Jalisco
Se ordenan 29 nuevos diáconos
Entre sus obligaciones están, entre otras cosas, asistir a los obispos y a los presbíteros en la eucaristía
GUADALAJARA, JALISCO (24/DIC/2014).- Como es tradición en la víspera de Navidad, la Arquidiócesis de Guadalajara celebró la fecha con el ordenamiento de nuevos ministros eclesiásticos que dispondrán sus vidas al servicio de la Iglesia.
El arzobispo de Guadalajara, cardenal Francisco Robles, encabezó la homilía para consagrar a dos sacerdotes, 29 nuevos diáconos, 27 diocesanos y dos religiosos esta mañana en el Templo de San Bernardo.
La doctrina católica reconoce que existen tres grados de participación ministerial en el sacerdocio: el episcopado (los obispos), el presbiterado (los presbíteros) y el diaconado (los diáconos).
Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a sus presbíteros sobre todo en la eucaristía y en la distribución de la misma, asistir a la celebración del matrimonio y bendecirlo, proclamara el evangelio y predicar, presidir las exequias, bautizar y entregarse a diversos servicios de caridad.
"Como nadie puede servir a dos señores, tengan presente que toda impureza, o afán de dinero, es servidumbre a los ídolos", les advirtió Robles a los nuevos diáconos.
Sobre el celibato que deberán guardar para refrendar su compromiso dentro de la Iglesia, les dijo que "será para ustedes símbolo y al mismo tiempo estímulo de su calidad pastoral (...) con su celibato, les resultará más fácil consagrarse sin dividir el corazón al servicio de Dios y de los hombres, y con mayor facilidad serán ministros de la obra de regeneración natural".
EL INFORMADOR / BRENDA RAMOS
El arzobispo de Guadalajara, cardenal Francisco Robles, encabezó la homilía para consagrar a dos sacerdotes, 29 nuevos diáconos, 27 diocesanos y dos religiosos esta mañana en el Templo de San Bernardo.
La doctrina católica reconoce que existen tres grados de participación ministerial en el sacerdocio: el episcopado (los obispos), el presbiterado (los presbíteros) y el diaconado (los diáconos).
Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a sus presbíteros sobre todo en la eucaristía y en la distribución de la misma, asistir a la celebración del matrimonio y bendecirlo, proclamara el evangelio y predicar, presidir las exequias, bautizar y entregarse a diversos servicios de caridad.
"Como nadie puede servir a dos señores, tengan presente que toda impureza, o afán de dinero, es servidumbre a los ídolos", les advirtió Robles a los nuevos diáconos.
Sobre el celibato que deberán guardar para refrendar su compromiso dentro de la Iglesia, les dijo que "será para ustedes símbolo y al mismo tiempo estímulo de su calidad pastoral (...) con su celibato, les resultará más fácil consagrarse sin dividir el corazón al servicio de Dios y de los hombres, y con mayor facilidad serán ministros de la obra de regeneración natural".
EL INFORMADOR / BRENDA RAMOS
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