrategia clara de lo que se pretendía hacer en el albergue por parte del Ayuntamiento”, indica Alonso Hernández López, director de la Promigrantes FM4 Paso Libre. De acuerdo con el “Diagnóstico y pronunciamiento sobre el ejercicio y garantía de los derechos humanos de las personas migrantes” publicado por la Comisión Estatal de Derechos Humanos en 2013, siete de cada 10 migrantes son jóvenes que se encuentran entre los 18 y los 35 años de edad. En ese documento no se da cuenta de la existencia de menores de edad. Mientras que FM4 afirma que sólo 6% de los migrantes son mujeres. La presencia de niños tampoco es común.
¿Por qué la metrópoli?
Los migrantes centroamericanos llegan a Guadalajara porque es un punto de la ruta del Océano Pacífico que toma el tren por el que viajan hacia el Noreste del país, pero es un camino secundario. La vía más rápida para llegar a la frontera y cruzar hacia Estados Unidos es por el Golfo de México, que pasa por Tamaulipas y llega al Río Bravo; sin embargo, tiene la desventaja de ser más peligrosa, puesto que hay presencia de organizaciones delictivas que ven a los viajeros como su blanco.
Son tres tipos de migrantes que, procedentes de Centroamérica, pasan por el país: los que tienen contactos en Estados Unidos y viajan con apoyo monetario; los que conocen la ruta y van y vienen por el tren, y los que viajan a su suerte, en situación extrema, con el objetivo de cruzar. Estos últimos son los que más se hacen evidentes en los cruceros de la ciudad.
El tren y el calvario
Desde Tuxtla Gutiérrez hasta Nogales, una persona tarda en llegar 53 días arriba del tren carguero conocido como la “Bestia”. Desde Guadalajara sólo les faltan dos semanas para concluir con su travesía, pero para entonces muchos ya fueron saqueados, maltratados y en el caso de las mujeres, vejadas sexualmente.
Si el albergue que iba a construir el DIF de Guadalajara iba a ser de paso, bastaba con dar un servicio de cuatro horas parecido al que otorga FM4. En ese lapso, les brinda alimentación, ropa, calzado, asesoría médica, asesoría legal (en caso de que quiera denunciar los malos tratos de los que fue víctima) y acceso a la comunicación.
“La comunicación telefónica funciona para asuntos de crisis, para avisar sobre la situación del viajero, pero también para advertir a los familiares de las condiciones en las que se encuentra el migrante”, explica Diego Ramos.
En septiembre de 2013, la Comisión Estatal de Derechos Humanos concluyó que los migrantes que transitan por Jalisco reciben apoyo solidario y desinteresado de asociaciones civiles y de la población local (aunque gran parte de ella los ve con desconfianza). En cambio, las instituciones públicas que proporcionan servicios o asistencia a la comunidad “carecen de programas sociales de apoyo a las necesidades mínimas de subsistencia, y las medidas de auxilio y protección de los migrantes son inequitativas”.
Las cifras que arroja dicho estudio son contundentes: uno de cada dos migrantes se dijeron agraviados en su paso por el Estado. Afirmaron sufrir detenciones arbitrarias, robos, maltratos verbales y golpes.
El presidente de la CEDHJ, Felipe de Jesús Álvarez Cibrián, determinó en ese momento que era urgente que los policías municipales y agentes de la Fiscalía General de Jalisco recibieran capacitación sobre el trato a estas personas.
Comentó que en Jalisco, el Código de Asistencia Social no se ha modificado para integrar a las personas migrantes, por lo que limita la acción de las autoridades en su responsabilidad.
FENÓMENO
Frenan tránsito
Los operativos de las autoridades han reducido el flujo de migrantes centroamericanos que tratan de llegar a Estados Unidos.
Agentes de la Policía Federal y del Servicio de Inmigración han comenzado a registrar a fondo la ruta del tren de carga, retirando a migrantes de los vagones y enviándolos a centros de deportación. También hay controles móviles en carreteras.
