Jalisco

Sin drenaje, una de cada cuatro escuelas

La falta de alcantarillado y redes de drenaje afectan 26% de los planteles escolares en Jalisco; en zonas marginadas esto detona enfermedades y ausentismo

TONALÁ, JALISCO(08/JUN/2012).- Todos juegan en el recreo, menos Héctor Santiago. Una alergia severa carcome su piel. Tiene ocho años de edad y cursa el tercer grado en la primaria “Flores Magón” de la Colonia La Guadalupana (Tonalá), donde las enfermedades por infecciones en la piel y estomacales son recurrentes entre la población estudiantil y se relacionan con la carencia de redes de agua potable y drenaje.

“Tengo mucho (tiempo) de estar malo (tres años), pero mi abuela no tiene para las medicinas —se entristece Héctor—. Vengo a la escuela porque quiero ser doctor para sanar a las personas”.

La salud de los alumnos se agrava durante las lluvias. El plantel se convierte en punto de concentración de corrientes de aguas negras de comunidades aledañas a la Carretera Libre a Zapotlanejo.

“Mi nieto sufre mucho”, lamenta Martha Romero, abuela de Héctor. “Cuando tengo dinero le compro una pomada, pero cuando no, que es casi siempre, le pongo aceite de oliva en sus heridas. El otro día le puse aceite de comida; también le pongo limón asado. El niño llora mucho, sangra toda la camisa por las heridas que se hace al rascarse”.

En Jalisco, una de cada cuatro escuelas no está conectada a la red de drenaje (utilizan fosas sépticas), mientras una de cada 10 no tiene conexión al agua potable. La mayoría de estos edificios está en comunidades rurales, pero las precarias condiciones en las que estudian estos niños también se padecen en el Área Metropolitana de Guadalajara.

Francisco Rodríguez, de 11 años de edad, es otro estudiante con dermatitis severa. “Quisiera agarrar un ladrillo para rascarme fuerte. Cuando hace mucho calor y por las noches me arde mucho… me rasco y me sale sangre y agua; me hincho de mis brazos y cara, de la espalda y las piernas”.

Francisco también padece conjuntivitis. De niño se escondía en el ropero porque no soportaba la luz del día. Hoy, su familia no tiene para aliviar sus males. Rafael Cortez, director de la primaria, reconoce las enfermedades y además, el ausentismo por las condiciones de pobreza de las familias.

La Secretaría de Educación tiene un rezago de siete mil millones de pesos en infraestructura escolar, y el Ayuntamiento de Tonalá, que debería instalar los drenajes, está “ahogado” en deudas.

El futuro para los estudiantes de la “Flores Magón” y miles de familias de colonias aledañas es incierto. Pero el pequeño Héctor se olvida un poco del dolor y lanza una petición: “¿La próxima vez que vengan me regalan un balón? Nunca he tenido uno”. Su madre murió hace cuatro años y vive, junto a otras tres hermanas, con su abuela materna.
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