TELÓN DE FONDO
Los falsos extranjeros
Desde hace unos cuatro años, habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) se cuelgan una mochila al hombro, cargan con cobijas y se sitúan en las zonas donde transitan los migrantes centroamericanos. Dicen que son de Honduras, de Guatemala, de El Salvador y piden que les den alguna moneda para llegar a Estados Unidos. Es un fraude.
Este medio de comunicación publicó que el fenómeno se dio como una mezcla entre mexicanos y centroamericanos cuando los migrantes que venían de otros países evidenciaron su presencia en Guadalajara y combinaron su tránsito en la ciudad con actividades de mendicidad; situación aprovechada por habitantes de aquí, explicó Jorge Durand, investigador de la UdeG y especialista en este tema.
La organización tapatía FM4 Paso Libre, que se dedica al apoyo a los transmigrantes, ha realizado trabajos de campo que revelan que sí hay personas que se hacen pasar por centroamericanos que, a partir de que los ojos de la sociedad voltearon al tema, cuando se localizaron a 72 cadáveres de migrantes en Tamaulipas, la ciudadanía apoyó y ante lo cual algunos utilizaron esto para conseguir dinero, aseguró Mónica Salmón, de la agrupación.
Una forma de colaborar con los migrantes auténticos, pero diferenciarlos de los que simulan serlo, es que en lugar de dar dinero se ofrezca comida u objetos que les ayudan en el viaje; además de procurar información del tema, pues con esta medida se podrá lograr mayor inclusión y entendimiento, explicó Mónica Salmón.
La situación de migrantes falsos es indicador de que un hecho trasnacional ha pasado a un sector de la sociedad mexicana carente de empleo, el cual también aprovecha la solidaridad de los ciudadanos como una estrategia de supervivencia, comenta Rosa Rojas, coordinadora de investigación de INDESO Asociación Civil, que trabaja sobre grupos vulnerables.
GUÍA
Brindan protección
— ¿Quién es FM4?
— FM4 Paso Libre (Dignidad y Justicia en el camino) es una organización sin fines de lucro constituida por un grupo interdisciplinario de ciudadanos que, a través de la experiencia directa con la realidad de la transmigración en otras zonas de la República, decidió emprender un proyecto de intervención integral en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
— ¿Cuál es su misión?
— Lograr un trato digno y justo que respete los derechos humanos de las personas transmigrantes en su paso por la Zona Metropolitana de Guadalajara a través de la ayuda humanitaria integral, la vinculación institucional, la incidencia política, el trabajo comunitario y la investigación, así como la difusión, sensibilización y concientización sobre el tema migratorio.
— ¿Cuándo nació?
— FM4 Paso Libre surge en 2007 como una iniciativa de un grupo de estudiantes, que fueron voluntarios en diferentes Casas del Migrante a lo largo de la República y decidieron emprender un proyecto de intervención integral en Guadalajara.
— ¿En dónde se encuentra su albergue?
— El centro de atención a migrantes de FM4 se encuentra en Inglaterra 280 B en la Colonia Moderna, a cuadra y media de la estación de Tren Ligero de Washington.
— ¿Otros medios de comunicación?
— Si quiere apoyar al proyecto o recibir más información puede contactar al FM4 Paso Libre en sus redes sociales, tanto en Facebook como en Twitter.
CONTACTO
Enlace con FM4
El teléfono de la FM4 Paso Libre es el 33300306.
FRASE
"Sobre Centroamérica pesa un estigma que tiene que ver con la violencia, con pobreza, con pandillas, con maras… eso complejiza más las cosas. Y refuerza el estereotipo de que el migrante, se piensa, puede ser un potencial delincuente".
Alonso Hernández López, director de Promigrantes FM4 Paso Libre.
NUMERALIA
4,100 kilómetros es la distancia entre Guanajuato y Nogales, donde sólo existen cinco albergues para migrantes.
2.8 millones de pesos estaban asegurados para la construcción del albergue de migrantes en Guadalajara.
400 mil pesos ya había invertido el Ayuntamiento tapatío en obras de limpieza del terreno donde se construiría el albergue.
500 personas son atendidas mensualmente por la organización Promigrantes FM4 Paso Libre, nacida desde 2007.
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